HISTORIA DE
LOS MÁRTIRES CRISTIANOS Y BIOGRAFÍAS
Cristo nuestro Salvador, en el Evangelio de San
Mateo, oyendo la confesión de Simón Pedro, el cual, antes que todos los demás,
reconoció abiertamente que Él era el Hijo de Dios, y percibiendo la mano
providencial de Su Padre en ello, lo llamó (aludiendo a su nombre) una roca,
roca sobre la cual El edificaría Su Iglesia con tal fuerza que las puertas del
infierno no prevalecerían contra ella. Y con estas palabras se deben observar
tres cosas:
Primero, que Cristo tendría una iglesia en este
mundo. Segundo, que la misma Iglesia sufriría una intensa oposición, no sólo
por parte del mundo, sino también con todas las fuerzas y poder del infierno
entero. Y en tercer lugar que esta misma Iglesia, a pesar de todo el poder y
maldad del diablo, se mantendría.
Esta profecía de Cristo la vemos verificada de
manera maravillosa, por cuanto todo el curso de la Iglesia hasta el día de hoy
no parece más que un cumplimiento de esta profecía.
Primero, el hecho de que Cristo ha establecido una
Iglesia no necesita demostración. Segundo, ¡con qué fuerza se han opuesto
contra la Iglesia príncipes, reyes, monarcas, gobernadores y autoridades de
este mundo! Y, en tercer lugar, ¡cómo la Iglesia, a pesar de todo, ha soportado
y retenido lo suyo! Es maravilloso observar qué tormentas y tempestades ha
vencido.
Y para una más evidente exposición de esto he
preparado esta historia, con el fin, primero, de que las maravillosas obras de
Dios en Su Iglesia redunden para Su gloria; y también para que al exponerse la
continuación e historia de la Iglesia, pueda redundar ello en mayor
conocimiento y experiencia para provecho del lector y para la edificación de la
fe cristiana.
Como no es nuestro propósito entrar en la historia
de nuestro Salvador, ni antes ni después de Su crucifixión, sólo será necesario
recordar a nuestros lectores el desbarate de los judíos por Su posterior
resurrección. Aunque un apóstol le había traicionado; aunque otro le había
negado, bajo la solemne sanción de un juramento, y aunque el resto le había
abandonado, excepto si exceptuamos aquel «discípulo que era conocido del sumo
sacerdote», la historia de Su resurrección dio una nueva dirección a todos sus
corazones, y, después de la misión del Espíritu Santo, impartió una nueva
confianza a sus mentes. Los poderes de los que fueron investidos les dieron
confianza para proclamar Su nombre, para confusión de los gobernantes judíos, y
para asombro de los prosélitos gentiles.
PRIMEROS MARTIRES
I. ESTEBAN
San Esteban fue el siguiente en padecer. Su muerte
fue ocasionada por la fidelidad con la que predicó el Evangelio a los
entregadores y matadores de Cristo. Fueron excitados ellos a tal grado de
furia, que lo echaron fuera de la ciudad, apedreándolo hasta matarlo. La época
en que sufrió se supone generalmente como la pascua posterior a la de la
crucifixión de nuestro Señor, y en la época de Su ascensión, en la siguiente
primavera.
A continuación se suscitó una gran persecución
contra todos los que profesaban la creencia en Cristo como Mesías, o como
profeta. San Lucas nos dice de inmediato que «en aquel día se hizo una grande
persecución en la iglesia que estaba en Jerusalén», y que «todos fueron
esparcidos por las tierras de Judea y de Samaria, salvo los apóstoles».
Alrededor de dos mil cristianos, incluyendo
Nicanor, uno de los siete diáconos, padecieron el martirio durante «la
tribulación que sobrevino en tiempo de Esteban».
II. JACOBO EL MAYOR
El siguiente mártir que encontramos en el relato
según San Lucas, en la Historia de los Hechos de los Apóstoles, es Jacobo hijo
de Zebedeo, hermano mayor de Juan y pariente de nuestro Señor, porque su madre
Salomé era prima hermana de la Virgen María. No fue hasta diez años después de
la muerte de Esteban que tuvo lugar este segundo martirio.
Ocurrió que tan pronto como Herodes Agripa fue
designado gobernador de Judea que, con el propósito de congraciarse con los
judíos, suscitó una intensa persecución contra los cristianos, decidiendo dar
un golpe eficaz, y lanzándose contra sus dirigentes. No se debería pasar por
alto el relato que da un eminente escritor primitivo, Clemente de Alejandría.
Nos dice que cuando Jacobo estaba siendo conducido al lugar de su martirio, su
acusador fue llevado al arrepentimiento, cayendo a sus pies para pedirle
perdón, profesándose cristiano, y decidiendo que Jacobo no iba a recibir en
solitario la corona del martirio. Por ello, ambos fueron decapitados juntos.
Así recibió resuelto y bien dispuesto el primer mártir apostólico aquella copa,
que él le había dicho a nuestro Salvador que estaba dispuesto a beber. Timón y
Parmenas sufrieron el martirio alrededor del mismo tiempo; el primero en
Filipos, y el segundo en Macedonia. Estos acontecimientos tuvieron lugar el 44
d.C.
III. FELIPE
Nació en Betsaida de Galilea, y fue llamado primero
por el nombre de «discípulo». Trabajó diligentemente en Asia Superior, y sufrió
el martirio en Heliópolis, en Frigia. Fue azotado, echado en la cárcel, y
después crucificado, en el 54 d.C.
IV. MATEO
Su profesión era recaudador de impuestos, y había
nacido en Nazaret. Escribió su evangelio en hebreo, que fue después traducido
al griego por Jacobo el Menor. Los escenarios de sus labores fueron Partía y
Etiopía, país en el que sufrió el martirio, siendo muerto con una alabarda en
la ciudad de Nadaba en el año 60 d.C.
V. JACOBO EL MENOR
Algunos suponen que se trataba del hermano de
nuestro Señor por una anterior mujer de José. Esto es muy dudoso, y concuerda
demasiado con la superstición católica de que María jamás nunca tuvo otros
hijos más que nuestro Salvador. Fue escogido para supervisar las iglesias de
Jerusalén, y fue autor de la Epístola adscrita a Jacobo, o Santiago, en el
canon sagrado. A la edad de noventa y nueve años fue golpeado y apedreado por
los judíos, y finalmente le abrieron el cráneo con un garrote de batanero.
LAS DIEZ PRIMERAS PERSECUCIONES
LA PRIMERA PERSECUCIÓN DE LA IGLESIA TUVO LUGAR EN
EL AÑO 67, BAJO NERÓN, EL SEXTO
EMPERADOR DE ROMA.
Este monarca reinó por el espacio de cinco años de
una manera tolerable, pero luego dio rienda suelta al mayor desenfreno y a las
más atroces barbaridades. Entre otros caprichos diabólicos, ordenó que la
ciudad de Roma fuera incendiada, orden que fue cumplida por sus oficiales,
guardas y siervos.
Mientras la ciudad imperial estaba en llamas, subió
a la torre de Mecenas, tocando la lira y cantando el cántico del incendio de
Troya, declarando abiertamente que «deseaba la ruina de todas las cosas antes
de su muerte». Además del gran edificio del Circo, muchos otros palacios y
casas quedaron destruidos; varios miles de personas perecieron en las llamas, o
se ahogaron en el humo, o quedaron sepultados bajo las ruinas.
Este terrible incendio duró nueve años. Cuando
Nerón descubrió que, su conducta era intensamente censurada, y que era objeto
de un profundo odio, decidió inculpar a los cristianos, a la vez para excusarse
para aprovechar la oportunidad para llenar su mirada con nuevas crueldades.
Esta fue la causa de la primera persecución; y las
brutalidades cometidas contra los cristianos fueron tales que incluso movieron
a los mismos romanos a compasión. Nerón incluso refinó sus crueldades e inventó
todo tipo de castigos contra los cristianos que pudiera inventar la más
infernal imaginación.
En particular, hizo que algunos fueran cosidos en
pieles de animales silvestres, antojándolos a los perros hasta que expiraran; a
otros los vistió de camisas atiesadas con cera, atándolos a postes, y los
encendió en sus jardines, para iluminarlos. Esta persecución fue general por
todo el Imperio Romano; pero más bien aumentó que disminuyó el espíritu del
cristianismo. Fue durante esta persecución que fueron martirizados San Pablo y
San Pedro.
A sus nombres se pueden añadir Erasto, tesorero de
Corinto; Aristarco, el macedonio, y Trófimo, de Éfeso, convertido por San Pablo
y su colaborador, así como Josés, comúnmente llamado Barsabás, y Ananías,
obispo de Damasco; cada uno de los Setenta.
VI. MATÍAS
De él se sabe menos que de la mayoría de los
discípulos; fue escogido para llenar la vacante dejada por Judas. Fue apedreado
en Jerusalén y luego decapitado.
VII. ANDRÉS
Hermano de Pedro, predicó el evangelio a muchas
naciones de Asia; pero al llegar a Edesa fue prendido y crucificado en una cruz
cuyos extremos fueron fijados transversalmente en el suelo. De ahí el origen
del término de Cruz de San Andrés.
VIII. SAN
MARCOS
Nació de padres judíos de la tribu de Leví. Se
supone que fue convertido al cristianismo por Pedro, a quien sirvió como
amanuense, y bajo cuyo cuidado escribió su Evangelio en griego. Marcos fue
arrastrado y despedazado por el populacho de Alejandría, en la gran solemnidad
de su ídolo Serapis, acabando su vida en sus implacables manos.
IX. PEDRO
Entre muchos otros santos, el bienaventurado
apóstol Pedro fue condenado a muerte y crucificado, como algunos escriben, en
Roma; aunque otros, y no sin buenas razones, tienen sus dudas acerca de ello.
Hegesipo dice que Nerón buscó razones contra Pedro para darle muerte; y que
cuando el pueblo se dio cuenta, le rogaron insistentemente a Pedro que huyera
de la ciudad. Pedro, ante la insistencia de ellos, quedó finalmente persuadido
y se dispuso a huir.
Pero, llegando a la puerta, vio al Señor Cristo
acudiendo a él, a quien, adorándole, le dijo: «Señor, ¿a dónde vas?» A lo que
él respondió: «A ser de nuevo crucificado». Con esto, Pedro, dándose cuenta de
que se refería a su propio sufrimiento, volvió a la ciudad. Jerónimo dice que
fue crucificado cabeza abajo, con los pies arriba, por petición propia, porque
era, dijo, indigno de ser crucificado de la misma forma y manera que el Señor.
X. PABLO
También el apóstol Pablo, que antes se llamaba
Saulo, tras su enorme trabajo y obra indescriptible para promover el Evangelio
de Cristo, sufrió también bajo esta primera persecución bajo Nerón. Dice Abdías
que cuando se dispuso su ejecución, que Nerón envió a dos de sus caballeros,
Ferega y Partemio, para que le dieran la noticia de que iba a ser muerto.
Al llegar a Pablo, que estaba instruyendo al
pueblo, le pidieron que orara por ellos, para que ellos creyeran. Él les dijo
que poco después ellos creerían y serían bautizados delante de su sepulcro.
Hecho esto, los soldados llegaron y lo sacaron de la ciudad al lugar de las
ejecuciones, donde, después de haber orado, dio su cuello a la espada.
XI. JUDAS
Hermano de Jacobo, era comúnmente llamado Tadeo.
Fue crucificado en Edesa el 72 d.C.
XII. BARTOLOMÉ
Predicó en varios países, y habiendo traducido el
Evangelio de Mateo lenguaje de la India, lo propagó en aquel país. Finalmente
fue cruelmente azotado y luego crucificado por los agitados idólatras.
XIII. TOMÁS
Llamado Dídimo, predicó el Evangelio en Partía y la
India, donde, provocar a los sacerdotes paganos a ira, fue martirizado,
atravesado con lanza.
XIV. LUCAS
El evangelista, fue autor del Evangelio que lleva
su nombre. Viajó con por varios países, y se supone que fue colgado de un olivo
por los idolátricos sacerdotes de Grecia.
XV. SIMÓN
De sobrenombre Zelota, predicó el Evangelio en
Mauritania, África, incluso en Gran Bretaña, país en el que fue crucificado en
el 74 d.C.
XVI. JUAN
El «discípulo amado» era hermano de Jacobo el
Mayor. Las iglesias Esmirna, Pérgamo, Sardis, Filadelfia, Laodicea y Tiatira
fueron fundadas él. Fue enviado de Éfeso a Roma, donde se afirma que fue echado
en un caldero de aceite hirviendo.
Escapó milagrosamente, sin daño alguno. Domiciano
desterró posteriormente a la isla de Patmos, donde escribió el Libro
Apocalipsis. Nerva, el sucesor de Domiciano, lo liberó. Fue el único apóstol
que escapó una muerte violenta.
XVII. BERNABÉ
Era de Chipre, pero de ascendencia judía. Se supone
que su muerte tu lugar alrededor del 73 d.C. Y a pesar de todas estas continuas
persecuciones y terribles castigos, Iglesia crecía diariamente, profundamente
arraigada en la doctrina de apóstoles y de los varones apostólicos, y regada
abundantemente con la sangre de los santos.
LA SEGUNDA
PERSECUCIÓN, BAJO DOMICIANO, EL 81 D. C.
El emperador Domiciano, de natural inclinado a la
crueldad, dio muerte primero a su hermano, y luego suscitó la segunda
persecución contra los cristianos. En su furor dio muerte a algunos senadores
romanos, a algunos por malicia, y a otros para confiscar sus fincas. Luego
mandó que todos los pertenecientes al linaje de David fueran ejecutados.
SIMEON
Entre los numerosos mártires que sufrieron durante
esta persecución estaban Simeón, obispo de Jerusalén, que fue crucificado, y
San Juan, que fue hervido en aceite, y luego desterrado a Patmos. Flavia, hija
de un senador romano, fue asimismo desterrada al Ponto; y se dictó una ley
diciendo: «Que ningún cristiano, una vez traído ante un tribunal, quede exento
de castigo sin que renuncie a su religión».
Durante este reinado se redactaron varias historias
inventadas, con el fin de dañar a los cristianos. Tal era el apasionamiento de
los paganos que si cualquier hambre, epidemia o terremotos asolaban cualquiera
de las provincias romanas, se achacaba a los cristianos. Estas persecuciones
contra los cristianos aumentaron el número de informadores, y muchos, movidos
por la codicia, testificaron en falso contra las vidas de los inocentes.
Otra dificultad fue que cuando cualquier cristiano
era llevado ante los tribunales, se les sometía a un juramento de prueba, y si
rehusaban tomarlo, se les sentenciaba a muerte, mientras que si se confesaban
cristianos, la sentencia era la misma.
Los siguientes fueron los más destacables entre los
numerosos mártires que sufrieron durante esta persecución.
DIONISIO
Dionisio, el areopagita, era ateniense de
nacimiento, y fue instruido en toda la literatura útil y estética de Grecia.
Viajó luego a Egipto para estudiar astronomía, e hizo observaciones muy
precisas del gran eclipse sobrenatural que tuvo lugar en el tiempo de la
crucifixión de nuestro Salvador.
La santidad de su forma de vivir y la pureza de sus
maneras le recomendaron de tal manera ante los cristianos en general que fue
designado obispo de Atenas.
NICODEMO
Nicodemo, un benevolente cristiano de alguna
distinción, sufrió en Roma durante el furor de la persecución de Domiciano.
PROTASIO Y GERVASIO FUERON MARTIRIZADOS EN MILÁN.
Timoteo, el célebre discípulo de San Pablo, fue
obispo de Éfeso, donde gobernó celosamente la Iglesia hasta el 97 d.C. En este
tiempo, cuando los paganos estaban para celebrar una fiesta llamada Catagogión,
Timoteo, enfrentándose a la procesión, los reprendió severamente por su
ridícula idolatría, lo que exasperó de tal manera al pueblo que cayeron sobre él
con palos, y lo apaliaron de manera tan terrible que expiró dos días después
por efecto de los golpes.
LA TERCERA
PERSECUCIÓN, BAJO TRAJANO, 108 D.C.
PLINIO
En la tercera persecución, Plinio el Joven, hombre
erudito y famoso, viendo la lamentable matanza de cristianos, y movido por ella
a compasión, escribió a Trajano, comunicándole que había muchos miles de ellos
que eran muertos a diario, que no habían hecho nada contrario a las leyes de
Roma, por lo que no merecían persecución.
«Todo lo que ellos contaban acerca de su crimen o
error (como se tenga que llamar) sólo consistía en esto: que solían reunirse en
determinado día antes del amanecer, y repetir juntos una oración compuesta en
honor de Cristo como Dios, y a comprometerse por obligación no ciertamente a
cometer maldad alguna, sino al contrario, a nunca cometer hurtos, robos o
adulterio, a nunca falsear su palabra, a nunca defraudar a nadie; después de lo
cual era costumbre separarse, y volverse a reunir después para participar en
común de una comida inocente.»
IGNACIO
En esta persecución sufrieron el bienaventurado
mártir Ignacio, que es tenido en gran reverencia entre muchos. Este Ignacio
había sido designado al obispado de Antioquía, siguiendo a Pedro en sucesión.
Algunos dicen que al ser enviado de Siria a Roma, porque profesaba a Cristo,
fue entregado a las fieras para ser devorado.
También se dice de él que cuando pasó por Asia [la
actual Turquía], estando bajo el más estricto cuidado de sus guardianes,
fortaleció y confirmó a las iglesias por todas las ciudades por donde pasaba,
tanto con sus exhortaciones como predicando la Palabra de Dios. Así, habiendo
negado a Esmirna, escribió a la Iglesia de Roma, exhortándoles para que no
emplearan medio alguno para liberarle de su martirio, no fuera que le privaran
de aquello que más anhelaba y esperaba. «Ahora comienzo a ser un discípulo.
Nada me importa de las cosas visibles o invisibles, para poder sólo ganar a
Cristo.
Que el fuego y la cruz, que manadas de bestias
salvajes, que la rotura de los huesos y el desgarramiento de todo el cuerpo, y
que toda la malicia del diablo vengan sobre mí; ¡sea así, si sólo puedo ganar a
Cristo Jesús!» E incluso cuando fue sentenciado a ser echado a las fieras, tal
era el ardiente deseo que tenía de padecer, que decía, cada vez que oía rugir a
los leones: «Soy el trigo de Cristo; voy a ser molido con los dientes de fieras
salvajes para que pueda ser hallado pan puro».
ALEJANDRO
Adriano, el sucesor de Trajano, prosiguió esta
tercera persecución con tanta severidad como su sucesor. Alrededor de este
tiempo fueron martirizados Alejandro, obispo de Roma, y sus dos diáconos;
también Quirino y Hermes, con sus familias; Zeno, un noble romano, y alrededor
de diez mil otros cristianos.
Muchos fueron crucificados en el Monte Ararat,
coronados de espinas, siendo traspasados con lanzas, en imitación de la pasión
de Cristo. Eustaquio, un valiente comandante romano, con muchos éxitos
militares, recibió la orden de parte del emperador de unirse a un sacrificio idolátrico
para celebrar algunas de sus propias victorias.
Pero su fe (pues era cristiano de corazón) era
tanto más grande que su vanidad, que rehusó noblemente. Enfurecido por esta
negativa, el desagradecido emperador olvidó los servicios de este diestro
comandante, y ordenó su martirio y el de toda su familia.
FAUSTINES Y JOVITAS
En el martirio de Faustines y Jovitas, que eran
hermanos y ciudadanos de Brescia, tantos fueron sus padecimientos y tan grande
su paciencia, que el Calocerio, un pagano, contemplándolos, quedó absorto de
admiración, y exclamó, en un arrebato: « ¡Grande es el Dios de los cristianos!
», por lo cual fue prendido y se le hizo sufrir pareja suerte.
QUADRATUS
Muchas otras crueldades y rigores tuvieron que
sufrir los cristianos, hasta que Quadratus, obispo de Atenas, hizo una erudita
apología en su favor delante del emperador, que estaba entonces presente, y
Arístides, un filósofo de la misma ciudad, escribió una elegante epístola, lo
que llevó a Adriano a disminuir su severidad y a ceder en favor de ellos.
Adriano, al morir en el 138 d.C., fue sucedido por
Antonino Pío, uno de los más gentiles monarcas que jamás minara, y que detuvo
las persecuciones contra los cristianos.
LA CUARTA
PERSECUCIÓN, BAJO MARCO AURELIO ANTONINO, 162 D.C.
Marco Aurelio sucedió en el trono en el año 161 de
nuestro Señor, era un hombre de naturaleza más rígida y severa, y aunque
elogiable en el estudio de la filosofía y en su actividad de gobierno, fue duro
y fiero contra los cristianos, y desencadenó la cuarta persecución.
Las crueldades ejecutadas en esta persecución
fueron de tal calibre que muchos de los espectadores se estremecían de honor al
verlas, y quedaban atónitos ante el valor de los sufrientes. Algunos de los
mártires eran obligados a pasar, con sus pies ya heridos, sobre espinas,
clavos, aguzadas conchas, etc., puestos de punta; otros eran azotados hasta que
quedaban a la vista sus tendones y venas, y, después de haber sufrido los más
atroces tormentos que pudieran inventarse, eran destruidos por las muertes más
temibles.
GERMANICO
Germánico, un hombre joven, pero verdadero
cristiano, siendo entregado a las fieras a causa de su fe, se condujo con un
valor tan asombroso que varios paganos se convirtieron a aquella fe que
inspiraba tal arrojo.
POLICARPO
Policarpo, el venerable obispo de Esmirna, se ocultó
al oír que le estaban buscando, pero fue descubierto por un niño. Tras dar una
comida a los guardas que le habían prendido, les pidió una hora de oración, lo
que le permitieron, y oró con tal fervor que los guardas que le habían
arrestado sintieron haberlo hecho. Sin embargo, lo llevaron ante el procónsul,
y fue condenado y quemado en la plaza del mercado.
El procónsul le apremió, diciendo: «Jura, y te daré
la libertad: Blasfema contra Cristo.»
Policarpo le respondió: «Durante ochenta y seis
años le he servido, y nunca me ha hecho mal alguno: ¿Cómo voy yo a blasfemar
contra mi Rey, que me ha salvado?» En la estaca fue sólo atado, y no clavado
como era costumbre, porque les aseguró que se iba a quedar inmóvil; al
encenderse la hoguera, las llamas rodearon su cuerpo, como un arco, sin
tocarlo; entonces dieron orden al verdugo que lo traspasara con una espada, con
lo que manó tal cantidad de sangre que apagó el fuego.
Sin embargo se dio orden, por instigación de los
enemigos del Evangelio, especialmente judíos, de que su cuerpo fuera consumido
en la hoguera, y la petición de sus amigos, que querían darle cristiana
sepultura, fue rechazada. Sin embargo, recogieron sus huesos y tanto de sus
restos como pudieron, y los hicieron enterrar decentemente.
METRODORO, PIONIO, CARPO Y PAPILO
Metrodoro, un ministro que predicaba denodadamente,
y Pionio, que hizo varias excelentes apologías de la fe cristiana, fueron
también quemados. Carpo y Papilo, dos dignos cristianos, y Agatónica, una
piadosa mujer, sufrió el martirio en Pergamópolis, en Asia.
FELICITATE
Felicitate, una ilustre dama romana, de una
farnilia de buena posición, y muy virtuosa, era una devota cristiana. Tenía
siete hijos, a los que había educado con la más ejemplar piedad.
FLIX, FELIPE, ALEJANDRO, VITAL Y MARCIAL
Enero, el mayor, fue flagelado y prensado hasta
morir con pesos; Félix y Felipe, que le seguían en edad, fueron descerebrados
con garrotes; Silvano, el cuarto, fue asesinado siendo echado a un precipicio;
y los tres hijos menores, Alejandro, Vital y Marcial, fueron decapitados. La
madre fue después decapitada con la misma espada que los otros tres.
JUSTINO
Justino, el célebre filósofo, murió mártir en esta
persecución. Era natural de Nápolis, en Samaria, y había nacido el 103 d.C. Fue
un gran amante de la verdad y erudito universal; investigó las filosofías
estoica y peripatética, y probó la pitagórica, pero, disgustándole la conducta
de uno de sus profesores, investigó la platónica, en la que encontró gran
deleite. Alrededor del año 13 3, a los treinta años, se convirtió al
cristianismo, y entonces, por vez primera, percibió la verdadera naturaleza de
la verdad.
Escribió una elegante epístola a los gentiles, y
empleó sus talentos para convencer a los judíos de la verdad de los ritos
cristianos. Dedicó gran tiempo a viajar, hasta que estableció su residencia en
Roma, en el monte Viminal.
Abrió una escuela pública, enseñó a muchos que
posteriormente fueron personajes prominentes, y escribió un tratado para
confutar las herejías de todo tipo. Cuando los paganos comenzaron a tratar a
los cristianos con gran severidad, Justino escribió su primera apología en
favor de ellos. Este escrito exhibe una gran erudición y genio, e hizo que el
emperador publicara un edicto en favor de los cristianos.
Poco después entró en frecuentes discusiones con
Crescente, persona de vida viciosa, pero que era un célebre filósofo cínico;
los argumentos de Justino fueron tan poderosos, pero odiosos para el cínico,
que decidió, y consiguió, su destrucción.
La segunda apología de Justino, debido a ciertas
cosas que contenía, dio al cínico Crescente una oportunidad para predisponer al
emperador en contra de su autor, y por esto Justino fue arrestado, junto con
seis compañeros suyos. Al ordenársele que sacrificara a los ídolos paganos,
rehusaron, y fueron condenados a ser azotados, y a continuación decapitados;
esta sentencia se cumplió con toda la severidad imaginable.
Varios fueron decapitados por rehusar sacrificar a
la imagen de Júpiter, en particular Concordó, diácono de la ciudad de Spolito.
Al levantarse en armas contra Roma algunas de las
agitadas naciones del norte, el emperador se puso en marcha para enfrentarse a
ellas. Sin embargo, se vio atrapado en una emboscada, y temió perder todo su
ejército. Encerrado entre montañas, rodeado de enemigos y muriéndose de sed, en
vano invocaron a las deidades paganas, y entonces ordenó a los hombres que
pertenecían a la militine, o legión del trueno, que oraran a su Dios pidiendo
socorro.
De inmediato tuvo lugar una milagrosa liberación;
cayó una cantidad prodigiosa de lluvia, que fue recogida por los hombres,
haciendo presas, y dio un alivio repentino y asombroso. Parece que la tormenta,
que se abatió intensamente sobre los rostros de los enemigos, los intimidó de
tal manera, que una parte desertó hacia el ejército romano; el resto fueron
derrotados, y las provincias rebeldes fueron totalmente recuperadas.
Este asunto hizo que la persecución amainara por
algún tiempo, al menos en aquellas zonas inmediatamente bajo la inspección del
emperador, pero nos encontramos que pronto se desencadenó en Francia,
particularmente en Lyon, donde las torturas que fueron impuestas a muchos de
los cristianos casi rebasan la capacidad de descripción.
MÁS MARTIRES
Los principales de estos mártires fueron un joven
llamado Vetio Agato; Blandina, una dama cristiana de débil constitución; Sancio,
que era diácono en Vienna; a éste le aplicaron platos de bronce al rojo vivo
sobre las partes más sensibles de su cuerpo; Biblias, una débil mujer que había
sido apóstata anteriormente. Attalo, de Pérgamo, y Potino, el venerable obispo
de Lyon, que tenía noventa años.
El día en que Blandina y otros tres campeones de la
fe fueron llevados al anfiteatro, a ella la colgaron de un madero fijado sobre
el suelo, y la expusieron a las fieras como alimento-, mientras tanto ella, con
sus fervorosas oraciones, alentaba a los otros. Pero ninguna de las fieras la
tocó, por lo que fue vuelta a llevar a la mazmorra. Cuando fue sacada por
tercera y última vez, salió acompañada por Póntico, un joven de quince años, y
la constancia de la fe de ellos enfureció de tal manera a la multitud que no
fueron respetados ni el sexo de ella ni la juventud de él, y los hicieron
objeto de todo tipo de castigos y torturas. Fortalecido por Blandina, el
muchacho perseveró hasta la muerte; y ella, después de soportar los tori-nentos
mencionados, fue finalmente muerta con espada.
En estas ocasiones, cuando los cristianos recibían
el martirio, iban tomados y coronados con guirnaldas de flores; por ellas, en
el cielo, recibían eternas coronas de gloria.
Se ha dicho que las vidas de los cristianos
primitivos consistían de «persecución por encima del suelo y oración por debajo
del suelo.» Sus vidas están expresadas por el Coliseo y las catacumbas. Debajo
de Roma están los subterráneos que llamamos las catacumbas, que eran a la vez
templos y tumbas. La primitiva Iglesia en Roma podría ser llamada con razón la
Iglesia de las Catacumbas. Hay unas sesenta catacumbas cerca de Roma, en las
que se han seguido unas seiscientas millas de galerías, y esto no es la
totalidad. Estas galerías tienen una altura de alrededor de ocho pies (2,4
metros) y una anchura de entre tres a cinco pies (de casi 1 metro hasta 1,5), y
contienen a cada lado varias hileras de recesos largos, bajos, horizontales,
uno encima de otros como a modo de literas en un barco.
En estos nichos eran puestos los cadáveres, y eran
cerrados bien con una simple lápida de mármol, o con varias grandes losas de
tierra cocida ligadas con mortero. En estas lápidas o losas hay grabados o
pintados epitafios y símbolos. Tanto los paganos como los cristianos sepultaban
a sus muertos en estas catacumbas. Cuando se abrieron los sepulcros cristianos,
los esqueletos contaron su temible historia. Se encuentran cabezas separadas
del cuerpo; costillas y clavículas rotas, huesos frecuentemente calcinados por
el fuego. Pero a pesar de la terrible historia de persecución que podemos leer
ahí, las inscripciones respiran paz, gozo y triunfo. Aquí tenemos unas cuantas:
«Aquí yace Marcia, puesta a reposar en un sueño de
paz.»
«Lorenzo a su más dulce hijo, llevado por los
ángeles.»
«Victorioso en paz y en Cristo.»
«Al ser llamado, se fue en paz.»
Recordemos, al leer estas inscripciones la historia
que los esqueletos cuentan de persecución, tortura y fuego.
Pero la plena fuerza de estos epitafios se aprecia
cuando los contrastarnos con los epitafios paganos, como:
«Vive para esta hora presente, porque de nada más
estamos seguros.»
«Levanto mi mano contra los dioses que me
arrebataron a los veinte años, aunque nada malo había hecho.»
«Una vez no era. Ahora no soy. Nada sé de ello, y
no es mi preocupación.»
«Peregrino, no me maldigas cuando pases por aquí,
porque estoy en tinieblas y no puedo responder.»
Los más frecuentes símbolos cristianos en las paredes
de las catacumbas son el buen pastor con el cordero en sus hombros, una nave
con todo el velamen, arpas, anclas, coronas, vides, y por encima de todo, el
pez.
LA QUINTA
PERSECUCIÓN, COMENZANDO CON SEVERO, EL 192 D.C.
Severo, recuperado de una grave enfermedad por los
cuidados de un cristiano, Regó a ser un gran favorecedor de los cristianos en
general; pero al prevalecer los prejuicios y la furia de la multitud ignorante,
se pusieron en acción unas leyes obsoletas contra los cristianos. El avance del
cristianismo alarmaba a los paganos, y reavivaron la enmohecida calumnia de
achacar a los cristianos les desgracias accidentales que sobrevenían. Esta
persecución se desencadenó en el 192 d.C.
Pero aunque rugía la malicia persecutoria, sin
embargo el Evangelio resplandecía fulgurosamente; y firme como inexpugnable
roca resistía con éxito a los ataques de sus chillones enemigos. Tertuliano,
que vivió en esta época, nos informa de que si los cristianos se hubieran ido
en masa de los territorios romanos, el imperio habría quedado despoblado en
gran manera.
MÁRTIRES DEL SIGLO 3°
Víctor, obispo de Roma, sufrió el martirio en el
primer año del siglo tercero, el 201 d.C. Leónidas, padre del célebre Orígenes,
fue decapitado por cristiano. Muchos de los oyentes de Orígenes también
sufrieron el martirio; en particular dos hermanos, llamados Plutarco y Sereno;
otro Sereno, Herón y Heráclides, fueron decapitados. A Rhais le derramaron brea
hirviendo sobre la cabeza, y luego lo quemaron, como también su madre Marcela.
Potainiena, hermana de Rhais, fue ejecutada de la misma forma que Rhais; pero
Basflides, oficial del ejército, a quien se le ordenó que asistiera a la
ejecución, se convirtió.
Al pedírsele a Basílides, que era oficial, que
hiciera un cierto juramento, rehusó, diciendo que no podría jurar por los
ídolos romanos, por cuanto era cristiano. Llenos de estupor, los del populacho
no podían al principio creer lo que oían; pero tan pronto él confirmó lo que
había dicho, fue arrastrado ante el juez, echado en la cárcel, y poco después
decapitado.
IRENEO
Ireneo, obispo de Lyon, había nacido en Grecia, y
recibió una educación esmerada y cristiana. Se supone generalmente que el
relato de las persecuciones en Lyon fue escrito por él mismo. Sucedió al mártir
Potino como obispo de Lyon, y gobernó su diócesis con gran discreción; era un
celoso oponente de las herejías en general, y alrededor del 187 d.C. escribió
un célebre tratado contra las herejías. Víctor, obispo de Roma, queriendo
imponer allí la observancia de la Pascua en preferencia a otros lugares,
ocasionó algunos desórdenes entre los cristianos. De manera particular, Ireneo
le escribió una epístola sinódica, en nombre de las iglesias galicanas. Este
celo en favor del cristianismo lo señaló como objeto de resentimiento ante el
emperador, y fue decapitado el 202 d.C.
Extendiéndose las persecuciones a África, muchos
fueron martirizados en aquel lugar del globo; mencionaremos a los más
destacados entre ellos.
Perpetua, de unos veintidós años, casada. Los que
sufrieron con ella fueron Felicitas, una mujer casada y ya en muy avanzado
estado de gestación cuando fue arrestada, y Revocato, catecúmeno de Cartago, y
un esclavo. Los nombres de los otros presos destinados a sufrir en esta ocasión
eran Saturnino, Secundulo y Satur. En el día señalado para su ejecución fueron
llevados al anfiteatro. A Satur, Secúndulo y Revocato les mandaron que
corrieran entre los cuidados de las fieras.
Estos, dispuestos en dos hileras, los flagelaron
severamente mientras corrían entre ellos. Felicitas y Perpetua fueron
desnudadas para echarlas a un toro bravo, que se lanzó primero contra Perpetua,
dejándola inconsciente; luego se abalanzó contra Felicitas, y la empitonó
terriblemente; pero no habían quedado muertas, por lo que el verdugo las
despachó con una espada. Revocato y Satur fueron devorados por las fieras;
Saturnino fue decapitado, y Secúndulo murió en la cárcel. Estas ejecuciones
tuvieron lugar en el ocho de marzo del año 205 D. C
Esperato y otros doce fueron decapitados, lo mismo
que Androcles en Francia. Asclepiades, obispo de Antioquía, sufrió muchas
torturas, pero no fue muerto.
CECILIA Y VALERIANO
Cecilia, una joven dama de una buena familia en
Roma, fue casada con un caballero llamado Valeriano, y convirtió a su marido y
hermano, que fueron decapitados; el máximo, u oficial, que los llevó a la
ejecución, fue convertido por ellos, y sufrió su misma suerte. La dama fue
echada desnuda en un baño hirviente, y permaneciendo allí un tiempo
considerable, la decapitaron con una espada. Esto sucedió el 222 d.C.
CALIXTO Y URBANO
Calixto, obispo de Roma, sufrió martirio el 224
d.C., pero no se registra la forma de su muerte; Urbano, obispo de Roma, sufrió
la misma suerte el 232 d.C.
LA SEXTA
PERSECUCIÓN, BAJO MAXIMINO, EL 235 D.C.
El 235 d.C. comenzó, bajo Maximino, una nueva
persecución. El gobernador de Capadocia, Seremiano, hizo todo lo posible para
exterminar a los cristianos de aquella provincia.
CRISTIANOS EJECUTADOS
Las personas principales que murieron bajo este
reinado fueron Pontiano, obispo de Roma; Anteros, un griego, su sucesor, que
ofendió al gobierno al recogerlas actas de los mártires. Pamaquio y Quirito,
senadores romanos, junto con sus familias enteras, y muchos otros cristianos;
Simplicio, también senador, Calepodio, un ministro cristiano, que fue echado al
Tiber, Martina, una noble y hermosa doncella; e Hipólito, un prelado cristiano,
que fue atado a un caballo indómito, y arrastrado hasta morir.
Durante esta persecución, suscitada por Maximino,
muchísimos cristianos fueron ejecutados sin juicio, y enterrados
indiscriminadamente a montones, a veces cincuenta o sesenta echados juntos en
una fosa común, sin la más mínima decencia.
Al morir el tirano Maximino en el 238 d.C., le
sucedió Gordiano, y durante su reinado, así como el de su sucesor, Felipe, la
Iglesia estuvo libre de persecuciones durante más de diez años; pero en el 249
d.C. se desató una violenta persecución en Alejandría, por instigación de un
sacerdote pagano, sin conocimiento del emperador.
LA SÉPTIMA
PERSECUCIÓN, BAJO DECIO, EL 249 D.C.
Ésta estuvo ocasionada en parte por el
aborrecimiento que tenía contra su predecesor Felipe, que era considerado
cristiano, y tuvo lugar en parte por sus celos ante el asombroso avance del
cristianismo; porque los templos paganos comenzaban a ser abandonados, y las
iglesias cristianas estaban llenas.
Estas razones estimularon a Decio a intentar la
extirpación del nombre mismo de cristiano; y fue cosa desafortunada para el
Evangelio que varios errores se habían deslizado para este tiempo dentro de la
Iglesia; los cristianos estaban divididos entre sí; los intereses propios
dividían a aquellos a los que el amor social debía haber mantenido unidos; y la
virulencia del orgullo dio lugar a una variedad de facciones.
Los paganos, en general, tenían la ambición de
poner en acción los decretos imperiales en esta ocasión, y consideraban el
asesinato de los cristianos como un mérito para sí mismos. En esta ocasión los
mártires fueron innumerables; pero haremos relación de los principales.
FABIANO
Fabiano, obispo de Roma, fue la primera persona en
posición eminente que sintió la severidad de esta persecución. El difunto
emperador había puesto su tesoro al cuidado de este buen hombre, debido a su
integridad. Pero Decio, al no hallar tanto como su avaricia le había hecho
esperar, decidió vengarse del buen prelado. Fue entonces arrestado, y
decapitado el 20 de enero del 250 d.C.
JULIAN
Julián, nativo de Cilicia, como nos informa San
Crisóstomo, fue arrestado por ser cristiano. Fue metido en una bolsa de cuero,
junto con varias serpientes y escorpiones, y echado así al mar.
PEDRO
Pedro, un joven muy atractivo tanto de físico como
por sus cualidades intelectuales, fue decapitado por rehusar sacrificar a
Venus. En el juicio declaró: «Estoy atónito de que sacrifiquéis a una mujer tan
infame, cuyas abominaciones son registradas por vuestros mismos historiadores,
y cuya vida consistió de unas acciones que vuestras mismas leyes castigarían.
No, al verdadero Dios ofreceré yo el sacrificio aceptable de alabanzas y
oraciones.» Al oír esto Optimo, procónsul de Asia, ordenó al preso que fuera
estirado en la rueda de tormento, rompiéndole todos los huesos, y luego fue
enviado a ser decapitado.
NICOMACO
A Nicomaco, hecho comparecer ante el procónsul como
cristiano, le mandaron que sacrificara a los ídolos paganos. Nicomaco replicó:
«No puedo dar a demonios la reverencia debida sólo al Todopoderoso.» Esta
manera de hablar enfureció de tal manera al procónsul que Nicomaco fue puesto
en el potro. Después de soportar los tormentos durante un tiempo, se retractó;
pero apenas si había dado tal prueba de debilidad que cayó en las mayores agonías,
cayó al suelo, y expiró inmediatamente.
DENISA
Denisa, una joven de sólo dieciséis años, que
contempló este terrible juicio, exclamó de repente: «Oh infeliz, ¡para qué
comprar un momento de alivio a costa de una eternidad de miseria! » Optimo, al oír
esto, la llamó, y al reconocerse Denisa como cristiana, fue poco después
decapitada, por orden suya.
ANDRES Y PABLO
Andrés y Pablo, dos compañeros de Nicomaco el
mártir, sufrieron el martirio el 251 d.C. por lapidación, y murieron clamando a
su bendito Redentor.
ALEJANDRO Y
EPIMACO
Alejandro y Epimaco, de Alejandría, fueron
arrestados por ser cristianos; al confesar que efectivamente lo eran, fueron
golpeados con estacas, desgarrados con garfios, y al final quemados con fuego;
también se nos informa, en un fragmento preservado por Eusebio, que cuatro
mujeres mártires sufrieron aquel mismo día, y en el mismo lugar, pero no de la
misma manera, por cuanto fueron decapitadas.
LUCIANO Y
MARCIANO
Luciano y Marciano, dos malvados paganos, aunque
hábiles magos, se convirtieron al cristianismo, y para expiar sus antiguos
errores vivieron como eremitas, sustentándose sólo con pan y agua. Después de
un tiempo en esta condición, devinieron celosos predicadores, e hicieron muchos
convertidos. Sin embargo, rugiendo en este entonces la persecución, fueron
arrestados y llevados ante Sabinio, el gobernador de Bitinia. Al preguntárseles
en base de qué autoridad se dedicaban a predicar, Luciano contestó: «Que las
leyes de la caridad y de la humanidad obligaban a todo hombre a buscar la
conversión de sus semejantes, y a hacer todo lo que estuviera en su poder para
liberarlos de las redes del diablo.»
Habiendo respondido Luciano de esta manera,
Marciano añadió que la conversión de ellos «había tenido lugar por la misma
gracia que le había sido dada a San Pablo, que, de celoso perseguidor de la
Iglesia, se convirtió en predicador del Evangelio».
Viendo el procónsul que no podía prevalecer sobre
ellos para que renunciaran a su fe, los condenó a ser quemados vivos, sentencia
que fue pronto ejecutada.
TRIFON Y
RESPICIO
Trifón y Respicio, dos hombres eminentes, fueron
aprehendidos como cristianos, y encarcelados en Niza. Sus pies fueron
traspasados con clavos; fueron arrastrados por las calles, azotados,
desgarrados con garfios de hierro, quemados con antorchas, y finalmente
decapitados, el 1 de febrero del 251 d.C.
AGATA
Agata, una dama siciliana, no era tan notable por
sus dotes personales y adquiridas como por su piedad; tal era su hermosura que
Quintiano, gobernador de Sicilia, se enamoró de ella, e hizo muchos intentos
por vencer su castidad, pero sin éxito. A fin de gratificar sus pasiones con la
mayor facilidad, puso a la virtuosa dama en manos de Afrodica, una mujer infame
y licenciosa. Esta miserable trató, con sus artificios, de ganarla a la deseada
prostitución, pero vio fallidos todos sus esfuerzos, porque la castidad de
Agata era inexpugnable, y ella sabía muy bien que sólo la virtud podría
procurar una verdadera dicha, Afrodica hizo saber a Quintiano la inutilidad de
sus esfuerzos, y éste, enfurecido al ver sus designios torcidos, cambió su
concupiscencia en resentimiento.
Al confesar ella que era cristiana, decidió
satisfacerse con la venganza, al no poderlo hacer con su pasión. Siguiendo
órdenes suyas, fue flagelada, quemada con hierros candentes, y desgarrada con
aguzados garfios. Habiendo soportado estas torturas con una admirable
fortaleza, fue luego puesta desnuda sobre ascuas mezcladas con vidrio, y luego
devuelta a la cárcel, donde expiró el 5 de febrero del 251.
CIRILO
Cirilo, obispo de Gortyna, fue arrestado por
órdenes de Lucio, gobernador de aquel lugar, que sin embargo le exhortó a
obedecer la orden imperial, a hacer los sacrificios, y salvar su venerable
persona de la destrucción; porque ahora tenía ochenta y cuatro años. El buen
prelado le contestó que como había enseñado a otros durante mucho tiempo que
salvaran sus almas, ahora sólo podía pensar en su propia salvación. El digno
prelado escuchó su sentencia, dada con furor, sin la menor emoción, anduvo animosamente
hasta el lugar de la ejecución, y sufrió su martirio con gran entereza.
En ningún lugar se manifestó esta persecución con
tanta saña como en la isla de Creta, porque el gobernador, sumamente activo en
la ejecución de los edictos imperiales, hizo correr a ríos la sangre de los
piadosos.
BABYLAS
Babylas, un cristiano con educación académica,
llegó a ser obispo de Antioquía el 237 d.C., después de Zebino. Actuó con un
celo sin parangón, y gobernó la Iglesia con una prudencia admirable durante los
tiempos más tormentosos.
La primera desgracia que tuvo lugar en Antioquía
durante su misión fue su asedio por Sapor, rey de Persia, que, habiendo
invadido toda la Siria, tomó y saqueó esta ciudad entre otras, y trató a los
moradores cristianos de la ciudad con mayor dureza que a los otros; pero pronto
fue derrotado totalmente por Gordiano.
Después de la muerte de Gordiano, en el reinado de
Decio, este emperador vino a Antioquía, y allí, expresando su deseo de visitar
una asamblea de cristianos; pero Babylas se le opuso, y se negó absolutamente a
que entrara. El emperador disimuló su ira en aquel tiempo, pero pronto envió a
buscar al obispo, reprendiéndole duramente por su insolencia, y luego le ordenó
que sacrificara a las deidades paganas como expiación por su ofensa. Al
rehusar, fue echado en la cárcel, cargado de cadenas, tratado con la mayor
severidad, y luego decapitado, junto con tres jóvenes que habían sido sus
alumnos. Esto sucedió el 251 d.C.
Alejandro, obispo de Jerusalén, fue encarcelado por
su religión por este mismo tiempo, y allí murió debido a la dureza de su
encierro.
JULIANO
Juliano, un anciano y cojo debido a la gota, y
Cronión, otro cristiano, fueron atados a las jorobas de unos camellos,
flagelados cruelmente, y luego echados a un fuego y consumidos. También
cuarenta doncellas fueron quemadas en Antioquía, después de haber sido
encarceladas y flageladas.
SOLDADOS EN LA CUEVA
En el año 251 de nuestro Señor, el emperador Decio,
después de haber erigido un templo pagano en Éfeso, ordenó que todos los
habitantes de la ciudad sacrificaran a los ídolos. Esta orden fue noblemente
rechazada por siete de sus propios soldados, esto es, Maximiano, Marciano,
Joanes, Malco, Dionisio, Seraión y Constantino. El emperador, queriendo ganar a
estos soldados a que renunciaran a su fe mediante sus exhortaciones y lenidad,
les dio un tiempo considerable de respiro hasta volver de una expedición. Durante
la ausencia del emperador, estos huyeron y se ocultaron en una cueva; al saber
esto el emperador a su vuelta, la boca de la cueva fue cegada, y todos murieron
de hambre.
TEODORA
Teodora, una hermosa y joven dama de Antioquía
rehusó sacrificar a los ídolos de Roma, y fue condenada al burdel, para que su
virtud fuera sacrificada a la brutalidad de la concupiscencia. Dídimo, un
cristiano, se disfrazó con un uniforme de soldado romano, fue al burdel,
informó a Teodora de quién era, y la aconsejó a que huyera disfrazada con sus
ropas.
Hecho esto, y al encontrarse un hombre en el burdel
en lugar de una hermosa dama, Dídimo fue llevado ante el gobernador, a quien le
confesó la verdad; al reconocerse cristiano, de inmediato fue pronunciada
contra él la sentencia de muerte. Teodora, al oír que su liberador iba a
sufrir, acudió ante el juez, y rogó que la sentencia recayera sobre ella como
la persona culpable; pero sordo a los clamores de los inocentes, e insensible a
las demandas de la justicia, el implacable juez condenó a ambos; y fueron
ejecutados, primero decapitados, y luego sus cuerpos quemados.
SECUNDIANO
Secundiano, acusado de ser cristiano, estaba siendo
llevado a la cárcel por varios soldados. Por el camino, Veriano y Marcelino les
dijeron: «¿A dónde lleváis a un inocente?» Esta pregunta llevó al arresto de
ellos, y los tres, tras haber sido torturados, fueron colgados y decapitados.
ORIGENES
Orígenes, el célebre presbítero y catequista de
Alejandría, fue arrestado cuando tenía sesenta y cuatro años, y fue arrojado en
una inmunda mazmorra, cargado de cadenas, con los pies en el cepo, y sus
piernas extendidas al máximo durante varios días seguidos. Fue amenazado con
fuego, y torturado con todos los medios prolijos que pudieran inventar las
mentes más infernales. Durante este cruel y prolongado tormento murió el
emperador Decio, y Gallo, que le sucedió, se enzarzó en una guerra contra los
godos, con lo que los cristianos tuvieron un respiro. Durante este intervalo,
Orígenes obtuvo la libertad, y, retirándose a Tiro, se quedó allá hasta su
muerte, que le sobrevino a los sesenta y nueve años de edad.
COMELIO Y
LUCIO
Habiendo Gallo concluido sus guerras, se desató una
plaga en el imperio; el emperador ordenó entonces sacrificios a las deidades
paganas, y se desencadenaron persecuciones desde el corazón del imperio,
extendiéndose hasta las provincias más apartadas, y muchos cayeron mártires de
la impetuosidad del populacho, así como del prejuicio de los magistrados. Entre
estos mártires estuvieron Comelio, obispo cristiano de Roma, y su sucesor
Lucio, en el 253.
La mayoría de los errores que se introdujeron en la
Iglesia en esta época surgieron por poner la razón humana en competición con la
revelación; pero al demostrar los teólogos más capaces la falacia de tales
argumentos, las opiniones que se habían suscitado se desvanecieron como las
estrellas delante del sol.
LA OCTAVA
PERSECUCIÓN, BAJO VALERIANO, 257 D.C.
Ésta comenzó bajo Valeriano, en el mes de abril del
257 d.C., y continuó durante tres años y seis meses. Los mártires que cayeron
en esta persecución fueron innumerables, y sus torturas y muertes igual de
variadas y penosas. Los más eminentes entre los mártires fueron los siguientes,
aunque no se respetaron ni rango, ni sexo ni edad.
RUFINA Y
SECUNDA
Rufina y Secunda eran dos hermosas y cumplidas
damas, hijas de Asterio, un caballero eminente en Roma. Rufina, la mayor, estaba
prometida en matrimonio a Armentario, un joven noble; Secunda, la menor, a
Verino, persona de alcurnia y opulencia. Los pretendientes, al comenzar la
persecución, eran ambos cristianos; pero cuando surgió el peligro, renunciaron
a su fe para salvar sus fortunas. Se esforzaron entonces mucho en persuadir a
las damas a que hicieran lo mismo, pero, frustrados en sus Propósitos, fueron
tan abyectos como para informar en contra de ellas, que, arrestadas como
cristianas, fueron hechas comparecer ante Junio Donato, gobernador de Roma,
donde, en el 257 d.C., sellaron su martirio con su sangre.
ESTEBAN Y
SATURNINO
Esteban, obispo de Roma, fue decapitado aquel mismo
año, y por aquel tiempo Saturnino, el piadoso obispo ortodoxo de Toulouse, que
rehusó sacrificar a los ídolos, fue tratado con todas las más bárbaras
indignidades imaginables, y atado por los pies a la cola de un toro. Al darse
una señal, el enfurecido animal fue conducido escaleras abajo por las
escalinatas del templo, con lo que él fue destrozado el cráneo del digno mártir
hasta salírsele los sesos.
SIXTO
Sixto sucedió a Esteban como obispo de Roma. Se
supone que era griego de nacimiento u origen, y había servido durante un tiempo
como diácono bajo Esteban. Su gran fidelidad, singular sabiduría y valor no
común lo distinguieron en muchas ocasiones; y la feliz conclusión de una
controversia con algunos herejes es generalmente adscrita a su piedad y
prudencia. En el año 258, Marciano, que dirigía los asuntos del gobierno en
Roma, consiguió una orden del emperador Valeriano para dar muerte a todo el
clero cristiano de Roma, y por ello el obispo, con seis de sus diáconos, sufrió
el martirio en el 258.
LORENZO
Acerquémonos al fuego del martirizado Lorenzo, para
que nuestros fríos corazones sean por él hechos arder. El implacable tirano,
sabiendo que no sólo era ministro de los sacramentos, sino también distribuidor
de las riquezas de la Iglesia, se prometía una doble presa con el arresto de
una sola persona. Primero, con el rastrillo de la avaricia, conseguir para sí
mismo el tesoro de cristianos pobres; luego, con el feroz bieldo de la tiranía,
para agitarlos y perturbarlos, agotarlos en su profesión.
Con un rostro feroz y cruel semblante, el codicioso
lobo exigió saber dónde Lorenzo había repartido las riquezas de la Iglesia;
éste, pidiendo tres días de tiempo, prometió declarar dónde podría conseguir el
tesoro. Mientras tanto, hizo congregar una gran cantidad de cristianos pobres.
Así, cuando llegó el día en que debía dar su respuesta, el perseguidor le
ordenó que se mantuviera fiel a su promesa. Entonces, el valiente Lorenzo,
extendiendo sus brazos hacia los pobres, dijo: «Estos son el precioso tesoro de
la Iglesia; estos son verdaderamente el tesoro, aquellos en los que reina la fe
de Cristo, en los que Jesucristo tiene su morada.
¿Qué joyas más preciosas puede tener Cristo, que
aquellos en quienes ha prometido morar? Porque así está escrito: «Tuve hambre,
y me disteis de comer, tuve sed, y me disteis de beber, fui forastero, y me
recogisteis.» Y también: «Por cuanto lo hicisteis a uno de estos más pequeños
de mis hermanos, a mí me lo hicisteis.» ¿Qué mayores riquezas puede poseer
Cristo nuestro Maestro que el pueblo pobre en quien quiere ser visto?»
¡Ah!, ¿qué lengua puede expresar el furor y la rabia
del corazón del tirano? Ahora pateaba, echaba furiosas miradas, gesticulaba
amenazante, se comportaba como enajenado: sus ojos echaban fuego, la boca
espumajeaba como la de un jabalí, y mostraba los dientes como un infernal
mastín. No se le podía llamar ahora un hombre racional, sino más bien un león
rugiente y rampante.
«Encended el fuego (chilló él)-y no ahorréis leña.
¿Ha engañado este villano al emperador? Fuera con él, fuera con él: azotadle
con látigos, sacudidlo con varas, golpeadle con los puños, descerebradlo con
garrotes. ¿Se burla este traidor del emperador? Pellizcadlo con tenazas
ardientes, ceñidlo con placas candentes, sacad las cadenas más fuertes, y los
tridentes, y la parrilla de hierro; al fuego con él; atad al rebelde de manos y
pies; y cuando la parrilla esté al rojo vivo, echadlo en ella; asadlo, movedlo,
agitadlo: bajo pena de nuestro mayor desagrado, que cada uno de vosotros,
verdugos, cumpla su misión»
Tan pronto fueron dichas estas palabras que se
cumplieron. Después de crueles tormentos, este manso cordero fue puesto, no
diré que sobre su cama candente de hierro, sino sobre su suave colchón de
plumas. De tal manera Dios obró con este mártir Lorenzo, de manera tan
milagrosa Dios templó Su elemento fuego, que devino no una cama de dolor
consumidor, sino un lecho de reposo reparador.
En África, la persecución rugió con una violencia
peculiar; muchos miles recibieron la corona del martirio, entre los cuales se
pueden mencionar las personalidades más distinguidas:
CIPRIANO
Cipriano, obispo de Cartago, un eminente prelado y
adorno de la Iglesia. El resplandor de su genio iba templado por la solidez de
su juicio; y con todas las virtudes del caballero combinaba las virtudes de un
cristiano. Sus doctrinas eran ortodoxas y puras; su lenguaje, fácil y elegante;
y sus maneras gentiles y atrayentes; en resumen, era a la vez un predicador
piadoso y cortés. En su juventud había sido educado en los principios de los
gentiles, y poseyendo una fortuna considerable, había vivido en toda la extravagancia
del esplendor y en toda la dignidad del boato.
Alrededor del año 246, Cecilio, ministro cristiano
de Cartago, devino el feliz instrumento de su conversión, por lo cual, y por el
gran afecto que siempre sintió para con el autor de su conversión, fue llamado
Cecilio Cipriano. Antes de su bautismo estudió cuidadosamente las Escrituras, e
impactado por las bellezas de las verdades que contenían, decidió practicar las
virtudes que en ellas se recomendaban. Después de su bautismo, vendió sus
posesiones, distribuyó su dinero entre los pobres, se vistió -de manera llana,
y comenzó una vida de austeridad. Pronto fue nombrado presbítero, y, sumamente
admirado por sus virtudes y obras, fue, a la muerte de Donato en el 248 d.C.,
elegido casi unánimemente obispo de Cartago.
Los cuidados de Cipriano no se extendían sólo a
Cartago, sino a Numidia y Mauritanía. En todas sus transacciones tuvo siempre
gran atención a pedir el consejo de su clero, sabiendo que sólo la unanimidad
podría ser de servicio a la iglesia, siendo ésta su máxima: «Que el obispo
estaba en la iglesia, y la iglesia en el obispo, de manera que la unidad sólo
puede ser preservada mediante un estrecho vínculo entre el pastor y su grey.»
En el 250 d.C. Cipriano fue públicamente proscrito
por el emperador Decio, bajo el nombre de Cecilio Cipriano, obispo de los
cristianos; y el clamor universal de los paganos fue: «Cipriano a los leones;
Cipriano a las fieras.» Sin embargo, el obispo se apartó del furor del
populacho, y sus posesiones fueron de inmediato confiscadas. Durante su retiro,
escribió treinta piadosas y elegantes epístolas a su grey; pero varios cismas
que tuvieron entonces lugar en la Iglesia le provocaron gran ansiedad. Al
disminuir el rigor de la persecución, volvió a Cartago, e hizo todo lo que
estaba en su mano para deshacer las opiniones erróneas.
Al desatarse sobre Cartago una terrible peste, fue,
como era costumbre, achacada a los cristianos; y los magistrados comenzaron
entonces una persecución, lo que ocasionó una epístola de ellos a Cipriano, en
respuesta a la cual él vindicó la causa del cristianismo. En el 257 d.C. Cipriano
fue hecho comparecer ante el procónsul Aspasio Patumo, que lo desterró a una
pequeña ciudad en el mar de Libia. Al morir este procónsul, volvió a Cartago,
pero fue pronto arrestado, y llevado ante el nuevo gobernador, que lo condenó a
ser decapitado; esta sentencia fue ejecutada el catorce de septiembre del 258
d.C.
Los discípulos de Cipriano, martirizado en esta
persecución, fueron Lucio, Flaviano, Victórico, Remo, Montano, Julián, Primelo y
Donaciano.
LA TRAGEDIA
TERRIBLE
En Utica tuvo lugar una tragedia terrible:
trescientos cristianos fueron traídos, por orden del gobernador, y puestos
alrededor de un horno de cocción de cerámica. Habiendo preparado unas ascuas e incienso,
se les ordenó que o bien sacrificaran a Júpiter, o serían arrojados al horno.
Rehusando todos unánimes, saltaron valientemente al hoyo, y fueron de inmediato
asfixiados.
FRUCTUOSO
Fructuoso, obispo de Tarragona, en España, y sus
dos diáconos, Augurio y Eulogio, fueron quemados por cristianos.
DEVORADOS
POR TIGRES
Alejandro, Malco y Prisco, tres cristianos de
Palestina, y una mujer del mismo lugar, se acusaron voluntariamente de ser
cristianos, por lo que fueron sentenciados a ser devorados por tigres,
sentencia que fue ejecutada.
ASADAS
SOBRE PARRILLAS
Máxima, Donatila y Secunda, tres doncellas de
Tuburga, recibieron como bebida hiel y vinagre, fueron duramente flageladas,
atormentadas sobre un patíbulo, frotadas con cal, asadas sobre unas parrillas,
maltratadas por fieras, y finalmente decapitadas.
Es aquí oportuno observar la singular pero mísera
suerte del emperador Valeriano, que durante tanto tiempo y tan duramente
persiguió a los cristianos. Este tirano fue hecho prisionero, mediante una estratagema,
por Sapor, emperador de Persia, que lo llevó a su propio país, tratándolo allí
con la más inusitada indignidad, haciéndole arrodillarse como el más humilde
esclavo, y poniendo sobre él los pies a modo de banqueta cuando montaba en su
caballo.
Después de haberlo tenido durante siete años en
este abyecto estado de esclavitud, hizo que le sacaran los ojos, aunque tenía
entonces ochenta y tres años. No saciando con ello sus deseos de venganza,
pronto ordenó que lo despellejaran vivo y que le frotaran sal en la carne viva,
muriendo bajo tales torturas. Así cayó uno de los más tiránicos emperadores de
Roma, y uno de los más grandes perseguidores de los cristianos.
En el 260 d.C. sucedió Gallieno, hijo de Valeriano,
y durante su reinado (aparte de unos pocos mártires) la Iglesia gozó de paz
durante algunos años.
LA NOVENA
PERSECUCIÓN BAJO AURELIANO, 274 D.C.
Los principales que padecieron en esta fueron:
Félix, obispo de Roma. Este prelado accedió a la sede de Roma en el 274. Fue el
primer mártir de la petulancia de Aureliano, siendo decapitado en el veintidós
de diciembre aquel mismo año.
AGAPITO
Agapito, un joven caballero, que había vendido sus
posesiones y dado el dinero a los pobres, fue arrestado como cristiano,
torturado, y luego decapitado en Praeneste, una ciudad a un día de viaje de
Roma.
Estos son los únicos mártires que fueron
registrados durante este reinado, que pronto vio su fin, al ser el emperador
asesinado en Bizancio por sus propios criados.
Aureliano fue sucedido por Tácito, que fue seguido
por Probo, y éste por Caro; al ser muerto este emperador por un rayo, sus hijos
Camio y Numeriano le sucedieron, y durante todos estos reinados la iglesia tuvo
paz.
Diocleciano accedió al trono imperial en el 284
d.C. Al principio mostró gran favor a los cristianos. En el año 286 asoció
consigo en el imperio a Maximiano. Algunos cristianos fueron muertos antes que
se desatara ninguna persecución general. Entre estos se encontraban Feliciano y
Primo, que eran hermanos.
MARCO Y
MARCELIANO
Marco y Marceliano eran mellizos, naturales de
Roma, y de noble linaje. Sus padres eran paganos, pero los tutores, a los que
había sido encomendada la educación de los hijos, los criaron como cristianos.
Su constancia aplacó finalmente a los que deseaban que se convirtieran en
paganos, y sus padres y toda la familia se convirtieron a una fe que antes
reprobaban. Fueron martirizados siendo atados a estacas, con los pies
traspasados por clavos. Después de permanecer en esta situación un día y una
noche, sus sufrimientos fueron terminados con unas lanzas que traspasaron sus
cuerpos.
ZOE
Zoe, la mujer del carcelero, que había tenido el
cuidado de los mártires acabados de mencionar, fue también convertida por
ellos, y fue colgada de un árbol, con un fuego de paja encendido debajo de
ella. Cuando su cuerpo fue bajado, fue echado a un río, con una gran piedra
atada al mismo, a fin de que se hundiera.
LA LEGIÓN DE SOLDADOS
DIEZMADA
En el año 286 de Cristo tuvo lugar un hecho de lo
más notable. Una legión de soldados, que consistía de seis mil seiscientos
sesenta y seis hombres, estaba totalmente constituida por cristianos. Esta
legión era llamada la Legión Tebana, porque los hombres habían sido reclutados
en Tebas; estuvieron acuartelados en oriente hasta que el emperador Maximiano
ordenó que se dirigieran a las Galias, para que le ayudaran contra los rebeldes
de Borgofia.
Pasaron los Alpes, entrando en las Galias, a las
órdenes de Mauricio, Cándido y Exupernio, sus dignos comandantes, y al final se
reunieron con el emperador. Maximiano, para este tiempo, ordenó un sacrificio
general, al que debía asistir todo el ejército; también ordenó que se debiera
tomar juramento de lealtad y al mismo tiempo que se debía jurar ayudar a la
extirpación del cristianismo en las Galias. Alarmados ante estas órdenes, cada
uno de los componentes de la Legión Tebana rehusó de manera absoluta sacrificar
o tomar los juramentos prescritos. Esto enfureció de tal manera a Maximiano que
ordenó que toda la legión fuera diezmada, esto es, que se seleccionara a uno *
de cada diez hombres, y matarlo a espada.
Habiéndose ejecutado esta sanguinaria orden, el
resto permanecieron inflexibles, teniendo lugar una segunda decimación, y uno
de cada diez hombres de los que quedaban vivos fue muerto a espada. Este segundo
castigo no tuvo más efectos que el primero; los soldados se mantuvieron firmes
en su decisión y en sus principios, pero por consejo de sus oficiales hicieron
una protesta de fidelidad a su emperador. Se podría pensar que esto iba a
ablandar al emperador, pero tuvo el efecto contrario, porque, encolerizado ante
la perseverancia y unanimidad que demostraban, ordenó que toda la legión fuera
muerta, lo que fue efectivamente ejecutado por las otras tropas, que los
despedazaron con sus espadas, el 22 de septiembre del 286.
ALBAN
Alban, de quien recibió su nombre St. Alban en
Henfordshire, fue el primer mártir británico. Gran Bretaña había recibido el
Evangelio de Cristo mediante Lucio, el primer rey cristiano, pero no sufrió de
la ira de la persecución hasta muchos años después. Alban era originalmente
pagano, pero convertido por un clérigo cristiano, llamado Anfíbalo, a quien dio
hospitalidad a causa de su religión. Los enemigos de Anfíbalo, enterándose del
lugar dónde estaba escondido, llegaron a casa de Alban, a fin de facilitar su
huida, se presentó como la persona a la que buscaban. Al descubrirse el engaño,
el gobernador ordenó que le azotaran, y luego fue sentenciado a ser decapitado,
el 22 de junio del 287 d.C.
Nos asegura el venerable Beda que, en esta ocasión,
el verdugo se convirtió súbitamente al cristianismo, y pidió permiso para morir
por Alban, o con él. Obteniendo su segunda petición, fueron ambos decapitados
por un soldado, que asumió voluntariamente el papel de verdugo. Esto sucedió en
el veintidós de junio del 287 en Verulam, ahora Stg Alban en Henfordshire,
donde se levantó una magnífica iglesia en su memoria para el tiempo de
Constantino el Grande. El edificio, destruido en las guerras sajonas, fue
reconstruido por Offa, rey de Mercia, y junto a él se levantó un monasterio,
siendo aún visibles algunas de sus ruinas; la iglesia es un noble edificio
gótico.
Fe, una mujer cristiana de Aquitania, Francia, fue
asada sobre una parrilla, y luego decapitada, en el 287 d.C.
QUINTIN, LUCIANO
Quintín era un cristiano natural de Roma, pero
decidió emprender la propagación del Evangelio en las Galias, con un tal
Luciano, y predicaron juntos en Amiens; después de ello Luciano fue a
Beaumaris, donde fue martirizado. Quintín permaneció en la Picardía, y mostró
gran celo en su ministerio. Arrestado como cristiano, fue estirado con poleas
hasta que se dislocaron sus miembros; su cuerpo fue desgarrado con azotes de
alambres, y derramaron aceite y brea hirviendo sobre su carne desnuda; se le
aplicaron antorchas encendidas a sus lados y sobacos; después de haber sido
torturado de esta manera, fue enviado de vuelta a la mazmorra, muriendo allí el
31 de octubre del 287 por las atrocidades que le habían infligido. Su cuerpo
fue lanzado al Somme.
LA DÉCIMA
PERSECUCIÓN, BAJO DIOCLECIANO, 303 D.C.
Bajo los emperadores romanos, y comúnmente llamada
la Era de los Mártires, fue ocasionada en parte por el número en aumento de los
cristianos y por sus crecientes riquezas, y por el odio de Galerio, el hijo
adoptivo de Diocleciano, que, estimulado por su madre, una fanática pagana,
nunca dejó de empujar al emperador para que iniciara esta persecución hasta que
logró su propósito.
ACONTECIMIENTOS
SANGRIENTOS
El día fatal fijado para el comienzo de la
sangrienta obra era el veintitrés de febrero del 303 d.C., el día en que se
celebraba la Terminación, y en el que, como se jactaban los crueles paganos,
esperaban terminar con el cristianismo. En el día señalado comenzó la
persecución en Nicomedia, en la mañana del cual el prefecto de la ciudad
acudió, con un gran número de oficiales y alguaciles, a la iglesia de los
cristianos, donde, forzando las puertas, tomaron todos los libros sagrados y
los lanzaron a las llamas.
Toda esta acción tuvo lugar en presencia de
Diocleciano y Galerio, los cuales, no satisfechos con quemar los libros,
hicieron derruir la iglesia sin dejar ni rastro. Esto fue seguido por un severo
edicto, ordenando la destrucción de todas las otras iglesias y libros de los
cristianos; pronto siguió una orden, para proscribir a los cristianos de todas
las denominaciones.
La publicación de este edicto ocasionó un martirio
inmediato, porque un atrevido cristiano no sólo lo arrancó del lugar en el que
estaba puesto, sino que execró el nombre del emperador por esta injusticia. Una
provocación así fue suficiente para atraer sobre sí la venganza pagana; fue
entonces arrestado, severamente torturado, y finalmente quemado vivo.
Todos los cristianos fueron prendidos y
encarcelados; Galerio ordenó en privado que el palacio imperial fuera
incendiado, para que los cristianos fueran acusados de incendiarios, dándose
una plausible razón para llevar a cabo la persecución con la mayor de las
severidades. Comenzó un sacrificio general, lo que ocasionó vahos martirios.
No se hacía distinción de edad ni de sexo; el
nombre de cristiano era tan odioso para los paganos que todos inmediatamente
cayeron víctimas de sus opiniones. Muchas casas fueron incendiadas, y familias
cristianas enteras perecieron en las llamas; a otros les ataron piedras en el
cuello, y atados juntos fueron llevados al mar. La persecución se hizo general
en todas las provincias romanas, pero principalmente en el este. Por cuanto
duró diez años, es imposible determinar el número de mártires, ni enumerar las
varias formas de martirio.
Potros, azotes, espadas, dagas, cruces, veneno y
hambre se emplearon en los diversos lugares para dar muerte a los cristianos; y
se agotó la imaginación en el esfuerzo de inventar torturas contra gentes que
no habían cometido crimen alguno, sino que pensaban de manera distinta de los
seguidores de la superstición.
Una ciudad de Frigia, totalmente poblada por
cristianos, fue quemada, y todos los moradores perecieron en las llamas.
Cansados de la degollina, finalmente, varios
gobernadores de provincias presentaron ante la corte imperial lo inapropiado de
tal conducta. Por ello a muchos se les eximió de ser ejecutados, pero, aunque
no eran muertos, se hacía todo por hacerles la vida miserable; a muchos se les
cortaban las orejas, las narices, se les sacaba el ojo derecho, se inutilizaban
sus miembros mediante terribles dislocaciones, y se les quemaba la carne en
lugares visibles con hierros candentes.
Es necesario ahora señalar de manera particular a
las personas más destacadas que dieron su vida en martirio en esta sangrienta
persecución.
SEBASTIAN
Sebastián, un célebre mártir, había nacido en
Narbona, en las Galias, y después llego a ser oficial de la guardia del
emperador en Roma. Permaneció un verdadero cristiano en medio de la idolatría.
Sin dejarse seducir por los esplendores de la corte, sin mancharse por los
malos ejemplos, e incontaminado por esperanzas de ascenso. Rehusando caer en el
paganismo, el emperador lo hizo llevar a un campo cercano a la ciudad, llamado
Campo de Marte, y que allí le dieran muerte con flechas; ejecutada la sentencia,
algunos piadosos cristianos acudieron al lugar de la ejecución, para dar
sepultura a su cuerpo, y se dieron entonces cuenta de que había señales de vida
en su cuerpo; lo llevaron de inmediato a lugar seguro, y en poco tiempo se
recuperó, preparándose para un segundo martirio; porque tan pronto como pudo
salir se puso intencionadamente en el camino del emperador cuando éste subía
hacia el templo, y lo reprendió por sus muchas crueldades e irrazonables
prejuicios contra el cristianismo.
Diocleciano, cuando pudo recobrarse de su asombro,
ordenó que Sebastián fuera arrestado y llevado a un lugar cercano a palacio, y
allí golpeado hasta morir; y para que los cristianos no lograran ni recuperar
ni sepultar su cuerpo, ordenó que fuera echado a la alcantarilla. Sin embargo,
una dama cristiana llamada Lucina encontró la manera de sacarlo de allí, y de
sepultarlo en las catacumbas, o nichos de los muertos.
Para este tiempo, los cristianos, después de una
seria consideración, pensaron que era ilegítimo portar armas a las órdenes de
un emperador pagano. Maximiliano, el hijo de Fabio Víctor, fue el primero
decapitado bajo esta norma.
VICTOR
Víctor, siciliano de una familia de alto rango, fue
educado como cristiano; al aumentar sus virtudes con el paso de los años, su constancia
le apoyó a través de todas las aflicciones, y su fe fue superior a los más
grandes peligros. Su padre Hylas, que era pagano, al descubrir que su hijo
había sido instruido en los principios del cristianismo por la nodriza que lo
había criado, empleó todos sus esfuerzos por volverlo al paganismo, y al final
sacrificó su hijo a los ídolos, el 14 de junio del 303 d.C.
Víctor era un cristiano de buena familia en
Marsella, en Francia; pasaba gran parte de la noche visitando a los afligidos y
confirmando a los débiles; esta piadosa obra no la podía llevar a cabo durante
el día de manera consonante con su propia seguridad; gastó su fortuna en
aliviar las angustias de los cristianos pobres. Finalmente, empero, fue
arrestado por edicto del emperador Maximiano, que le ordenó ser atado y
arrastrado por las calles. Durante el cumplimiento de esta orden fue tratado
con todo tipo de crueldades e indignidades por el enfurecido populacho.
Siguiendo inflexible, su valor fue considerado como obstinación. Se ordenó que
fuera puesto al potro, y él volvió sus ojos al cielo, orando a Dios que le
diera paciencia, tras lo cual sufrió las torturas con la más admirable
entereza.
Cansados los verdugos de atormentarle, fue llevado
a una mazmorra. En este encierro convirtió a sus carceleros, llamados
Alejandro, Feliciano y Longino. Enterándose el emperador de esto, ordenó que
fueran ejecutados de inmediato, y los carceleros fueron por ello decapitados. Víctor
fue de nuevo puesto al potro, golpeado con varas sin misericordia, y de nuevo
echado en la cárcel. Al ser interrogado por tercera vez acerca de su religión,
perseveró en sus principios; trajeron entonces un pequeño altar, y le ordenaron
que de inmediato ofreciera incienso sobre él. Enardecido de indignación ante
tal petición, se adelantó valientemente, y con una patada derribó el altar y el
ídolo. Esto enfureció de tal manera a Maximiano, que estaba presente, que
ordenó que el pie que había golpeado el altar fuera de inmediato amputado;
luego Víctor fue echado a un molino, y destrozado por las muelas, en el 303
d.C.
TARACO,
PROBO Y ANDROICO
Estando en Tarso Máximo, gobernador de Cilicia,
hicieron comparecer ante él a tres cristianos; sus nombres eran Taraco, un
anciano, Probo y Andrónico. Después de repetidas torturas y exhortaciones para
que se retractaran, fueron finalmente llevados a su ejecución.
Llevados al anfiteatro, les soltaron varias fieras;
pero ninguno de los animales, aunque hambriento, los queda tocar. Entonces el
guardador sacó un gran oso, que aquel mismo día había destruido a tres hombres;
pero tanto este voraz animal como una feroz leona rehusaron tocar a los presos.
Al ver imposible su designio de destruirlos por medio de las fieras, Máximo
ordenó su muerte por la espada, el 11 de octubre del 303 d.C.
ROMANO
Romano, natural de Palestina, era diácono de la
iglesia de Cesarea en la época del comienzo de la persecución de Diocleciano.
Condenado por su fe en Antioquía, fue flagelado, puesto en el potro, su cuerpo
fue desgarrado con garfios, su carne cortada con cuchillos, su rostro marcado,
le hicieron saltar los dientes a golpes, y le arrancaron el cabello desde las
raíces. Poco después ordenaron que fuera estrangulado. Era el 17 de noviembre
del 303 d.C.
SUSANA
Susana, sobrina de Cayo, obispo de Roma, fue apremiada
por el emperador Diocleciano para que se casara con un noble pagano, que era un
pariente próximo del emperador. Rehusando el honor que se le proponía, fue
decapitada por orden del emperador.
DOROTEO
Doroteo, el gran chambelán de la casa de Diocleciano,
era cristiano, y se esforzó mucho en ganar convertidos. En sus labores
religiosas fue ayudado por Gorgonio, otro cristiano, que pertenecía al palacio.
Fueron primero torturados y luego estrangulados.
PEDRO EL
EUNUCO
Pedro, un eunuco que pertenecía al emperador, era
un cristiano de una singular modestia y humildad. Fue puesto sobre una parrilla
y asado a fuego lento hasta que expiró.
CIPRIANO Y
JUSTINA
Cipriano, conocido como el mago, para distinguirlo
de Cipriano obispo de Cartago, era natural de Antioquía- Recibió una educación
académica en su juventud, y se aplicó de manera particular a la astrología;
después de ello, viajó para ampliar conocimientos, yendo por Grecia, Egipto, la
India, etc. Con el paso del tiempo conoció a Justina, una joven dama de Antioquía,
cuyo nacimiento, belleza y cualidades suscitaban la admiración de todos los que
la conocían.
Un caballero pagano pidió a Cipriano que le ayudara
a conseguir el amor de la bella Justina; emprendiendo él esta tarea, pronto fue
sin embargo convertido, quemó sus libros de astrología y magia, recibió el
bautismo, y se sintió animado por el poderoso espíritu de gracia. La conversión
de Cipriano ejerció un gran efecto sobre el caballero pagano que le pagaba sus
gestiones con Justina, y pronto él mismo abrazó el cristianismo. Durante las
persecuciones de Diocleciano, Cipriano y Justina fueron apresados como
cristianos; el primero fue desgarrado con tenazas, y la segunda azotada;
después de sufrir otros tormentos, fueron ambos decapitados.
EULALIA
Eulalia, una dama española de familia cristiana,
era notable en su juventud por su gentil temperamento, y por su solidez de
entendimiento, pocas veces hallado en los caprichos de los años juveniles.
Apresada como cristiana, el magistrado intentó de las maneras más suaves
ganarla al paganismo, pero ella ridiculizó las deidades paganas con tal
aspereza que el juez, enfurecido por su conducta, ordenó que fuera torturada.
Así, sus costados fueron desgarrados con garfios, y sus pechos quemados de la
manera más espantosa, hasta que expiró debido a la violencia de las llamas;
esto ocurrió en diciembre del 303 d.C.
VALERIO Y
VICENTE
En el año 304, cuando la persecución alcanzó a
España, Daciano, gobernador de Tarragona, ordenó que Valerio, el obispo, y
Vicente, el diácono, fueran apresados, cargados de cadenas y encarcelados. Al
mantenerse firmes los presos en su resolución, Valerio fue desterrado, y
Vicente fue puesto al potro, dislocándose sus miembros, desgarrándole la carne
con garfios, y siendo puesto sobre la parrilla, no sólo poniendo un fuego
debajo de él, sino pinchos encima, que atravesaban su carne. Al no destruirle
estos tormentos, ni hacerle cambiar de actitud, fue devuelto a la cárcel,
confinado en una pequeña e inmunda mazmorra oscura, sembrada de piedras de sílex
aguzadas y de vidrios rotos, donde murió el 22 de enero del 304. Su cuerpo fue
echado al río.
La persecución de Diocleciano comenzó a endurecerse
de manera particular en el 304 d.C., cuando muchos cristianos fueron torturados
de manera cruel y muertos con las muertes más penosas e ignominiosas. De ellos
enumeraremos a los más eminentes y destacados.
SATURNINO
Saturnino, un sacerdote de Albitina, una ciudad de África,
fue, después de su tortura, enviado de nuevo a la cárcel, donde se le dejó morir
de hambre. Sus cuatro hijos, tras ser atormentados de varias maneras,
compartieron la misma suerte con su padre.
Dativas, un noble senador romano; Telico, un
piadoso cristiano; Victoria, una joven dama de una familia de alcurnia y
fortuna, con algunos otros de clases sociales más humildes, todos ellos
discípulos de Saturnino, fueron torturados de manera similar, y perecieron de
la misma manera.
CORONA DE
MARTIRIO
Agrape, Quionia e Irene, tres hermanas, fueron
encarceladas en Tesalónica, cuando la persecución de Diocleciano llegó a
Grecia. Fueron quemadas, y recibieron en las llamas la corona del martirio el
25 de marzo del 304. El gobernador, al ver que no podía causar impresión alguna
sobre Irene, ordenó que fuera expuesta desnuda por las calles, y cuando esta
vergonzosa orden fue ejecutada, se encendió un fuego cerca de la muralla de la
ciudad, entre cuyas llamas subió su espíritu más allá de la crueldad humana.
AGATO
Agato, hombre de piadosa mente, y Cassice, Felipa y
Eutiquia, fueron martirizados por el mismo tiempo; pero los detalles no nos han
sido transmitidos.
MARCELINO
Marcelino, obispo de Roma, que sucedió a Cayo en
aquella sede, habiéndose opuesto intensamente a que se dieran honras divinas a
Diocleciano, sufrió el martirio, mediante una variedad de torturas, en el año
304, consolando su alma, hasta expirar, con la perspectiva de aquellos
gloriosos galardones que recibiría por las torturas experimentadas en el
cuerpo.
VICTORIO,
CARPOFORO, SEVERO Y SEVEANO
Victorio, Carpoforo, Severo y Sevehano eran
hermanos, y los cuatro estaban empleados en cargos de gran confianza y honor en
la ciudad de Roma. Habiéndose manifestado contra el culto a los ídolos, fueron
arrestados y azotados con la plumbetx, o azotes que en sus extremos llevaban
bolas de plomo. Este castigo fue aplicado con tal exceso de crueldad que los
piadosos hermanos cayeron mártires bajo su dureza.
TIMOTEO Y
MAURA
Timoteo, diácono de Mauritania, y su mujer Maura,
no habían estado unidos por más de tres semanas por el vínculo del matrimonio
cuando se vieron separados uno del otro por la persecución. Timoteo, apresado
por cristiano, fue llevado ante Arriano, gobernador de Tebas, que sabiendo que
guardaba las Sagradas Escrituras, le mandó que se las entregara para quemarlas.
A esto respondió: «Si tuviera hijos, antes te los daría para que fueran
sacrificados, que separarme de la Palabra de Dios.» El gobernador, airado en
gran manera ante esta contestación, ordenó que le fueran sacados los ojos con
hierros candentes, diciendo: «Al menos los libros no te serán de utilidad,
porque no verás para leerlos.» Su paciencia ante esta acción fue tan grande que
el gobernador se exasperó más y más; por ello, a fin de quebrantar su
fortaleza, ordenó que lo colgaran de los pies, con un peso colgado del cuello,
y una mordaza en la boca.
En este estado, Maura le apremió tiernamente a que
se retractara, por causa de ella; pero él, cuando le quitaron la mordaza de la
boca, en lugar de acceder a los ruegos de su mujer, la censuró intensamente por
su desviado amor, y declaró su resolución de morir por su fe. La consecuencia
de esto fue que Maura decidió imitar su valor y fidelidad, y o bien acompañarle,
o bien seguirle a la gloria. El gobernador, tras intentar en vano que cambiara
de actitud, ordenó que fuera torturada, lo que tuvo lugar con gran severidad.
Tras ello, Timoteo y Maura fueron crucificados cerca el uno del otro el 304
d.C.
HASTA MORIR
A Sabino, obispo de Assisi, le fue cortada la mano
por orden del gobernador de Toscana, por rehusar sacrificar a Júpiter y por
empujar el ídolo de delante de él. Estando en la cárcel, convirtió al
gobernador y a su familia, los cuales sufrieron martirio por la fe. Poco
después de la ejecución de ellos, el mismo Sabino fue flagelado hasta morir, en
diciembre del 304 d.C.
Cansado de la farsa del estado y de los negocios
públicos, el emperador Diocleciano abdicó la diadema imperial, y fue sucedido
por Constancio y Galerio; el primero era un príncipe de una disposición
sumamente gentil y humana, y el segundo igualmente destacable por su crueldad y
tiranía. Estos se dividieron el imperio en dos gobiernos iguales, minando
Galerio en oliente y Constancio en occidente; y los pueblos bajo ambos
gobiernos sintieron los efectos de las disposiciones de los dos emperadores, porque
los de occidente eran gobernados de la manera más gentil, mientras que los que
residían en oriente sentían todas las miserias de la opresión y de torturas
dilatadas.
ENTRE LOS MUCHOS MARTIRIZADOS POR ORDEN DE GALERIO, ENUMERAREMOS LOS MÁS
EMINENTES.
ANFIANO
Anfiano era un caballero eminente en Lucia, y
estudiante de Eusebio; Julita, una mujer licaonia de linaje regio, pero más
célebre por sus virtudes que por su sangre noble. Mientras estaba en el potro,
dieron muerte a su hijo delante de ella. Julita, de Capadocia, era una dama de
distinguida capacidad, gran virtud e insólito valor. Para completar su
ejecución, le derramaron brea hirviendo sobre los pies, desgarraron sus
costados con garfios, y recibió la culminación de su martirio siendo decapitada
el 16 de abril del 305 d.C.
HERMOLAOS
Hermolaos, un cristiano piadoso y venerable, muy
anciano, y gran amigo de Pantaleón, sufrió el martirio por la fe en el mismo
día y de la misma manera que Pantaleón.
EUSTRATIO
Eustratio, secretario del gobernador de Armina, fue
echado en un horno de fuego por exhortar a algunos cristianos que habían sido
apresados a que perseveraran en su fe.
NICANDER Y MARCIANO
Nicander y Marciano, dos destacados oficiales
militares romanos, fueron encarcelados por su fe. Como eran ambos hombres de
gran valía en su profesión, se emplearon todos los medios imaginables para
persuadirles a renunciar al cristianismo; pero, al encontrarse estos medios
ineficaces, fueron decapitados.
EN EL REINO DE NAPOLES
En el reino de Nápoles tuvieron lugar varios
maftirios, en particular Januaries, obispo de Beneventum; Sosio, diácono de
Misene; Próculo, que también era diácono; Eutico y Acutio, hombres del Pueblo;
Festo, diácono, y Desiderio, lector, todos ellos fueron, por ser cristianos,
condenados por el gobernador de Campania a ser devorados por las fieras. Pero
las salvajes fieras no querían tocarlos, por lo que fueron decapitados.
QUIRINIO
Quirinio, obispo de Siscia, llevado ante el
gobernador Matenio, recibió la orden de sacrificar a las deidades paganas, en
conformidad a las órdenes de varios emperadores romanos. El gobernador, al ver
su decisión contraria, lo envió a la cárcel, cargado de cadenas, diciéndose que
las durezas de una mazmorra, algunos tormentos ocasionales y el peso de las
cadenas podrían quebrantar su resolución.
Pero decidido en sus principios, fue enviado a
Amancio, el principal gobernador de Panonia, hoy día Hungría, que lo cargó de
cadenas, y lo arrastró por las principales ciudades del Danubio, exponiéndolo a
la mofa popular doquiera que iba. Llegando finalmente a Sabaria, y viendo que
Quirino no iba a renunciar a su fe, ordenó arrojarlo al río, con una piedra atada
al cuello.
Al ejecutarse esta sentencia, Quirino flotó durante
cierto tiempo, exhortando al pueblo en los términos más piadosos, y concluyendo
sus amonestaciones con esta oración: «No es nada nuevo para ti, oh todopoderoso
Jesús, detener los cursos de los ríos, ni hacer que alguien camine sobre el
agua, como hiciste con tu siervo Pedro; el pueblo ya ha visto la prueba de tu
poder en mí, concédeme ahora que dé mi vida por tu causa, oh mi Dios». Al
pronunciar estas últimas palabras se hundió de inmediato, y murió, el 4 de
junio del 308 d.C. Su cuerpo fue después rescatado y sepultado por algunos
piadosos cristianos.
PANFILIO
Pánfilo, natural de Fenicia, de una familia de
alcurnia, fue un hombre de tan grande erudición que fue llamado un segundo
Orígenes. Fue recibido en el cuerpo del clero en Cesarea, donde estableció una
biblioteca pública y dedicó su tiempo a la práctica de toda virtud cristiana.
Copió la mayor parte de las obras de Orígenes de su propio puño y letra, y,
ayudado por Eusebio, dio una copia correcta del Antiguo Testamento, que había
sufrido mucho por la ignorancia o negligencia de los anteriores transcriptores.
En el año 307 fue prendido y sufrió tortura y martirio.
MARCELO
Marcelo, obispo de Roma, al ser desterrado por su
fe, cayó mártir de las desgracias que sufrió en el exilio, el 16 de enero del
310 d.C.
Pedro, el decimosexto obispo de Alejandría, fue
martirizado el 25 de noviembre del 311 d.C. por orden de Máximo César, que
minaba en el este.
INES, SERENA Y VALENTIN
Inés, una doncella de sólo trece años, fue
decapitada por ser cristiana; también lo fue Serena, la esposa emperatriz de
Diocleciano. Valentín, su sacerdote, sufrió la misma suerte en Roma; y Erasmo,
obispo, fue martirizado en Campania.
Poco después de esto, la persecución aminoró en las
zonas centrales del imperio, así como en occidente; y la Providencia comenzó
finalmente a manifestar la venganza contra los perseguidores. Maximiano intentó
corromper a su hija Fausta para que diera muerte a su marido Constantino; ella
lo reveló a su marido, y Constantino le obligó a escoger su propia muerte, con
lo que se decidió por la ignominiosa de ser colgado después de haber sido
emperador casi veinte años.
Constantino era el buen y virtuoso hijo de un padre
bueno y virtuoso, y nació en Gran Bretaña. Su madre se llamaba Elena, hija del
Rey Coilo. Era un príncipe de lo más generoso y gentil, teniendo el deseo de
cuidar la educación y las bellas artes, y a menudo él mismo leía, escribía y
estudiaba. Tuvo un maravilloso éxito y prosperidad en todo lo que emprendió, lo
que se supuso que provenía de esto (lo que así fue ciertamente): que era un tan
gran favorecedor de la fe cristiana. Fe que cuando abrazó, lo hizo con la más
devota y religiosa reverencia.
Así Constantino, suficientemente dotado de fuerzas
humanas, pero especialmente dotado por Dios, emprendió camino a Italia durante
el último año de la persecución, el 313 d.C. Majencio, al saber la Regada de
Constantino, y confiando más en su diabólico arte mágico que en la buena
voluntad de sus súbditos, que bien poco merecía, no osó mostrarse fuera de la
ciudad ni enfrentarse con él en campo abierto, sino que con guarniciones
ocultas se emboscó a la espera por diversos lugares angostos por los que
debería pasar, con las que Constantino se batió en diversas escaramuzas,
venciéndolas y poniéndolas en fuga por el poder del Señor.
Sin embargo, Constantino no estaba todavía en opaz,
sino con grandes ansiedades y temor en su mente (acercándose ahora a Roma)
debido a los encantamientos y hechicerías de Majencio, con las que había
vencido contra Severo, a quien Galerio había enviado contra él. Por ello,
estando en grandes dudas y perplejidad en sí mismo, y dándole vueltas a muchas
cosas en su mente, acerca de qué ayuda podría tener contra las operaciones de
su magia, Constantino, acercándose en su viaje hacia la ciudad, y levantando
muchas veces los ojos al cielo, vio en el sur, cuando el sol se estaba
poniendo, un gran resplandor en el cielo, que aparecía en la similitud de una
cruz, dando esta inscripción: In hoc vince, esto es: «Vence por medio de esto.»
Eusebio Pánfilo da testimonio de que él oyó al
mismo Constantino repetir varias veces, y también jurar que era cosa verdadera
y cierta, lo que había visto con sus propios ojos en el cielo, y también sus
soldados a su alrededor. Al ver aquello quedó grandemente atónito, y,
consultando con sus hombres acerca del significado de aquello, entonces se le
apareció Cristo durante su sueño, aquella noche, con la señal de la misma cruz
que había visto antes, invitándole a que la tomara como signo, y a que la
llevara en sus guerras delante de él, y que así tendría la victoria.
Constantino estableció de tal manera la paz de la
Iglesia que por el espacio de mil años no leemos de ninguna persecución contra
los cristianos, hasta el tiempo de Juan Wickliffe.
¡Tan feliz, tan gloriosa, fue la victoria de
Constantino, de sobrenombre el Grande! Por el gozo y la alegría de la cual, los
ciudadanos que habían antes enviado a buscarlo lo llevaron en gran triunfo en
la ciudad de Roma, donde fue recibido con grandes honores, y celebrado por
siete días seguidos; además, hizo levantar en el mercado su imagen, sosteniendo
en su diestra la señal de la cruz, con esta inscripción: «Con esta señal de
salud, el verdadero signo de fortaleza, he rescatado y liberado vuestra ciudad
del yugo del tirano.»
Terminaremos nuestro relato de la décima y última
persecución general con la muerte de San Jorge, el santo titular y patrón de
Inglaterra. San Jorge nació en Capadocia, de padres cristianos, y, dando prueba
de su valor, fue ascendido en el ejército del emperador Diocleciano. Durante la
persecución, San Jorge abandonó su comisión, fue valientemente al senado, y
manifestó abiertamente su condición de cristiano, aprovechando la ocasión para
protestar contra el paganismo, y para señalar el absurdo de dar culto a ídolos.
Esta libertad provocó de tal manera al senado que dieron la orden de torturar a
Jorge, y fue, por orden del emperador, arrastrado por las calles y decapitado
al día siguiente.
La leyenda del dragón, asociada con este martirio,
es usualmente ilustrada representando a San Jorge sentado sobre un caballo
lanzado a la carga y traspasando al monstruo con su lanza. Este dragón ardiente
simboliza al diablo, que fue vencido por la firme fe de San Jorge en Cristo,
que permaneció inmutable a pesar del tormento y de la muerte.
BIOGRAFIAS DE AUATORES DEL CRISTIANISMO
JAY E. ADAMS
Datos Biográphicos: N. en Estados Unidos.
Realizó sus estudios en la Universidad de John Hopkins (Máster en griego), en
la Universidad de Missouri (Ph.D.); en el Seminario Reformado Episcopal (B.D.),
en Temple University School of Practical Theology (S.T.M.). Cursó estudios de
graduado en Pittsburgh-Xenia Theological Seminary y en Eli Lilly Fellowship de
la Universidad de Illinois, bajo la dirección del Dr. O. Hobart Mowrer.
Fue pastor en diversas
iglesias en Pennsylvania y Nueva Jersey, con la Iglesia Presbiteriana Reformada
y la Iglesia Presbiteriana Ortodoxa. Fue profesor de teología práctica y directa
de Estudios Avanzados en el Westminster Theological Seminary (California).
Decano del Instituto de Estudios Pastorales en la Fundación Cristiana de
Orientación y Educación (Laverock, Pennsylvania). En 1991 dejó su puesto en el
Seminario Westminster para, junto a su yerno, dedicarse a la predicación y
fundación de iglesias en Carolina del Sur.
Influenciado, primero,
por los escritos del profesor de psicología O. Hobart Mowrer (autor de Crisis
en Psiquiatría y Religión y El nuevo grupo de terapia), que desafían la
existencia misma de la psiquiatría institucionalizada y los falsos dogmas de la
psiquiatría moderna, fue a estudiar, después, y trabajar con él. A. aprendió la
necesidad del énfasis psicológico en la responsabilidad personal: que los
problemas del “paciente” son morales, no médicos. “Llegué a casa sintiéndome
profundamente deudor a Mowrer por llevarme de manera indirecta a la conclusión
que yo, como ministro cristiano, hubiera debido haber mantenido desde el
principio, esto es, que muchos de los “enfermos mentales” son personas que
pueden ser ayudados por el ministerio de la Palabra de Dios” (Capacitado para
orientar, p. 21). En la misma línea está el psiquiatra cristiano suizo Paul
Tournier (v.).
A. denuncia la naturaleza
de las técnicas freudianas y rogerianas y defiende lo que él denomina la
orientación noutética (del griego nouteteo: amonestar, advertir, instruir).
En 1991 dejó su cátedra
en el Westminster Theological Seminary, para hacer obra pionera de fundación de
iglesias en Carolina del Sur, junto a su yerno.
SAN AURELIO
AGUSTÍN DE HIPONA
FECHAS:(354-430)
Datos Biográphicos: Considerado el más
importante de los teólogos cristianos desde el Apóstol Pablo, Agustín nació el
13 de noviembre del año 354 en la ciudad de Tagaste, actual territorio de Argelia,
en el Norte de África. Sus padres, Patricio y Mónica, pertenecían a la clase
media, aunque se distanciaban por sus creencias: Patricio era pagano, mientras
que Mónica aceptó la fe cristiana y se destacó por su piedad.
Determinado a que su hijo
fuera abogado, Patricio le envió a estudiar a Tagaste, Madaura, y
posteriormente a Cartago. Agustín cursó sus estudios con brillantez, pero, al
mismo tiempo, arrastrado por la pasión juvenil y las tentaciones de la época,
se entregó a una vida disoluta.
A la muerte de su padre,
consciente de los muchos sacrificios por él realizados para que pudiera gozar
de instrucción, decidió enmendar un poco su vida y comenzó a interesarse por
las ideas religiosas. Sin embargo, con una mente entregada por completo a la filosofía
griega y preocupado por el problema del origen del mal, entró en la secta de
los maniqueos de la que formó parte nueve años, una religión de origen persa
que proclamaba la existencia de dos dioses u orígenes últimos de todas las
cosas en conflicto constante: la luz y las tinieblas. Años después, (387-400)
escribiría numerosas obras contra los maniqueos.
Convertido en un erudito
formidable y en un magnífico orador, consiguió afincarse en Roma y abrir una
escuela, trasladándose posteriormente a Milán, en calidad de profesor de
retórica en la sede del famoso obispo Ambrosio.
Los sermones de Ambrosio
le acercaron al verdadero cristianismo y comenzó a leer las epístolas de Pablo.
Un día, estando en el jardín, escuchó una voz del Cielo que le decía: «Toma y lee»
; se levantó a toda prisa y entrando en la casa donde tenía las cartas de
Pablo, las abrió al azar y leyó en romanos:
«No en glotonerías y
borracheras, no en lechos y disoluciones, no en pendencias y envidia: mas
vestíos del Señor Jesucristo y no hagáis caso de la carne en sus deseos» (Ro.
13: 13 y 14). Agustín se retiró entonces a una finca, a fin de meditar, y meses
después, el sábado de Pascua del año 387, recibía el bautismo de manos de
Ambrosio.
En el 388, tras la muerte
de su madre, regresó a Tagaste y fundó un monasterio, en el cual permaneció
hasta ser ordenado presbítero en el año 391, siendo consagrado cuatro años
después, a la muerte del Obispo titular, como obispo de la ciudad de Hipona,
cargo que ocupó hasta su muerte.
Fue allí donde realizó la
práctica totalidad de su inmensa obra literaria, en la que destacan obras tan
conocidas como sus Confesiones, La ciudad de Dios, La verdadera religión, La
utilidad de creer, Tratado sobre la Trinidad, conocido también como Enquiridión.
Agustín enfrentó con la
mayor dureza el cisma de los Donatistas, originado en el año 312 y que dominada
buena parte de la Iglesia en el Norte de África, enfrentándola al nuevo
concepto católico de una sola iglesia centrada en Roma.
El pensamiento de Agustín
dominó por completo a lo largo de toda la Edad Media y al llegar la Reforma en
el siglo XVI, tanto reformadores como contra reformadores hicieron su propia
interpretación de Agustín hasta el punto de llegar a considerar la Reforma
–como alguien ha dicho– cómo la doctrina de Agustín sobre la gracia rebelándose
contra la doctrina de Agustín sobre la Iglesia
HERMAN BAVINCK
FECHAS:(1854-1921)
Datos Biográphicos: N. el 13 de diciembre en
Hogeveen (Drenthe, Holanda). Su padre, Jan Bavinck era pastor reformado de la
Iglesia separada de la estatal en 1834.
Estudió en el Seminario
Teológico de su Iglesia en Kampen y en la Universidad de Leiden (Ph.D., 1880).
Durante un año fue pastor de una congregación reformada en Franeker. El 10 de enero
de 1883 fue nombrado profesor de dogmática en el Seminario Teológico de Kampen
(1883). En 1902 pasó a formar parte de la facultad de la Universidad Libre de
Amsterdam, en el puesto dejado vacante por A. Kuyper (v.).
Su teología, aunque
profunda, es fácil de comprender, gira en torno a dos principios reguladores:
Dios es el objeto de la teología. La Escritura es la fuente de la teología. “La
religión, dijo, el temor de Dios, debe ser el elemento que inspire y anime toda
investigación teológica. Debe ser el latido de la ciencia. El teólogo es una
persona que se atreve a hablar de Dios porque haba desde Dios y a través de él.
Hacer teología es hacer una obra santa. Es una ministración sacerdotal en la
casa del Señor. En sí misma en una servicio de adoración, la consagración de la
mente y del corazón a la gloria de Su nombre.”
Introdujo el término
inspiración orgánica, para explicar el fenómeno de la revelación divina en la
Biblia, empleado por L. Berkhof (v.) en su sistema hermenéutico. Con él
justificaba el elemento humano en la Escritura divina. Por otra parte, la
Biblia no era para él un manual de doctrinas sistemáticamente codificadas, sino
el instrumento que Dios Espíritu Santo utiliza para despertar a la fe y al
nuevo nacimiento.
En 1908 pronunció las
Conferencias Stone en el Seminario Teológico de Princeton (EE.UU.). Su tema, la
filosofía de la revelación, un intento de combinar el pensamiento de Agustín,
Schleiermacher y Kant en la superior síntesis de la verdad cristiana. En
filosofía fue un seguidor de Aristóteles, más de que de Platón, como era el
caso de Kuyper (v.), pero por encima de todo fue un teólogo cristiano
preocupado por la justa combinación entre ortodoxia formal y pietismo diluido.
Su miedo convertirse en secta al cerrarse al pensamiento moderno. “No
deberíamos ser una secta. No podemos quererlo, no podemos serlo, a menos que rechacemos
el carácter absoluto de la verdad. Ciertamente el reino del cielo no es de este
mundo; pero exige que todo lo que hay en el mundo le sirva”.
Con sus estudios sobre la
teología de Calvino y de las confesiones de fe históricas contribuyó al
renacimiento de la teología reformada en Holanda, aunque su influencia se dejó
sentir en otros lugares también. Murió el 29 de julio de 1921.
RICHARD BAXTER
FECHAS:(1615-91)
Datos Biográphicos: N. el 12 de noviembre de
1615 en Rowton (Shropshire, Inglaterra). Asistió a la escuela gratuita de
Donnington (Wroxeter), aunque desarrolló sus conocimientos privadamente de modo
autodidacta, alcanzando un alto nivel de erudición.
En 1634 conoció a Joseph
Symonds y a Walter Cradock, teólogos “no conformistas” -independientes de la
iglesia estatal-, de quienes aprendió varias de sus doctrinas y adquirió el
gusto por la piedad.
Ordenado diácono por el
obispo John Thornboroug de Worcester en 1638; director de la Escuela Richard
Foley de Dudley en 1639. Maestro adjunto en Bridgnorth (1639-41), aquí se
dedicó a estudiar las diferencias entre la Iglesia de Inglaterra y los no
conformistas. Rechazó el episcopalismo en su forma inglesa.
Su nombre está asociado a
la ciudad de Kidderminster (2000 habitantes en aquella época), donde ejerció un
notable trabajo pastoral y misionero, entre 1641 y 1660, con algunos
intervalos. La población de Kidderminster era ignorante y corrupta. A su
llegada escasamente una familia de cada calle asistía a la iglesia, al final de
su ministerio, raro era encontrar una familia en cada calle que no lo hiciera.
Mientras le fue posible no prestó importancia a las diferencias entre los
presbiterianos, los episcopales y los independientes con tal de conseguir la
cooperación de los ministros locales en la obra pastoral.
Al comienzo de la guerra
civil inglesa se unió a las fuerzas parlamentarias como capellán del ejército
(l642-45). No muy conforme con las ideas religiosas de Oliver Cromwell, ni con
el republicanismo, marchó con el regimiento del coronel Edward Whalley
(Ejército Nuevo Modelo, 1645-47).
En la restauración
monárquica de Carlos II se le ofreció el obispado de Hereford, que B. rechazó
por motivos de conciencia y doctrina. Esto le impidió volver a Kidderminster o
ejercer como ministro del Evangelio. En 1662, debido al “Acta de Uniformidad”
(v. T. Watson), fue expulsado de la Iglesia Anglicana y sufrió persecución a
manos del juez Jeffreys, por presunto “libelo contra la Iglesia”. A pesar de
ello continuó predicando en distintos lugares de reunión, por lo que fue
multado y encarcelado dos veces, una de ellas en la Torre de Londres durante
dieciocho meses. Murió el 8 de diciembre de 1691.
Baxter escribió
constantemente, en total unas 200 obras. De hecho, es uno de los teólogos británicos
más voluminosos.
Frente al calvinismo de
John Owen (v.), quizá el teólogo puritano más reputado, B. aceptó las ideas de
Moisés Amyraldo (1596-1664). Este enseñó una doctrina reformada de salvación a
mitad de camino entre el arminianismo y el romanismo. A saber, quela muerte de
Cristo había sido penal y vicaria, pero no estrictamente substitutoria, y por
tanto era de aplicación universal. Dios ofrece y concede perdón a todo aquel
que responde con fe y arrepentimiento, inducidos por la gracia efectiva y
sostenidos por la gracia perseverante.
En temas espirituales
queda como uno de los grandes clásicos de todos los tiempos.
LUÍS BERKHOF
FECHAS:(1873-1957)
Obras temporalmente
agotadas o publicadas por otras editoriales: Introducción a la
teología sistemática (TELL), Manual de doctrina cristiana (TELL), Principios de
interpretación bíblica (TELL/CLIE), Sumario de doctrina cristiana (TELL),
Teología sistemática (TELL), Historia de las doctrinas cristianas (prox.pub.).
Biogr.: Dutch Calvinismo en Modern América, J.D. Bratt (1984).
Datos Biográphicos: N. en Emmen (Drenthe,
Holanda) emigró a Estados Unidos siendo niño (1882). Su familia pasó a formar
parte de la Iglesia Cristiana Reformada que, por entonces, todavía utilizaba el
idioma holandés en la adoración. Llamado al ministerio cristiano estudia y se gradúa
en la Universidad y en el Seminario Calvino de Grand Rapids (Mi).
Posteriormente estudió en el Princeton Theological Seminary (1902-4), con
maestros como Warfield (v.) y G. Vos (v.). Después de un corto tiempo de
pastorado, en Oakdale Park Christian Reformed Church (Grand Rapids, 1904-6),
fue llamado a enseñar teología del A. y N. Testamento, primero, y después
teología sistemática, en el Calvin Seminary (1906), lo cual hará por espacio de
38 años. Desde 1931 ocupó el puesto de Presidente del seminario y moldeo su
teología, excluyendo cualquier infiltración dispensacionalista, fundamentalista
y de la alta crítica modernista.
B. está fuertemente
influenciado por sus compatriotas H. Bavinck (v.) y A. Kuiper (v.) y su antiguo
profesor G. Vos (v.). Publicó unos 22 libros, siendo el más conocido y
apreciado de todos su obra magna Teología sistemática (1932), traducida al
castellano en 1969. En un principio tuvo poco impacto fuera de la comunidad de
inmigrantes holandeses donde se movía, debido a la extrema influencia liberal,
tan contraria al calvinismo representado por B. y tan atacada por él. Con el
tiempo llegó a reimprimirse sin descanso y usarse como libro de texto en colegios,
seminarios, institutos e iglesias de medio mundo, desplazando con creces la más
voluminosa Teología sistemática de Hodge (v.).
De alto calibre
intelectual y bíblico, es un maestro de la sentencia concisa y densa en
contenido. Rehusó innovar o ser original donde no creía serle permitido, de ahí
que su teología represente una lúcida exposición de las riquezas de la teología
reformada, que arranca de Juan Calvino, y que se expresa en: Erudición,
concisión, claridad y espiritualidad. Firme mantenedor de la Palabra de Dios
como infalible e inerrante. Leal continuador del calvinismo histórico.
JOHN BLANCHARD
FECHAS:(1932-)
Datos Biográphicos: N. el 10 de julio en la
isla británica de Guernsey (Channel Islands, Inglaterra). Allí es donde en
octubre de 1954 conoció al Señor durante una campaña evangelística dirigida por
Paul Cántenlo.
Dedicado por entero a la
evangelización es especialmente conocido en todo el mundo de habla inglesa.
En línea con los grandes
evangelistas del pasado, su mensaje se centra exclusivamente en la ruina del
hombre y la gracia soberana de Dios para restaurarle. Gran amante de los
autores Puritanos.
Aunque nunca ha estudiado
en ningún seminario teológico es un auténtico autodidacta cuyo saber bíblico y
teológico de todos los tiempos se manifiesta en sus dos volúmenes de citas
publicados hasta el momento, titulados Gathered Gold (Oro reunido). Sus libros
han sido traducidos a muchos idiomas.
LORAINE
BOETTNER
FECHAS:(1901-90)
Datos Biográphicos: N. en Linden (Missouri,
EE.UU.), hijo de padres creyentes. Conoció al Señor de una manera gradual, sin
poder señalar el día exacto de su conversión, pero con una profunda experiencia
de ella. Estudió agricultura en la Universidad de Missouri y teología en el
Seminario Teológico de Princeton, donde se graduó en 1925. Allí tuvo como
profesores a J.G. Machen (v.); C. Van Til y al nieto de Charles Hodge (v.),
Caspar. W. Hodge, que fue el profesor que mayor influencia ejerció sobre él.
Tuvo como compañeros de estudios a J. Murray (v.) y a C. McIntyre.
Fue profesor en el
Colegio Presbiteriano Pikeville de Kentucky desde 1929, hasta que, ocho años
después, en 1937 se trasladó a Washington, donde trabajaría en la Biblioteca
del Congreso de EE.UU., y como editor de la revista evangélica Christianity
Today.
Debido a la enfermedad de
su esposa, Lullían Henry, se trasladó a Los Ángeles, donde vivían las hermanas
de ésta, que la cuidarán hasta el día de su muerte en 1958. Los últimos treinta
años de su vida los pasó en solitario en un pequeño apartamento de Rockport. Es
entonces que escribió su famoso estudio sobre el catolicismo romano (1961).
En 1932 publicó su obra
más conocida sobre la doctrina reformada de la predestinación, donde analiza el
texto bíblico, los Cánones de Dort y otros símbolos y confesiones de fe
históricos. En su obra sobre el milenio sigue la postura pos milenarista, tal
como había sido creída por los puritanos, Hodge, M. Henry (v.), B.B. Warfield
(v.), J. Murray, e Iain H. Murray (v.) en la actualidad.
Participó en muchas
conferencias pero nunca aceptó predicar desde un púlpito, ya que no se
consideraba con dones para tan alto llamamiento. Mantenía una copiosa
correspondencia con sus lectores, a la vez que enviaba gran número de sus
libros cada mes a los que solían escribirle desde todas partes del mundo.
Humilde en grado sumo destacó entre sus contemporáneos por su piedad
evangélica. Murió de cáncer el día 3 de enero de 1990.
HORATIUS BONAR
FECHAS:(1808-89)
Datos Biográphicos: N. el 19 de diciembre en
Old Brouhton (Edimburgo, Escocia), de todo un linaje de ministros del
Evangelio. Tanto él como su hermano menor, Andrew, continuaron la tradición
familiar.
Recibió su educación en
la High School de Edimburgo, y después en la universidad de la misma ciudad. En
ella tuvo por profesor a Thomas Chalmers (1780-1847), un hombre de grandes
dones y de verdadera piedad, que tuvo una buenísima influencia sobre no pocos
jóvenes aspirantes al ministerio sagrado. R.M. Mc Cheyne (v.) fue uno de sus
compañeros de estudio. No sabemos cuando llegó a tener conocimiento de su
salvación, sólo que recibido a la comunión de su iglesia en Glenorchy en enero
de 1830, a la edad de 21 años.
En 1837 fue ordenado al
ministerio de la Iglesia de Escocia. Pastoreó la congregación de North Parish
Church en Kelso. Seis años después, cuando tuvo lugar una división dentro de la
Iglesia de Escocia y la formación de la nueva Iglesia Libre de Escocia, Bonar
fue uno de los cientos de pastores que abandonaron la Iglesia oficial para ser
pastor de la Iglesia Libre en el mismo Kelso. Durante veintitrés años estuvo en
esa congregación, hasta que aceptó la invitación de la Chalmers Memorial Church
de Edimburgo para ser su pastor (1866). Un crecimiento y bendición notable
siguió a sus labores pastorales.
En 1883 fue elegido
Moderador de la Asamblea General de la Iglesia Libre de Escocia. Su esposa
murió en 1884, él cinco años después, un 31 de julio.
Aunque fue un pastor
diligente su fama se debe a su obra literaria. Ya en 1849 había fundado The
Quarterly Jounal of Prophecy (Revista trimestral de Profecía). Bonar era
calvinista en soteriología y eclesiología y premilenarista histórico en
escatología (no dispensacionalista). Su obra principal fueron los himnos. Es
conocido como “el príncipe de los himnólogos escoceses.” Compuso unos seiscientos
himnos y poemas sagrados. De los más ricos y los más populares son: “Oí la voz
del Salvador”, “Aquí tu rostro puedo ver, Señor”, y “Bendito nuestro Dios”
(todos traducidos al castellano). El gran énfasis en casi todos sus himnos era
la perfección de la obra de expiación realizada por Cristo. Su tono es popular,
debido al interés que tenía por ver a los niños participando en los cultos de
la Iglesia, manifestado desde el principio de su ministerio pastoral.
Profundamente reformado y
evangélico no cesaba de instar a la gente a “nacer de nuevo”. Muchas fueron las
conversiones que tuvieron lugar durante su ministerio. Jugó un papel muy
importante en llamar a Moody (v.), para que llevase a cabo una gira de
evangelización en Gran Bretaña.
JUAN S.
BOONSTRA
FECHAS:(1926)
Datos Biográphicos: N. en Argentina el 10 de
marzo de 1926, en un hogar cristiano, donde creció en la fe. Llamado al ministerio
pastoral en 1946. Estudió en el Calvin Seminary de Grand Rapids (Michigan,
EE.UU.), donde recibió su Bachiller en Teología (1954) y Máster of Divinity
(1975). En 1983 le fue conferido un doctorado honoris causa por el Seminario
Juan Calvino de México (México).
Fue pastor de la Iglesia
Reformada Argentina en Comodoro Rivadavia (1954-61), misionero entre la
población de habla española en Estados Unidos (1961-64) y predicador de radio
en el programa internacional “La Hora de la Reforma” (1965-92). Ha participado
en conferencias y campañas evangelísticas en muchas naciones Latinoamericanas.
Boonstra es un predicador
creativo, profundo e imaginativo a la vez, con un dominio absoluto del
lenguaje, de la Biblia y del mensaje que quiere comunicar, así como del hombre
y de la sociedad a la que busca alcanzar con el Evangelio. Ha publicado innumerables
mensajes radiofónicos, todos ellos de un alto valor literario y espiritual.
Es miembro de la Iglesia
Cristiana Reformada en Norte América, amilenarista en escatología y calvinista
en soteriología.
Guido de Brés y el
nacimiento De la Confesión Belga, Por W. Meter Gadsby, De Our Banner, agosto de 1976
Guido de Brés fue el
autor principal de la Confesión de Fe de Belga, que después de poca revisión es
el documento secundario simbólico de las Iglesias Reformadas Continentales y su
progenitura. En las palabras del famoso historiador de la iglesia Philip
Schaff, la Confesión Belga es "la mejor declaración simbólica del sistema
doctrina Calvinista, a excepción de la Confesión de Westminster," (Nota:
simbólico es el estudio de los credos y confesiones de la iglesia).
Guido de Brés nació en
Mons, la capital de la provincia del extremo sur de Bélgica, en 1522 - sólo
cinco años después de Martín Lutero martilló sus noventa y cinco tesis a la
puerta de la iglesia del Castillo en Wittenberg.
Guido y sus hermanos y
hermanas crecieron entre la confusión que acompañó la extensión de la
"herejía" luterana. Su hermano más viejo Christophe, que fue un
comerciante de la cristalería, utilizó su comercio como una cobertura para la
distribución de Biblias y la literatura de la Reforma como él viajó por toda
Europa.
Joven Guido fue colocado
de aprendiz a un artista del manchado-vidrio, pero sus pensamientos giraron a
menudo a las nuevas verdades de la Reformación que fueron discutidas aún en los
mercados. Los hombres fueron decapitados para los profesarlas. Alguna vez
mientras un adolescente, Guido consiguió una Biblia que él leyó, junto con otra
literatura Reformada. Antes que cumplió veinticinco años de edad, Guido de Brés
fue convertido a Cristo, y abrazó las doctrinas de los Reformadores. Ahora fue
un hereje, en peligro de ser quemado en la estaca si su nueva fe llegó a ser
conocida.
En 1548, él hizo la
decisión difícil, y partió a Inglaterra que fue en aquel momento un refugio
para ésos de la persuasión Reformada. Después de la muerte de Henry VIII
(1547), la causa de la Reformación comenzó gradualmente a avanzar en
Inglaterra, guiado por Arzobispo Thomas Cranmer (que produjo la Liturgia de la
Iglesia Anglicana).
Guido de Brés asistió
clases en la teología realizada por Reformadores eminentes como á Lasco, y
Bucer de Strasbourg. En 1552, él volvió a los Países Bajos y llegó a ser un
predicador itinerante, basado en Lila, alrededor de 65 km de su pueblo natal.
El ministró a un grupo de cristianos que se congregaron en secreto en Lila, y
que se llamaron a sí mismos la Iglesia de la Rosa.
En 1556, Felipe II
instituyó la persecución contra los herejes protestantes. Varios miembros de la
Iglesia de la Rosa fueron mártires. El resto de la congregación escapó a
Fráncfort donde había una congregación Flamenca. Había también una iglesia
inglesa de refugios allí – María "La Sangrada", una católica romana
ardiente, había sucedido a su hermano al trono inglés en 1553 y empezó
perseguir a los protestantes - el pastor temporáneo de esta iglesia fue John
Knox, que después iba a ser el padre de la Reforma escocesa. Había también en
Fráncfort una iglesia francesa de los refugios que tenía algo de disensión
entre sus miembros. En septiembre de 1556, Juan Calvino mismo viajó de Ginebra
con la esperanza de asentarse estos problemas; así fue que Guido de Brés
encontró al gran Reformador.
Procurar mejorar su
hebreo y a griego, de Brés fue a Lausana para estudiar bajo Teodoro Beza, y
después de dos años cuando Beza fue a Ginebra para ayudar Calvino, de Brés fue
allá también. Pasó otro año en la capital de la Reforma, estudiando bajo
Calvino.
Después de estos tres
años del estudio, de Brés comenzó a añorar al ministerio activo otra vez. Así
que viajó arriba al Rin, vino a la ciudad de Doornik (ahora Tournai), unos 15
km al este de Lila. El llegó a ser el ministro de la Iglesia protestante
secreta de la Palma, estudiando en una casa pequeña de jardín y predicando en
las tardes en casas particulares.
Estuvo aquí en Doornik
que él se enamoró del Catarina Ramón de ojos oscuros. Haciendo una proposición
de matrimonio a ella, él la advirtió que él sólo le podría ofrecer una vida de
la incertidumbre en este mundo. Ella contestó que fue suficiente en saber que
ellos amaron el uno al otro y que ellos estuvieron en la mano buena de Dios.
Así que fue en 1559 se casaron; y en el primero año del casamiento de Brés
empezó trabajar en su Confesión de Fe, al continuar su secreto y peligroso
ministerio. El esperó dar a las personas con un resumen de la fe cristiana para
que ellos sean mantenidos de caer en el error.
Mientras que la iglesia
permaneciera "bajo el agua" no fue molestado por mucha persecución
debido a la resistencia de los magistrados de la ciudad para ayudar a los
emisarios de Regente del Rey en sus cazas de la herejía. Así la iglesia creció
constantemente y de Brés esperó ver el día cuando la levadura de la enseñanza
Reformada habría llenado la ciudad entera. Pero no fue así. Roberto due Four,
uno de los miembros de la Iglesia de la Palma, decidió que fue tiempo de salir
en el abierto: ellos cantarían Salmos en público, declarando abiertamente su
fe.
Así que el 29 de
septiembre, 1561, por la tarde, cientos de protestantes, se reunieron en el
mercado. Animadamente cantando los Salmos de David marcharon por las calles
mayores. Temiendo la insurrección, el gobernador en su castillo ordenó que las
personas que marchan sean fusiladas. Pero en vano - próxima tarde fueron otra
vez, 500 fuerte en máscaras y capas que desafían los magistrados de la ciudad, cantando
y gritando delante de la casa del vicario del obispo.
Cuando el obispo de
Doornik, que estuvo en Bruselas, recibió noticias de estos alborotos, fue
inmediatamente a Margarita, la Regenta. Ella estuvo furiosa y envió a Doornik
unos comisionados de investigar. Cientos de personas fueron interrogados bajo
la amenaza del tormento, y gradualmente la historia de la Iglesia de la Palma
fue juntada.
De Brés se quedó sin
estar detectado, habiendo ido por un nombre falso durante muchos años. A
ocultar en sus cuartos se preguntó lo que hiciera. La investigación de los
miembros de la comisión real había frustrado sus planes para una Reforma
gradual - los protestantes fueron marcados como un ramo desordenado de rebeldes
contra la autoridad con derecho, no mejor que los anabautistas que molestaron.
Así que el plan fue
concebido para presentar el rey con una copia de la Confesión de Fe de los
protestantes. Esto mostraría que ellos no fueron revolucionarios; indicó eso
"ellos detestan a los anabautistas y a otras personas sediciosas, y en
general todo los que rechazan los poderes y magistrados más altos y
subvertirían la justicia, introducirían la comunidad de bienes, y confundirían
que la decencia y la orden buena que Dios ha establecido entre hombres" (
Conf. Belga Art. XXXVI). Sin embargo ellos "ofrecerían sus espaldas a
rayas, las lenguas a cuchillos, las bocas a bromas, y sus cuerpos al
fuego" antes que niega el conjunto de verdades presentadas en esta
Confesión.
De Brés no estaba solo en
formular esta Confesión de fe. Está modelado en gran parte en la Confesión Gala
(francés) de 1561, cuál mismo reflejó tanto la teología de Juan Calvino.
También fue ayudado por Adrian Saravia de Leiden y Herman Moded, el Capellán a
Guillermo de Orange.
Según un escritor, un bosquejo
de la Confesión fue llevado a Ginebra en 1559 para la aprobación, pero esto fue
retenido. Está dicho que Calvino lo quiso, pero aconsejó de Brés en contra
publicar otra Confesión - la Gala fue adecuada en su opinión, y la introducción
de otro credo demostraría divisivo.
No obstante, en el 2 de
noviembre de 1561, el guardián del castillo de Doornik encontró un paquete que
había sido tirado sobre la muralla la noche anterior. Fue dirigido al Rey
Felipe II, y contenido una copia de la Confesión Belga junto con una carta
abierta a los miembros de la comisión del Rey, avisándole que nada que ellos
pueden hacer iba a prevenir el progreso de la obra de Dios en Doornik: "Si
usted trata matarlo, para todos que se muere, cien subirá en su lugar. Si usted
no abandonará su dureza y su asesinato, entonces apelamos a Dios para darnos
agraciamos para aguantar pacientemente para la gloria de su nombre.... y el
cielo y la tierra nos soportarán testificando que usted nos ha puesto
injustamente a la muerte".
De Brés escapó de Doornik
en diciembre 1561, entrando al exilio en pueblos franceses cerca de la frontera
de las Bajuras. Temprano en 1562, su alojamiento en Doornik fue descubierto y
su identidad por fin revelado. Sus papeles fueron quemados públicamente, y de
Brés fue quemado en la efigie en la plaza del mercado de Doornik.
Durante cinco años, Guido
de Brés y su familia vivieron en la paz, mientras él pastoreó varias
congregaciones hugonotes. Tres veces en disfraz él visitó Doornik, y muchas
veces se aventuró hasta Amberes. En 1566, el primer sínodo de las Iglesias
Reformadas de las Bajuras se reunió en Amberes, otra vez en secreto estricto.
Sólo los que supieron la contraseña “La Viña” fueron permitidos la entrada. En
este sínodo, que revisó el Arte. XXXVI (El Magistrado, el Gobierno Civil), la
Confesión fue adoptada oficialmente como un símbolo de la fe de las Iglesias
Reformadas. Esta vez, la Confesión recibió la aprobación de Ginebra pero no
estuvo hasta 1580 que ganó la aceptación universal en los Países Bajos.
Poco después este sínodo,
de Brés aceptó la llamada para trabajar con Peregrin de la Grange - un
predicador llameante preparado en Ginebra - en Valenciennes, cerca de la
frontera francesa. Juntos predicaron a miles que reunieron en los campos fuera
de la ciudad; nadie osó tratar de desafiar este movimiento que extendió a las
raíces del césped de la sociedad.
El entusiasmo para la
reforma llevó con ello los excesos de la violencia. Las muchedumbres revoltosas
rompieron en catedrales en varias ciudades, los saqueando y quitando cada
vestigio restante de catolicismo. Cuándo Felipe, en su palacio en España, oyó
de estos alzamientos, obró con prontitud. Las tropas frescas fueron enviadas
para dominar cada pueblo en el que el protestantismo fue fuerte. La persecución
creció. Cuándo alcanzó Valenciennes, las personas decidieron resistir las
fuerzas de Felipe, contra el consejo de de Brés.
Abandonado por sus
aliados, la ciudad fue parecida a un sitio que dura varios meses.
Asombrosamente, de Brés y algunos compañeros escaparon de la ciudad. Pero su
libertad estuvo efímera: uno de ellos fue reconocido, ellos fueron capturados y
fueron llevados cadenas al castillo de Doornik, donde seis años antes la
Confesión de de Brés había sido tirada sobre la pared. Cruelmente tratado por
sus captores, de Brés fue transferido a Valenciennes donde él pasó siete
semanas en el Agujero Negro de Brunain - un calabozo oscuro y mugriento.
Increíblemente, estuvo en
este lugar que de Brés, en el medio del sufrimiento, escribió un tratado
de 233 páginas sobre la Cena del Señor - una exposición brillante y completa -
así también sus cartas cariñosas de despido. En el 31 de mayo de 1567, junto
con de la Grange, de Brés fue traído a la plaza del mercado de Valenciennes.
Aún como él recordó a la multitud reunida para ser respetuoso a los
magistrados, y continuar fiel a la Palabra que había sido predicada a ellos, el
verdugo recibió su señal y tiró a su víctima del andamio.
Guido de Brés estuvo
muerto. Pero la Confesión que él escribió vive aún, y por la misma él todavía
habla hoy de la fe por lo cual hombres murieron.
JOHN BUNYAN
FECHAS:(1628-1688)
Datos Biográphicos: N. a finales de noviembre
en Elstow, cerca de Bedford (Inglaterra). De oficio fue calderero, al igual que
su padre antes de él. Quedó huérfano de madre a la edad de 16 años. Su padre
volvió a casarse enseguida, lo cual pudo influir en su decisión de alistarse en
el ejército, a las órdenes del Parlamento. Terminada la guerra civil que
asolaba Inglaterra, Bunyan volvió a su pueblo natal donde se casó con una mujer
“tan pobre como se pueda ser”, pero rica en disposición religiosa y amor a la
lectura, especialmente la Biblia. Poco a poco Bunyan se fue transformando en
una persona respetable.
Fue en Elstow donde
convirtió al Evangelio. Su libro Gracia Abundante, publicado en 1666, narra la
conmovedora historia de su conversión, gracias al humilde testimonio de unas
mujeres miembros de la Iglesia que pastoreaba John Gifford, un soldado
convertido a Cristo.
En 1655 se trasladó a
Bedford. Ese mismo año perdió a su esposa por defunción, quedando al cargo de
su hija Mary, ciega de nacimiento, y de su otro hijo. Elegido diácono de la
Iglesia no conformista (no estatal) de Bedford, bien pronto comenzó a predicar
en privado y en público, según le permitía la libertad de su trabajo, y
finalmente fue nombrado predicador oficial. Cientos de personas acudían a
escucharle.
Llegó a ser predicador de
convicción bautista e independiente en cuanto gobierno de la Iglesia y
posmilenarista en escatología como calvinista en soteriología. Debido a la
intolerancia de la época y la política religioso-estatal de los monarcas
jacobitas fue encerrado en la cárcel de 1660 a 1672 y otra vez en 1675. Su
esposa, había vuelto a casarse en 1659, se hizo cargo de sus cuatro hijos y,
llena de fe y valor, hizo todo lo posible por conseguir la libertad de su
esposo. En la cárcel Bunyan, aparte de predicar cuando la ocasión se lo
permitía, se ocupaba en la lectura del Libro de los mártires de Foxe (v.).
Fue durante el segundo
período de su encarcelamiento que escribió la primera parte del libro que es a
la vez el más conocido escritor el calderero de Bedford, y una de las obras más
conocidas y más queridas de toda la historia de la iglesia: El progreso del
peregrino, brillante alegoría de la salvación y de la vida cristiana. Esa
primera parte del libro fue publicada en 1678 y la segunda en 1684. Cien mil
ejemplares del libro fueron vendidos antes de la muerte de su autor.
Aparte de él escribió
otros sesenta libros de variado tamaño y temática. Gracias a la Declaración de
Indulgencia fue liberado en 1675 y pudo dedicarse pacífica y fielmente a la
predicación. Su fama de predicador fue tan grande que cuando iba a Londres más
de 1.200 personas se reunían a escucharle en un día normal de trabajo a las
siete de la mañana. El gran teólogo puritano John Owen (v.) dijo que él daría
con gusto todo su conocimiento académico por el poder de alcanzar el corazón de
la gente que tenía aquel calderero. Durante dieciséis años fue pastor de una
Iglesia Bautista en Bedford. Murió el 31 de agosto de 1688 en Holborn
(Londres), a consecuencia de una pulmonía.
JUAN CALVINO
FECHAS:(1509-1564)
N. el 10 de julio de 1509
en Noyon (Francia), en el seno de una familia burguesa. Destinado a la carrera
eclesiástica, estudió en el colegio de Montaigu (París), obtuvo varios
beneficios, cursó Derecho en Orleans (1592) y Bourges, y el griego y el hebreo
en París (1531). Calvino era filosóficamente nominalista, discípulo de Ockam;
como humanista un enamorado de las doctrinas estoicas: publicó un comentario
sobre el Tratado de Clementina de Séneca en 1532; y como jurista estaba formado
en la lógica romana. En París conoció a Melchol Wolmar, famoso helenista y
simpatizante de las ideas luteranas, y se dedicaba al estudio de la Biblia,
gracias a su amistad con Roberto Olivetan, primo hermano suya, y más tarde
traductor de la Biblia al francés.
En 1534 se unió al
luteranismo del grupo francés, renunció a sus beneficios y, por su ataque a la
teología escolástica y su defensa de la “filosofía cristiana”, mediante su
amigo Miguel Cop, rector de la Universidad de París, que les valió la
condenación por herejes, huyeron a Estrasburgo, donde en sus preocupaciones
religiosas es patente la influencia del reformador Martín Bucer (1491-1551) y
de san Agustín.
En marzo de 1536 publica
en Basilea su primera edición de Instituto de religiones cristianas, que
traducida al francés en 1541 y muchas veces reeditada, se convirtió en el
manual de los reformadores. “Es un sistema de teología cristiana tomando en
cuenta sólo las Escrituras como la suprema autoridad y al Espíritu Santo, como
guía en la interpretación de la verdad cristiana, en vez de la autoridad de la
iglesia de su tiempo; sin dejar de respetar, por esto, las opiniones de los
grandes padres de la iglesia” (John A. Mackay, v.). La Institución sólo es
comparable a la Suma Teológica de Aquino de antaño y a la Dogmática de Karl
Barth hoy. Fue traducida al castellano por Cipriano de Valera (v.).
Teniendo que pasar por
Ginebra, donde quería detenerse una sola noche, llegó a oídos de Guillermo
Farel la noticia de que se encontraba en la ciudad el autor de la Institución,
el cual vio que Calvino era el hombre más indicado para “defender las nuevas
creencias contra los ataques de dentro y de fuera, y armonizar la reforma de
las costumbres con la reforma religiosa”. Calvino se resistió a la propuesta,
alegando tener necesidad de más tiempo para formarse mejor, pero no le valió de
nada. Tuvo que darse por vencido ante la presión de Farel: “¡Que Dios maldiga tu
reposo le dijo y tus estudios, si en semejante trance rehusar venir en nuestra
ayuda!”
De esta manera se inició
la obra ginebrina del gran reformador. Excepción hecha de un breve plazo de
destierro (1538-41), Calvino consagró a la ciudad todo el resto de su vida. En
agosto de 1540 contrajo matrimonio con Idelette de Bure, en lo que fue un
matrimonio feliz, con la única sombra de las muchas enfermedades de Calvino.
“En su caso, como en el de infinidad de fieles hijos de Dios, las cadenas y las
llamas fueron sustituidos por enfermedades, disgustos, contrariedades y
penalidades diversas; pero eran y son parte de la misma prueba de fe. La fe de
Calvino era muy fuerte; por consiguiente quiso el Señor hacerle un ejemplo a
millares que tendrían que honrar a Dios sufriendo pruebas y ser espectáculo
aleccionador a los hombres y a los ángeles, de su entera confianza, amor y
sumisión al Padre celestial (Samuel Vila).
Sabemos poco de su
conversión. La atribuye a una intervención directa de Dios en su vida, cuando
sus convicciones intelectuales sobre la verdad cristiana se vuelven
convicciones de corazón, una experiencia verdaderamente personal de Cristo
crucificado para el perdón de sus pecados.
Calvino aborda de nuevo
el fondo común de la Reforma: La Escritura como única fuente de autoridad
divina, el rechazo de la tradición, el Cristo-centrismo, la omnipotencia de la
gracia, la justificación por gracia mediante la fe, la refutación de los sacramentos
no instituidos directamente por Cristo, del celibato eclesiástico, de los votos
monásticos, del culto a la Virgen y de los santos, y de las imágenes.
Pero la gran preocupación
de su amor a Dios consiste en que nada pueda empequeñecer a Cristo ni a Dios.
Dios debe ser el centro de todo. Calvino profesa un teo-centriscimo. Contra
Lutero (v.), afirma, pues, más claramente la distinción entre la naturaleza
humana y la naturaleza divina de Cristo de Cristo: de otro modo, si una
propiedad de la naturaleza humana hubiese podido ser atribuida a la naturaleza
divina, la encarnación habría cambiado y empequeñecido a la divinidad. La
naturaleza divina posee la ubicuidad y está, por tanto, en todas partes. La naturaleza
humana, en cambio, no la posee y el cuerpo de Cristo tampoco.
En consecuencia no hay ni
la transubstanciación católica ni la presencia real luterana. El pan y el vino
son los signos visibles de la promesa de alianza que Cristo nos ha hecho. Pero
es allí donde el amor, que hace desear la fusión con Dios, separa a Calvino de
Zuinglio (v.). En el momento en que el fiel toma el pan y el vino, consagrados
por la Palabra y con fe en la Promesa, Cristo le hace participar efectivamente
de su carne y de su sangre. Cristo se hace realmente nuestro y nos ofrece su
muerte y su resurrección, la redención, la santificación y la vida eterna.
Este impulso amoroso hizo
que Calvino elaborara con toda su fuerza la teoría de la predestinación. Lutero
y Bucer habían debilitado la creencia en la predestinación fundándola en la
presciencia divina: Dios conoce el porvenir y sabe lo que ocurrirá a cada
individuo; en consecuencia presciencia y predestinación coinciden. Pero así
parece que se establece un vínculo de causa a efecto entre presciencia y
predestinación. Parece que Dios esté obligado a hacer lo que ha previsto; en
consecuencia, no es exactamente Todopoderoso. Ello es intolerable para un amor
ardiente y delicado. “Para Calvino, Dios es libre y lo que él prevé no se
confunde con lo que desea de toda eternidad” (Roland Mousnier). La gracia es
irresistible y el hombre no la puede repeler; se manifiesta en la vida del
elegido por el gusto hacia la doctrina y las obras de fe.
La Iglesia fue instituida
para ayudar a nuestra santificación. Existe una verdadera Iglesia allí donde la
Palabra divina es puramente predicada, donde los sacramentos son administrados
según la institución de Cristo. La Iglesia no debe tolerar el error, el
desorden, ni el escándalo, lo que equivaldría a injuriar a Cristo. La Iglesia
debe colaborar con el magistrado, que tiene el deber de hacer respetar los
mandamientos divinos, pero ambos poderes deben estar separados: no es precisa
la teocracia. En este punto, Calvino se aleja de Lutero, que, de hecho, había
sometido la Iglesia al Estado; y de Zuinglio que había confundido Iglesia y
Estado. A la obediencia al Estado está supeditada al Dios del Estado. “En más
de un país la única fuerza que se ha podido resistir a la idolatría moderna del
Estado; y entre las Iglesias cristianas que se han mostrado más poderosas para
oponerse a estos atropellos a la conciencia religiosa, se encuentran las de
origen calvinista” (B. Foster Stockwell).
Calvino, profesor y
predicador en ginebra de 1541 hasta su muerte en 1569, asistió a las sesiones
de los Consejos de la ciudad e hizo adoptar sus puntos de visa por la mayoría.
Ginebra se convirtió en una Roma calvinista. Los futuros pastores estudiaron en
el Colegio que digirió Teodoro Beza a partir de 1558.
Desde Ginebra Calvino
extendió su doctrina por resto de Europa. Hizo muchos seguidores en Escocia,
Bohemia, Hungría, Polonia, Países Bajos y Francia.
El Consistorio de Ginebra
condenó a la hoguera al médico español Miguel Servet en 1533, acusado de haber
negado la Trinidad y no retractarse de ello. Asimismo el Consistorio de la
ciudad castigaba a los usureros, acaparadores, monopolizadores, imponía multas
al pañero cuyo tejido era un pie más estrecho que el normal, al carnicero que
vendía por encima de la tasa, al cirujano cuyos honorarios se consideraban
demasiado elevados. Pero los burgueses acomodados del Consejo les acusaron de
provocar el odio de clase contra los ricos, protestó contra las sanciones
dictadas a los acreedores y hacia 1580 sugirieron que los pastores cesaran de
ocuparse de los asuntos de los magistrados.
Calvino es sólo
comprensible a la luz de su vehemente corazón cristiano y la profunda piedad de
su alma.
“Teniendo en cuenta todas
sus faltas, Calvino puede considerarse uno de los hombres mejores y más grandes
que Dios haya levantado en la historia del cristianismo” (Philip Schaff,
historiador americano). “Como teólogo, reformador, político y organizador
pertenece al número exiguo de los genios y de los profetas” (J.Mª G.
Gómez-Heras, teólogo católico español). Otros le consideran con sobrada razón el
san Pablo de la Reforma.
En el campo de la exégesis
bíblica es, indudablemente, uno de los mejores exponentes de la Escritura de
todos los tiempos. A su conocimiento de la teología, une el de la patrística,
el dominio de las lenguas originales y la facilidad de expresarse con precisión
y claridad.
RICARDO
CERNÍ BISBAL
FECHAS: 1938
Catadau (Valencia), 1938. Aunque la mayor parte de
su energía y tiempo, según entendemos, los distribuye entre el pastorado de la
Iglesia Presbiteriana Reformada de Barcelona y sus responsabilidades en la
Fundación Editorial de Literatura Reformada (FELIRE), en nombre de la que, en
1992, visitó durante dos meses Hispanoamérica; también escribe este Licenciado
en Filosofía y Letras.
Sus pequeños trabajos,
como suele ocurrir con los demás autores, están dispersos. Pero podemos
acercarnos con facilidad a su texto sobre el “Protestantismo”, en el tomo 2 de Historia
De Las Religiones (Marín, 1975) y a su traducción del Pentateuco, primer tomo
del “Antiguo Testamento Interlineal Hebreo-Español”, que está publicando CLIE.
ANTONIO DEL CORRO
Nacido en Sevilla en 1527
y fallecido en Londres en 1591. Hijo de un doctor en Leyes y pariente cercano
de uno de los Inquisidores que llevó el proceso del Dr. Egidio, ingresó como
monje en el monasterio de San Isidoro del Campo. En 1557, salió de allí, con
otros Jerónimos, entre los que estaban los futuros primeros traductores de la
Biblia, Reina y Valera, para librarse de los Inquisidores. Estos le quemaron en
efigie más tarde (1562) y le metieron en el "Índice" (1570) como
autor de primera clase.
De Ginebra pasó a
Lausana, donde estudió en su famosa Academia. Luego, tras breves estancias en
la corte de Juana III de Albret (donde dio clases de español al futuro Enrique
IV, predicó y enseñó), Burdeos, Toulose, palacio de la Duquesa de Ferrara
(Renata, hija del Rey de Francia, Luis XII) y Amberes, llegó en 1567 a
Inglaterra y allí permaneció hasta su muerte.
Evangelizó a los
españoles en cualquier lugar donde se encontrara, enseñó en los Inns Court y Oxford,
polemizó siempre con los teólogos, formó una familia (de la que poco sabemos) y
escribió libros y numerosas cartas a los grandes de su tiempo. Sus dos primeras
obras se publicaron en Amberes: Epistre et amiable remostrance dun Ministre de
l’Euangile de Nostre Redempteur Iesus Christ (1567) y Lettre envoyée a la
maiesté du roy des Espaignes (1567).
En esta última, aboga por
la libertad religiosa ante Felipe II. Es la única que ha sido traducida al
castellano de toda su producción literaria (Revista Cristiana, Madrid 1902). El
resto de sus trabajos vieron la luz pública en Inglaterra: Tableau de L’oeuure
de Dieu (1569); Dialogus Theologicus (1574), fruto de sus predicaciones sobre
la Epístola de San Pablo a los Romanos; Sapientissimi regis Salomonis (1579),
paráfrasis y comentario al Eclesiastés; y Spahis Grammar (1590). Todos sus
libros, menos Tableau, fueron traducidos pronto al inglés. Al final de sus
días, trabajó en nuevas ediciones de sus obras y editó una revisión del
"Dialogo de las cosas ocurridas en Roma", por Alfonso de Valdés.
Otra perspectiva:
Ex-fraile del Monasterio
de San Isidoro del Campo, escritor y profesor en la Universidad de Oxford. Nació en Sevilla, donde
debió hacer sus estudios universitarios, antes de profesar como jerónimo en el
Monasterio de San Isidoro el Campo, de Santiponce (Sevilla). De donde salió,
tras abandonar la Iglesia Romana, en 1557. Y, tras una accidentada
peregrinación por Suiza, Francia y Flandes, terminar en Inglaterra.
Antes de trasladarse de
la Europa continental a la Gran Bretaña, estudió en la Academia de Lausana, con
profesores como Teodoro de Beza; dio clases de español al hijo de Juana III de
Albret, que reinaría como Enrique IV de Francia; enseñó y predicó en varios
centros hugonotes franceses, como Burdeos, Toulose y Orleans; se casó; fue
capellán de la Duquesa de Ferrara, hija del rey francés Luis XII, en su palacio
de Montarguis; y predicó en Amberes. Y en esta última ciudad, aparecieron sus
dos primeros libros: "Epistre e amiable remostrance dun Ministre de
l'Evangile de nostre Redempteur Iesus Christ" (1567) y "Lettre
envoyée a la maiesté du roy des Espaignes" (1567).
El resto de sus trabajos,
se imprimieron en Inglaterra. Y aunque contienen menos información
autobiográfica, que en la primera de sus obras, testifican de sus quehaceres e
inquietudes docentes y teológicas. Como se puede apreciar sólo con sus títulos:
"Tableau de l'OEuvre de Dieu" (Norwiich, 1569), "Dialogus
Theologicus" (Londres, 1574), "Paraphrasis and Commentary on
Eclesiastés" (Londres, 1579) y "Reglas Gramaticales" (Oxford,
1586).
Varios de sus libros, se
tradujeron al inglés en sus días. Pero al permanecer en latín, francés o
inglés; son muy poco conocidos entre nosotros. Y únicamente la reciente edición
facsímil de su última obra y la traducción al castellano que se hizo de la
Carta a Felipe II (Revista Cristiana. Madrid, 1902); le han salvado del injusto
e inconveniente olvido, al que los Inquisidores le condenaron, quemándole en
estatua y "secuestrándole" en el Índice de Libros Prohibidos.
Los años de Londres,
fueron agridulces. Por un lado, las numerosas controversias teológicas con los
intolerantes (católicos o protestantes), le restaron paz y amigos. Claro que
también pudo dedicarse a la enseñanza universitaria en Oxford, continuar
escribiendo, contar con amigos influyentes y una prebenda de la Iglesia
Anglicana; donde terminó tras su paso por el Calvinismo.
GIOVANNI DIODATI
Giovanni Diodati (nacido
el 6 de junio de 1576 en Lucca, Italia y muerto en Ginebra el 3 de noviembre de
1649) procedía de una noble y antigua familia italiana que en el siglo XVI se
convirtió al protestantismo. De la categoría de esta familia da fe el hecho de
que el padre de Diodati, Carlo, será apadrinado en su bautismo nada menos que
por el emperador Carlos V.
Giovanni Diodati. Debido a sus conexiones
comerciales, el padre de Giovanni se establecerá en la ciudad francesa de Lión,
donde entrará en contacto con la Iglesia Reformada. Pero debido a la
persecución que allí se desata contra los protestantes tendrá que refugiarse en
Ginebra en 1567. En esa ciudad nacerá Giovanni Diodati, quien a pesar de su
ciudadanía ginebrina nunca olvidará sus raíces italianas.
En Ginebra, Giovanni será
alumno de teología de Teodoro Beza, el sucesor de Calvino en dicha ciudad, y
más tarde estudiará hebreo y arameo en la Academia alemana de Herborn. Estos
estudios le serán de gran provecho a la hora de hacer su traducción de la
Biblia al italiano. A la edad de 19 años consigue su doctorado en teología y la
cátedra de hebreo a los 20.
La preocupación
lingüística de Diodati se manifiesta en su interés porque la Escritura esté
disponible en forma legible para todos, para lo cual no escatimará esfuerzos ni
años de su vida para lograr que los italianos puedan leerla en su propia lengua.
De su traducción destaca la fidelidad al texto sagrado y la claridad en los
términos empleados.
En 1607 se publica la
primera edición de la Biblia completa y en 1641 la segunda, revisada y con
algunas anotaciones añadidas a la primera. La traducción de Diodati es la que
hasta el día de hoy siguen utilizando preferiblemente los protestantes
italianos.
1 EL principio la Parola era, e la Parola era appo
Dio, e la Parola era Dio.
2 Esa era en el principio apo Dios.
3 Ogni cosa è stata fatta per mezzo di essa; e
senz'essa ni una cosa fatta è stata fatta.
4 In lei era la vita, e la vita era la luce degli
uomini.
5 E la luce riluce nelle tenebre, e le tenebre
non l'hanno compresa.
6 Vi fu un uomo mandato da Dio, il cui nome era
Giovanni.
7 Costui venne per testimonianza, al fin di
testimoniar della Luce, acciocchè tutti credessero per mezzo di lui.
8 Egli non era la Luce, anzi era mandato per
testimoniar del la Luce. Juan 1:1-8 en la versión de Diodati)
Como revisor trabajará en
la versión francesa de Olivetan, editándola en 1643. Diodati participará en el
famoso Sínodo de Dort (1618-1619), como delegado de la iglesia de Ginebra, en
el que las iglesias calvinistas fijarán su posición sobre diversas cuestiones
doctrinales.
ALFRED
EDERSHEIM
FECHAS:(1825-1889)
Datos Biográphicos: N. en Viena de padres
judíos fieles a la sinagoga. Estudió en la Universidad de Viena. Fue profesor
de lengua en la ciudad de Pesth (Hungría), donde conoció al presbiteriano
escocés John Duncan (1796-1870), más conocido como “Rabi” Duncan, y que por
entonces era capellán de los obreros escoceses que trabajaban en el puente del
río Danubio. Edersheim llegó a su fe en Cristo mediante la enseñanza y contacto
con Duncan. Con éste marchó a Escocia donde estudió teología en el New College
de Edimburgo, y más tarde en la Universidad de Berlín. Fue ordenado al
ministerio de la Iglesia Presbiteriana en 1846. Inmediatamente después marchó
como misionero a Rumanía, a la ciudad de Jassy, para trabajar entre la
comunidad judía allí existente.
De regreso a Escocia fue
nombrado pastor de la congregación de la Iglesia Libre en Old Aberdeen (1949),
hasta que por causa de su delicada salud tuvo que dejar el ministerio y
encargarse de la iglesia de San Andrés en Torquay (Escocia), construida para facilitar
su ministerio. Nueve años después volvió a enfermar gravemente, por lo que
durante cuatro años tuvo que retirarse a vivir en Bornemouth, tranquila y
veraniega ciudad inglesa.
En 1875 cambió su
afiliación presbiteriana por la anglicana, siendo ordenado ministro de la
Iglesia de Inglaterra ese mismo año. En 1882 marchó a Oxford. Allí llegó a ser
muy conocido por sus predicaciones y conferencias universitarias, muchas de las
cuales verían la luz en forma de densos libros.
Estudiante meticuloso y
paciente fue el evangélico conservador que mejor conoció las doctrinas,
prácticas y condiciones del judaísmo de la época del Nuevo Testamento. Se opuso
a las corrientes de la alta crítica bíblica, que comenzaba a dominar el estudio
del Antiguo Testamento. Defendió con habilidad y erudición la paternidad mosaica
del Pentateuco.
JONATHAN
EDWARDS
FECHAS:(1703-1758)
Datos Biográphicos: N. el 5 de octubre de
1703, hijo único de Timothy Edwards, pastor en East Windsor (Connecticut,
EE.UU.), pequeña ciudad fronteriza. Gracias a su aguda inteligencia, poco antes
de cumplir los trece años de edad ingresó en Yale College (1716), donde consiguió
su licenciatura y doctorado (A.B., 1720, M.A., 1723). Cuando tenía once años
escribió un ensayo sobre las arañas voladoras, cuya exactitud sigue asombrando
hoy día.
En Yale descubrió la obra
del filósofo inglés John Locke, Ensayo sobre el entendimiento humano, que
motivó su propio pensamiento filosófico, digno de un pensador original y
profundo. En mayo de 1724 fue nombrado tutor del colegio. Durante seis meses,
comenzando en agosto de 1722, predicó en la congregación Presbiteriana Escocesa
de Nueva York. El 15 de febrero de 1727 fue ordenado pastor asociado de la
iglesia en Northampton (Massachusetts), donde su abuelo era pastor. Al año
siguiente contrajo matrimonio con Sarah Pierrepont de New Haven; un feliz
matrimonio que iba a durar treinta años y dar a luz doce hijos.
Entre los años 1735 y
1737 su predicación dio como resultado un gran avivamiento espiritual en medio
su congregación, que pronto se extendió a otros lugares. Fue un movimiento
tanto social como religioso, de hecho una auténtica revolución que alcanzó a
todas las colonias americanas. En esos años entabló una amistad profunda con
George Whitefield (v.), entonces predicador itinerante en América.
Después de aquella
intensa actividad religiosa surgió una amarga y prolongada controversia acerca
de las ideas de Edwards, que pedía unas bases más estrictas para la membrecía
de la iglesia, que las establecidas por su abuelo. El 30 de junio de 1750,
después de veintitrés años de servicio, fue depuesto de su pastorado por un
concilio de la iglesia reunido en Northampton. Entonces durante seis años
trabajó como misionero entre los indios housatonic en Stock bridge
(Massachusetts). Fue en este período que escribió sus obras más conocidas.
El 29 de septiembre de
1757 fue invitado a la presidencia de colegio o universidad de New Jersey (hoy
Universidad de Princeton). Por aquel entonces la ciudad se encontraba en los
inicios de un brote epidémico, que iba a afectar a Edwards a su llegada. A
consecuencia de una segunda infección murió el 22 de marzo de 1758.
Aparte de sus numerosos
escritos, y notas que aún siguen editándose, Edwards publicó la Vida y diario
de David Brainerd (La Aurora, 1958), que produjo una impresión tan profunda en
John Wesley (v.).
Nunca se preocupó de la
ortodoxia o la heterodoxia, aunque participó en muchas controversias contra el
naciente arminianismo, sino que escribió sobre la religión en profundidad y
extensión. Calvinista convencido enfatizó la influencia del corazón y las
emociones. “En Edwards, como en Agustín, hay una combinación perfecta entre
espíritu altamente intelectual y especulativo y una devoción a Dios en Cristo,
a menudo extásica” (Paul Helm). Cabeza y corazón estaban firmemente unidos en
su persona. “Jonathan Edwards, santo y filósofo, avivamentista y teólogo, destaca
como la figura de suprema grandeza en la vida intelectual de la América
colonia” (B.B. Warfield). “Ningún otro hombre es más relevante para la
condición actual del cristianismo que Edwards. Quien desee sabe acerca del
avivamiento verdadero, Edwards es el hombre a consultar” (D. Martyn
Lloyd-Jones).
FRANCISCO DE ENZINAS
(1520-1552) Los hermanos
Enzinas (Francisco, Jaime, Diego y Juan), conocidos también por las diversas
traducciones que hicieron de su apellido, como Dryander, Quemaens, Du Chesne,
Eichman, Van Eick y Elao; eran naturales de Burgos y forman parte del grupo de
españoles que aceptó la Reforma en centro Europa. Desde donde trabajaron y
sufrieron para que la luz del Evangelio llegara a sus compatriotas. A quienes
pronto llegó su "Breve i compendiosa institución de la religión cristiana"
(1540), con textos propios y de Lutero y Calvino.
Francisco de Enzinas, a
quien conocemos mejor y con una obra más vigente y asequible; se formó en las
Universidades de Alcalá de Henares, Paris, Lovaina y Wittenberg. Y debe ser
recordado y honrado, aunque nada se suele decir en la enseñanza de la Historia
y Literatura españolas, como un precursor literario. Porque se adelantó en la
defensa del castellano como lengua literaria, hizo desde el original griego la
primera traducción impresa del Nuevo Testamento castellano y fue el primer
español que destacó en el género autobiográfico.
En Wittenberg, a los pies
de Felipe Melanchton, su maestro, hospedador y amigo; vivió "en libertad
para cultivar la religión pura y verdadero cristianismo, a la vez que los
estudios liberales".
A sugerencia de su
ilustre mentor, tradujo el Nuevo Testamento al castellano, a partir de la
edición del texto griego hecha por Erasmo. Y pudo verla publicada en Amberes,
en 1543.Pero, ni la dedicatoria a Carlos V ni la entrevista que éste le
concedió en Bruselas, pudieron librarle de más de un año de cárcel y de que
fuera destruida casi la totalidad de la edición.
En sus Memorias, escritas
en latín y traducidas al francés y al castellano, en tres versiones en este
último caso; tenemos un vívido y bello relato de la situación religiosa en
España y en los Países Bajos, a mediados del siglo XVI.
Tradujo varios libros del
Antiguo Testamento, siguiendo la versión de Sebastián Castillione. Sin poder
concluir su monumental Biblia ilustrada. Además, tradujo a los clásicos Lucio
Floro, Plutarco y Luciano. Y fue el editor latino de Historia de la muerte de
Juan Díaz (1546) y Actas del Concilio de Trento (1546).
Se casó con Margarita
Elter, que le dio dos hijas. Y las tres le sobrevivieron cuando al poco de
regresar de enseñar griego en la Universidad de Cambridge, murió en
Estrasburgo.
DESIDERIUS
ERASMO DE ROTERDAM
FECHAS:(1466-1536)
Datos Biográphicos: Humanista cristiano, fue
el mayor erudito de su tiempo, notable por su independencia intelectual, a
pesar de la solicitud con que papas, reyes, universidades, etc. trataban de
atraerlo a su bando. Conocido como Erasmo de Rotterdam, había nacido de unión
ilegítima, lo cual no fue obstáculo para que fuese admitido en la orden
agustiniana y ordenado de sacerdote el año 1492, pero salió de la orden y se
fue a París a proseguir sus estudios universitarios. Llegó así a ser un erudito
en la literatura clásica, así como en el dominio de la lengua latina.
Mucha importancia tuvo
para él la visita que, en el año 1492, hizo a Inglaterra, donde conoció al
futuro deán de San Pablo, John Colet, quien le animó a unir sus ideales
humanistas con el estudio diligente de las Escrituras Sagradas, a fin de llegar
al significado real del texto sagrado mediante el conocimiento adecuado de las
lenguas originales. Entonces Erasmo se dedicó de lleno al estudio de la lengua
griega y, convencido de los errores que se hallaban en la Vulgata Latina,
versión oficial en la Iglesia de Roma durante muchos siglos antes y después de
Erasmo, produjo en 1517 una nueva versión del NT en latín, pero basada en un NT
griego crítico. Este libro, con el NT griego y, conjuntamente, con la nueva
versión latina de Erasmo, puso en manos de predicadores y eruditos un valioso
Nuevo Instrumento, como tituló él mismo la primera edición.
Tras esto, Erasmo comenzó
a dirigir sus tiros contra varios abusos de la Iglesia de Roma, empezando por
los puntos débiles del monasticismo de su tiempo, que él satirizó con su libro
Elogio de la locura. Contrario, como Lutero, al tráfico de indulgencias, aprobó
las 95 tesis de Lutero. Pero, a medida que Lutero radicalizó su postura, Erasmo
se separó de él y, en servicio a la Iglesia de Roma, escribió en 1524 su libro
Sobre la libertad de la voluntad, al que replicó Lutero en 1525 con su Sobre la
esclavitud de la voluntad. La realidad es que, mientras Lutero se rebeló
claramente contra la autoridad del Papa, Erasmo deseaba sinceramente la reforma
de la Iglesia, pero no a expensas de la unidad.
Esta actitud sincera de
Erasmo no fue comprendida ni por los protestantes ni por los católicos, pues
los primeros le tuvieron por vacilante, y los segundos por sospechoso de
herejía, tanto que algunas de sus obras fueron puestas en el Índice de libros
prohibidos. Sin embargo, su fama y la estima en que sus obras han sido tenidas
por unos y otros, lejos de disminuir, han adquirido un nuevo impulso en el
mismo siglo XX. Para Hans Küng es el paradigma teológica que el cristianismo
moderno necesita, dialogante y conciliador, de que da buena prueba su
correspondencia, que llena más de 10 gruesos volúmenes y su obra completa ocupa
unos de 20 tomos de unas diez mil páginas en total
JUAN FOXE
FECHAS:(1517-87)
Datos Biográphicos: N. en Boston
(Lincolnshire, Inglaterra). Quedó huérfano de padre siendo muy joven. Su madre contrajo
nuevo matrimonio. A los dieciséis años de edad ingresó en la Universidad de
Oxford, donde causó impresión por la seriedad de su vida y comportamiento. En
1543 fue nombrado fellow de Magdalen College. Entre sus amigos íntimos contaba
a Hugh Latimer (1485-1555), que murió mártir. Eligió los estudios de historia
religiosa con vistas a analizar el progreso y la decadencia de la Iglesia de
Roma. A los treinta años de edad había leído los escritos de los Padres griegos
y latinos, las disputas de los escolásticos, las actas de los concilios y todo
lo relacionado con la historia eclesiástica. Además de ello estaba
familiarizado con las Escrituras en sus idiomas originales.
Estos estudios le
llevaron hacia el protestantismo. Sospechoso de herejía creyó conveniente dejar
Oxford. Su padrastro airado le desheredó por completo y se vio obligado a
aceptar el cargo de tutor de la familia de Sir Thomas Lucy de Warwickshire. En
ese tiempo contrajo matrimonio con Agnes Randall y se trasladó a Londres, donde
después de muchas privaciones encontró otro puesto de tutor de los hijos
huérfanos de Henry Howard, Earl de Surrey, ejecutado en 1547, y nietos del
duque de Norfolk.
En 1550 fue ordenado
diácono de la Iglesia Anglicana, en una ceremonia oficiada en la catedral de San
Pablo por el obispo reformado Nicholas Ridley (1500-55), abrasado vivo en la
misma hoguera que Latimer con la llegada al poder de la reina católica María.
Entonces el fanático obispo Gardner intentó apresar a Foxe, pero gracias al
joven duque consiguió huir al continente. En Estrasburgo (Francia) entabló
amistad con Edmund Grindal (1519-83), que llegaría a ser Arzobispo de
Canterbury.
Este le entregó un
manuscrito en latín narrando las persecuciones de los reformadores protestantes
desde el día de Wycliffe y Huss hasta su día. Iba a ser el punto de arranque de
su libro sobre actas y monumentos de mártires. En Frankfurt conoció a John
Knox, el reformador escocés. En Basilea pasó momentos de extrema pobreza y
trabajo como corrector de pruebas en la imprenta del editor protestante Johan
Herbst o Oporinus, que le dejó tiempo para sus propios escritos.
De regreso a Londres en
1559 rechazó cargos de importancia eclesiástica para dedicar su vida por
completo a la obra pastoral y literaria, así como a la correspondencia con los
hombres notables de Inglaterra y el resto de Europa. El día 20 de marzo de 1563
vio la luz pública la primera edición de The Acts and Monuments, más conocido
como El libro de los mártires. Se publicaron cuatro ediciones en vida del autor.
Es un libro de suma importante desde el punto de vista de testimonio de una fe
que generó más mártires que todas las generaciones precedentes juntas.
Cuando una plaga o
epidemia se extendió en Londres en 1563, Foxe permaneció fiel en su puesto
ayudando a todos los que pudo, especialmente a los pobres. Tolerante y de
corazón generoso su influencia llegó a la misma reina Elizabeth, para
confirmarla en su intención de acabar con toda ejecución por motivos
religiosos. Tanto fue el respeto que la reina sentía por él que, cariñosamente,
le llamaba “nuestro padre Foxe.”
Murió el 18 de abril de
1587, en su setenta cumpleaños, después de una dolorosa enfermedad. Su esposa
le sobreviviría dieciocho años, murió en 1605.
WILLIAM HENDRIKSEN
FECHAS:(1900-82)
Datos Biográphicos: N. en Tiel (Holanda)
emigró a Norteamérica a la edad de 10 años. Trabajó durante el día y estudió
por la noche hasta conseguir una beca en el Calvin College de Grand Rapids
(Michigan). Allí se graduó en teología en 1921 y se doctoró en 1934. Obtuvo un
segundo doctorado en el Princeton Theological Seminary. Ordenado al ministerio
de la Iglesia Cristiana Reformada sirvió como pastor en varias congregaciones
del estado de Michigan.
Fue profesor del Nuevo
Testamento en el Seminario Calvino a partir de 1943, junto a Louis Berkhof
(v.). Lingüista nato llegó a leer en más de 20 idiomas. Aprendió el español
después de jubilarse de su labor pastoral.
Sus comentarios al NT son
de los más apreciados y leídos en el mundo evangélico. En ellos aúna la
erudición y la espiritualidad; la exégesis y la pastoral; la fe y la práctica,
como ningún otro antes lo había conseguido, a excepción de C. Hodge (v.) y
Calvino (v.).
Reformado en soteriología
y eclesiología, defendió y popularizó el amilenialismo en escatología. Su
influencia se ha dejado sentir en muchos autores evangélicos posteriores. Murió
sin terminar su proyectado comentario a todo el Nuevo Testamento, que fue
continuado por Simón J. Kistemaker.
Formó parte del comité
que se encargó de la edición de la nueva versión internacional de la Biblia en
inglés (NIV).
ALEXANDER
A. HODGE
FECHAS:(1823-1886)
Datos Biográphicos: N. en Princeton (Nueva
Jersey, EE.UU.), hijo mayor de Charles Hodge (v.). Estudió en la Universidad de
Princeton así como en el seminario de la misma. Se cuenta que él fue uno del
grupo de estudiantes que podía reproducir verbalmente y de memoria las lecciones
de teología sistemática de su padre. Tan buen estudiante se graduó en 1846 y
recibió la licencia para predicar el Evangelio ese mismo año.
Su interés primario era
dar a conocer el nombre de Cristo donde nunca antes hubiera sido predicado. Es
por ello que, después de contraer matrimonio con Elizabeth Holliday en 1847, se
ofreció como misionero a la Junta Presbiteriana de Misiones Extranjeras. El
joven matrimonio fue asignado a la India. Allí estaría tres años, concretamente
en Allahabad. Dos hijos les nacieron en aquel tiempo. A.A. Hodge disfrutaba de
su trabajo, pero serios problemas de salud le obligaron a regresar a América en
1850. Sin embargo, siempre mantuvo encendida la llama del ideal misionero en su
corazón y desde su país natal hizo todo lo posible por potenciar la obra
misionera.
Desde su retorno de la
India pasó catorce años como pastor en diversos estados: Maryland (1851-55),
Virginia (1855-61) y Pennsylvania (1861-64), donde, según parece, fue amado por
todos. El resultado de sus sermones fue la publicación de un libro titulado
Outlines of Theology (Bos-quejos de teología), que hicieron de él un reputado
escritor y maestro.
En 1864 fue nombrado
profesor de teología sistemática en el Western Theological Seminary de
Allegheny (Pennsylvania), donde permaneció trece años.
Charles Hodge, sintiendo
disminuidas sus fuerzas por la vejez, recurrió a su hijo para que viniese a
Princeton como profesor adjunto de teología. Lo cual así vino a ser en 1877, un
año antes de su muerte.
Al igual que su padre,
A.A. Hodge era un cristiano que combinaba lo mejor de la erudición con la más
pura de las espiritualidades. En realidad la teología princetoniana era
heredera natural de los grandes avivamientos americanos, como los de Edwards y
Whitefield, que habían colocado la importancia de la conversión en el centro de
la experiencia religiosa.
Firme en su creencia de
la suprema autoridad de la Biblia A.A. Hodge evitó con cuidado la intrusión
filosófica en la teología. Sin embargo, y quizá por ello, fue, por temporalmente
y hábito, un teólogo filosófico, en el sentido que puede serlo un creyente
reformado. La teología era para él una visión, un sistema revelado del mundo.
Hodge vio en el calvinismo una visión mundial, la única, que al buscar dar
gloria a Dios en todas las áreas de la vida es suficientemente amplia como para
ofrecer una base bíblica para la familia, la ley, la educación y la economía.
Francis L. Patton (v.)
dijo: “A. A. Hodge fue uno de los teólogos más grandes del mundo. Su teología
fue la de Pablo y Agustín, de Anselmo y Calvino, de Turrentin y Cunningham, y,
cómo no, la de su propio padre, pero excediéndole en conocimiento histórico.”
La carrera del Dr. A.A.
Hodge en el Seminario de Princeton iba a ser corta, al quedar truncada como
quedó, por su repentina muerte acaecida el 12 de noviembre de 1886, a la edad
de 63 años. Nueve años escasos había pasado en Princeton como profesor.
Póstumamente se publicó su Evangelical Theology, donde revela sus dotes de lo
que el Dr. Shedd calificó de "popularizador de la teología
científica".
Fue miembro de la
Asociación Reforma Nacional, convencido de que la soberanía de Dios requiere de
los creyentes que todos los aspectos sociales del creyente se conformen a las
leyes justas de Dios. Como postmilenialista creía que la fe tenía que jugar un
papel muy importante en la vida de la nación.
CARLOS
HODGE -- CHARLES HODGE
FECHAS:(1797-1878)
Datos Biográphicos: N. en Filadelfia
(Pennsylvania). Hijo menor de una familia de cinco hijos, bien pronto conoció
la desgracia al quedar huérfano de padre a la edad de seis meses. De modo que
toda la educación y cuidado del niño recayó sobre la madre, María Blanchard,
descendiente de hugonotes franceses, heredera del fuerte carácter y viva
religiosidad de éstos, ejercerá una poderosa influencia sobre el más pequeño de
sus hijos. Presbiteriana convencida, educó a su familia en la Fe de
Westminster, fe de la cual hijos y nietos nunca llegaron a apartarse.
Convertido a la edad de
18 años, como resultado de un avivamiento mientras estudiaba en el College de
Princeton en 1815, Charles se matriculó en el seminario en 1816, junto a otros
veintiséis estudiantes, bajo la enseñanza de los dos únicos profesores de aquel
entonces, Alexander y Miller. Hodge llegó a ser un fiel discípulo de Alexander
de quien se puede decir que aprendió todo: un conocimiento sólido del
calvinismo unido a una ferviente espiritualidad evangélica, junto a una
rigurosa adaptación de la filosofía escocesa del sentido común, que el
seminario mantuvo hasta el final.
Graduado el 28 de
septiembre de 1819, recibió, un mes más tarde, la licencia para predicar el
Evangelio. Un fuego ardía en su pecho: la salvación de almas y la propagación
de la sana doctrina. Así que cuando se le propuso como profesor asistente de
Literatura Bíblica y Exégesis, en el seminario del que acababa de graduarse,
rechazó el ofrecimiento, ya que para él no había privilegio mayor que la
predicación del Evangelio. Anotamos esto porque su merecida fama como teólogo
sistemático tiende a anular sus muchos otros merecimientos como hombre de
Iglesia. Además su voluminosa teología sistemática apareció casi al final de su
vida, fruto maduro de toda una vida de acción y servicio al pueblo de Dios. En
su propia época Hodge se hizo admirar más por otros muchos merecimientos que
por los que su obra cumbre le reportó.
Tan pronto como en 1820
lo vemos enseñando en Princeton junto a sus dos antiguos profesores, Alexander
y Miller. Tal fue el efecto que produjo sobre ellos que éstos le recomendaron a
la Asamblea de la Iglesia como profesor regular.
En el año 1822 se casó
con Sara Bache, fruto directo de sus labores evangelísticas, pues había sido
convertida por medio de una de sus predicaciones. La feliz pareja tendrá ocho
hijos.
Hodge dedicó más de medio
siglo de su vida a la enseñanza y preparación de candidatos al ministerio
cristiano. Se calcula que unos 3000 estudiantes pasaron por sus clases durante
esos cincuenta años. El día que se conmemoró semejante acto todas las tiendas y
negocios de Princeton cerraron sus puertas para manifestar su admiración y
respeto por el homenajeado. Hodge solamente se ausentó de su cátedra de
enseñanza durante un período de dos años, que aprovechó para estudiar en
instituciones de Europa.
La motivación de este
paso surgió de su sincero convencimiento de lo inadecuado de su preparación en
lenguas bíblicas y orientales y en crítica bíblica, propia de la erudición
teológica germana. Así que, en 1826, por el nombre y la buena reputación del
seminario y en interés de su propia formación teológica, decidió marchar a
Francia y Alemania para estudiar con los mejores profesores en el campo de las
ciencias bíblicas. En Alemania estudió el idioma con el joven George Müller
(v.), sin que aún pudiera adivinarse el futuro líder de los Hermanos y fundador
de los célebres orfelinatos. También tuvo ocasión de oír predicar a F.D.E.
Schleiermacher (1768-1834), el padre del liberalismo religioso moderno.
Hodge dio una orientación
definitivamente científica a su labor teológica, en el sentido de estudio
riguroso y bien articulado, en la mejor tradición de la teología cristiana de
todos los tiempos.
No fue sólo un teólogo
sistemático preocupado por poner en orden la multitud de textos bíblicos
respecto a las diversas verdades doctrinales de la fe cristiana, fue también un
insuperable comentarista. De ello dan fe sus admirables comentarios a romanos,
Efesios, 1ª y 2ª Corintios. En ellos se revela el erudito minucioso, el
conocedor de los idiomas originales, el teólogo capaz de traer los detalles a
la luz de su plan general, el pastor de almas, siempre a la escucha de la voz
del Maestro.
Consumó la gran obra de
su vida con la publicación en tres volúmenes de su Systematic Theology (1872),
justamente seis años antes de su muerte. Permanece como la más efectiva
presentación americana del calvinismo evangélico, de modo que aún hoy continúa
utilizándose. "Las dificultades nunca parecen complicadas en las manos de
Hodge -escribe el pastor del Metropolitano Tabernáculo de Londres, Peter Máster-.
Aquí, la teología sistemática ofrece una sonrisa amistosa". Murió el 19 de junio de
1878.
JUAN HUS
(ALREDEDOR
DE 1371,-1415)
Juan Hus nace alrededor de 1371 como hijo de padres
pobres en la pequeña aldea de Husinecz en Bohemia, lugar que le dará su nombre.
Alrededor de 1390 comienza en Praga el estudio de las artes comunes, se recibe
luego como magister y enseña a los nuevos alumnos. Después inicia sus estudios
teológicos. En 1400 es ordenado sacerdote y apenas dos años después empieza a
predicar en la iglesia "Nueva Belén". Esta era una iglesia que
ofrecía lugar para 3.000 personas y estaba destinada sólo a la prédica. Es más,
desde un comienzo no se predicaba en latín sino en checo, el idioma del pueblo,
en esta iglesia construida a fines del siglo XIV, hecho que la hizo expresión
concreta de un esfuerzo reformatorio de la iglesia checa. Muchas de las
prédicas de Juan Hus en la iglesia Nueva Belén han sido conservadas.
Ellas nos presentan a un hombre que critica la
inmoralidad de la sociedad y, especialmente, los vicios del clero: codicia,
usura y la simonía están al centro de sus ataques con que llama al arrepentimiento.
Y se le escucha y se le comprende - tanto el pueblo como la realeza. Hus recibe
importantes impulsos por las obras de Juan Wyclif sin copiarlo simplemente.
Debido por ejemplo a la tradición de Wyclif, Hus exige una iglesia nueva,
reformada. El punto central de su prédica y norma para el culto es la palabra
de Dios, la Biblia. El líder de la iglesia es Cristo, no el papa (hay que
señalar que en esa época había dos papas compitiendo, uno en Roma, otro en
Aviñón).
A parte de sus actividades en la iglesia Nueva
Belén, Hus se desempeña en la facultad de teología de la Universidad de Praga
como profesor de exégesis bíblica. Hus no era el único en Bohemia que estaba
influenciado por Wyclif y buscaba reformas. Pero dentro de poco tiempo se
convierte en portavoz del movimiento que es mayoritario en la universidad de
Praga. En los años 1409/10, Hus incluso es rector de esta casa de estudios. Sin
embargo, en 1411/12 abandona sus planes de doctorarse en teología porque se
encuentra con resistencias.
Ya desde 1403 en adelante se habían generado
conflictos sobre las enseñanzas de Juan Wyclif que incluso fueron sospechadas
como heréticas. A partir de 1407/08, la curia romana toma parte en el asunto, y
en 1409, el conflicto estalla. El año anterior, Hus había iniciado un proceso
canónico contra el arzobispo y el papa para lograr que revocaran la condenación
de las enseñanzas de Wyclif. Tanto este proceso como las ideas reformistas de
los "Wiclefistas" como se llama a Hus y otros seguidores, llevan a
que se dicte una prohibición de predicar en todas las capillas (incluida la
iglesia Nueva Belén).
Hus no obedece la orden sino que protesta, lo que
no le sirve de nada, al contrario: En agosto del 1410 es excomulgado, y en
marzo de 1411 se decreta su excomunión. Poco más de un año después se publica
la sentencia final: la excomunión mayor. Juan Hus debe abandonar Praga. La
nobleza bohemia toma partido por Hus y lo cobija hasta 1414 en sus fuertes y
castillos. En este tiempo, Hus escribe mucho, interpreta el Credo Apostólico, los
Diez Mandamientos y el Padre Nuestro. Además, redacta un estudio "Sobre la
Iglesia". En éste se reconoce la influencia de Wyclif, pero Hus en muchos
aspectos es más moderado que Wyclif. Juan Hus mantiene el contacto con la
comunidad de Nueva Belén y sus compañeros a través de una abundante
correspondencia.
En 1414, se pide al rey de Bohemia aclarar la
situación de su súbdito en el concilio que se reúne en Constanza (Alemania).
Hus no puede negarse a asistir, toda vez que se le había dado un salvoconducto.
Sin embargo, es detenido pocas semanas después de su arribo a Constanza.
Después de un proceso de varios meses, diversos interrogatorios y la
condenación pública y repetida de las enseñanzas de Juan Wyclif, Hus es
condenado a muerte, a pesar de las vehementes intervenciones de la nobleza
bohemia y morava. El 6 de julio de 1415 es quemado en público afuera de la
ciudad. No había abrogado.
En los años que siguieron, hubo intentos por
eliminar la "herejía bohemia". Estos al final fracasan. La nobleza
bohemia protesta vehementemente contra la muerte de Juan Hus en la hoguera. Sus
pensamientos siguen vivos, es más: "Sólo después de la muerte de Hus, sus
ideas se convirtieron en vida" (Leopold von Ranke, historiador alemán).
Nace un movimiento husita. Entre otras cosas, su seguidores exigen la
celebración de la Santa Cena en ambas formas; Juan Hus se había mostrado
abierto pero cauteloso frente a esta pregunta.
Más tarde, el cáliz se convierte en el símbolo del
movimiento, no obstante, persisten las diferencias en cuanto a la pregunta cuan
radical tenía que ser la protesta. Los más radicales ganan terreno; en el año
1419 se levantan contra el rey Wenceslao y conquistan Praga. Durante 18 años
reina la guerra en la Bohemia; se observan crueldades en los dos partidos.
También dentro de la iglesia, las fuerza moderadas y radicales no logran un
consenso, así que nacen diversas iglesias husitas.
En los años de la Reforma, los husitas y los
reformadores se acercan; en 1575 se publica la Confesión de Bohemia (Confesión Bohémica),
que tiene lazos estrechos con la Confesión de Augsburgo (Confesión Agustina) de
Felipe Melanchton. La historiografía de los husitas conoce una primera Reforma
(= la husita), y una segunda Reforma (= la alemana). La actual iglesia
evangélica de los Hermanos Moravos en Chequia se define conscientemente como
heredera de las dos corrientes reformistas. No se puede responsabilizar a Juan
Hus de lo que ocurrió después de su muerte, y menos de los conflictos bélicos
que estaban lejos de sus intenciones.
Al contrario, su objetivo era la renovación de la
iglesia y de la sociedad. En definitiva, reivindicaba la obediencia frente a
Dios, porque este mandamiento de Dios tiene validez absoluta. Su rigor ético
impide que encontremos ya en él una enseñanza reformadora de la justicia de
Cristo. En este sentido, Hus no puede ser identificado con la Reforma, ni
siquiera como reformador anticipado. Más bien representa claramente la
necesidad de reformar la iglesia medieval. Su crítica conmovió a Lutero que
pudo llamar a Hus un "hombre santo".
JUAN KNOX
FECHAS:(1515-1572
Datos Biográphicos: Reformador escocés, nació
en Haddington (Escocia). Estudió en la universidad de San Andrés. Fue ordenado
sacerdote en 1540, pero para entonces había aprendido de su maestro G. Wishart
(1513-1546) una mezcla de ideas luteranas y calvinistas, incluyendo los puntos
de vista de M. Bucer sobre la Cena del Señor. Wishart murió en la hoguera, pero
tres meses después murió asesinado el mundano cardenal escocés Beaton. Como
consecuencia de esto, también Knox tuvo que buscar protección en el castillo de
San Andrés. Era reina de Escocia María Estuardo, pero por su forzado exilio,
era regente de Escocia su madre María de Guisa, francesa y católica como su
hija, y consiguió que en julio de 1547 una flota francesa sitiara y bombardeara
el castillo, obligando a sus ocupantes a capitular. Knox y sus compañeros
fueron deportados y enviados a galeras, hasta que en 1549, por intervención del
gobierno inglés, fue liberado.
Vuelto a Inglaterra,
comenzó a predicar en muchos puntos del país. La predicación de Knox cerca de
la frontera escocesa atrajo a tantos escoceses que el gobierno escocés se puso
nervioso. Knox aceptó una invitación para predicar en la corte de Eduardo VI,
pero rechazó la oferta de ser obispo de Rochester. Cuando María Tudor, católica
y mujer de Felipe II, llegó al trono inglés en 1553, Knox estuvo por algún
tiempo dudando sobre si procedía morir pronto en la hoguera o huir del país.
Por fin, decidió huir a Ginebra en 1555, donde los reformadores suizos,
especialmente J. Calvino, tuvieron mucha influencia en él. A finales del 1555,
Knox volvió por un breve tiempo a Escocia, donde tuvo la suerte de librarse de
una acusación de herejía. En 1559, los acontecimientos se precipitaron en Escocia.
El pueblo escocés se alzó
contra la Regente y la dominación francesa; se produjeron graves desórdenes y
las tropas del gobierno se lanzaron contra las fuerzas protestantes poniéndoles
en grave aprieto. Fue entonces cuando Inglaterra, ya bajo la protestante Isabel
I, decidió intervenir con un potente ejército. Las tropas francesas fueron
sitiadas en Leith y tuvieron que capitular (1560), con lo que la influencia
gala llegó a su fin. El triunfo del protestantismo en Escocia quedó asegurado
cuando María Estuardo abdicó en 1567 y Knox predicó el sermón de coronación
para Jacobo VI, el niño de María, quien fue educado en el protestantismo
durante la regencia de Lord James Stewart, conde de Moray y protestante, con lo
que se volvía al total restablecimiento de la Reforma en Escocia.
R. B. KUIPER
FECHAS:(1886-1966)
Datos Biográphicos: N. el 31 de enero en
Garrelsweer (Groningen, Holanda), sexto hijo del pastor reformado Klaas Kuyper,
el cual a los 50 años de edad aceptó el llamamiento a ser pastor en Grand Haven
(Michigan, EE.UU.), de la Primera Iglesia Cristiana Reformada, y posteriormente
en Chicago en una congregación de la misma Iglesia. Allí acudió el joven Kuiper
a la escuela y a la Universidad (1903-7). Se doctoró un año después en la
Universidad de Indiana, graduándose en latín, como antes había hecho en griego.
En el Seminario Calvino de Grand Rapids estudió teología con L. Berkhof (v.).
En 1911 contrajo
matrimonio con Marie Janssen, que iba a resultar en una unión feliz. Ambos se
matricularon ese mismo año en el Princeton Theological Seminary de Nueva
Jersey. Eran entonces profesores B.B. Warfield (v.) y G. Vos (v.).
Ordenado al ministerio de
la Iglesia Cristiana Reformada el 14 de julio de 1912. Afable en carácter y
brillante en su predicación atrajo buen número de congregantes en las distintas
iglesias que pastoreó, con el consiguiente aumento de su membrecía. Su método
era sencillo de seguir: “Precisión en el lenguaje es la mejor ayuda de la
precisión en el pensamiento”
En septiembre de 1930 fue
nombrado Presidente del Calvin College. Con anterioridad J.G. Machen (v.) había
realizado grandes esfuerzos para que Kuiper aceptara el puesto de profesor de
Teología Sistemática en el recién fundado Westminster Theological Seminary
(1929), lo cual, después de intensa reflexión aceptó por un año. Regresó en
1933 para encargarse de la cátedra de Teología Práctica, en la que permaneció
hasta el día de su jubilación en 1952.
Cuando en la década de
los 30 se funda la denominación llamada Iglesia Presbiteriana Ortodoxa, accede
a unirse a ella como pastor, dejando su filiación ministerial con la Iglesia
Cristiana Reformada, no por discrepancias con su iglesia madre, compuesta en su
mayoría por holandeses inmigrados, sino por su sentido de responsabilidad con
la nueva denominación. Prueba de ello es que años después, con toda
naturalidad, volverá a su primera iglesia para servirla como pastor una vez más
y Presidente del Seminario Calvino.
“Teológicamente ea un
reformado hasta la médula de sus huesos —dice J. Murray (v.)—. Creyó que la
Biblia expone un sistema de doctrina, y que este sistema es específicamente
reformado. En esto no admitió equivocación ni compromiso.”
Educado en la enseñanza
reformada no podía ver con buenos ojos el movimiento fundamentalista, y su
tradición anabautista, en lo que fallaba en hacer justicia a la riqueza de la
vida humana y la cultura general. “Una espiritualidad que denigra lo relativo a
la naturaleza, la cultura y la historia es una falsa espiritualidad”, escribe.
Maestro de predicadores
cree que “el sermón es un mensaje urgente de parte del Dios vivo, un mensaje
para el que el predicador tiene que verse a sí mismo como el heraldo
debidamente señalado. Por él tiene que dar todo lo que tiene.” La predicación
tiene que basarse únicamente en la Escritura, ya que la Escritura sola es la
Escritura toda, cuyo centro es Cristo. Por eso enfatizó la predicación
expositiva.
Murió el 22 de abril,
detrás dejaba un ejemplo equilibrado de teología y política eclesiástica.
Sencillo, amante de la claridad, supo poner al alcance de todos las riquezas de
la teología cristiana reformada.
ABRAHAM KUYPER
Político, estadista,
periodista, docente y teólogo. Fundador del Partido Anti-Revolucionario,
parlamentario y Primer Ministro de Holanda entre 1901 y 1905. Fundador de la
Universidad Libre de Amsterdam. Desafió al liberalismo de su época y presentó
al cristianismo como una respuesta integral, demostrando como los cristianos
deben funcionar en una sociedad libre y democrática.
VIDA
Abraham Kuyper nació en
Maasluis, Holanda, el 29 de Octubre de 1837. Recibió educación temprana por
parte de su padre, Jan Frederick Kuyper, un ministro de la Iglesia Reformada
Holandesa. Aunque no tuvo una educación primaria formal, pudo ingresar al nivel
secundario y completar sus estudios sin mayores problemas graduándose en 1855.
Ese año ingresó a la Universidad de Leiden donde comenzó sus estudios en
literatura y filosofía. Durante su paso por la Universidad tomó clases de
árabe, armenio y física entre otras materias, además de las propias de su
carrera.
En 1862 obtuvo el Título
de Doctor en Teología y fue nombrado Ministro de la Iglesia Reformada
Holandesa.
En 1863 se hizo cargo de
su primera congregación, la parroquia de Beesd. Ese mismo año contrajo
matrimonio con Joanna Hendrika Schaay, con quien tendría ocho hijos, cinco
varones y tres mujeres.
Al poco tiempo de haber
iniciado la carrera pastoral se hizo evidente su simpatía con los sectores de
tendencia más ortodoxa dentro de la Iglesia.
Su pensamiento sostenía
la necesidad de volver a la fe reformada simple. Se opuso a la centralización
de la iglesia, objetó el papel del Rey en los asuntos religiosos y comenzó a
abogar por la separación de la iglesia y el estado.
En 1867 fue invitado a
tomar el pastorado de la iglesia en Utrecht, cargo que ocupó hasta 1870 cuando
se trasladó a Ámsterdam.
Al año siguiente de su
llegada comenzó a escribir para el periódico "De Heraut" (El Heraldo)
y en 1872 fundó su propio diario, "De Standaard" (El Estándar) que
constituiría la plataforma para difundir sus ideas y la del movimiento que
habría de crear.
MIEMBRO DEL PARLAMENTO
En 1873 consolidó la
carrera política que había iniciado al ser electo representante para el Parlamento
por el distrito de Gouda. Desde ésta función demostró un interés particular por
los asuntos vinculados a la educación, especialmente por el problema de la
desigualdad que existía en la ayuda financiera a las instituciones religiosas
vs. Las laicas. Así es que, en 1878, obtuvo su primer éxito político de
relevancia al lograr la aprobación de su proyecto de Ley de Educación. Este
hecho fue el espaldarazo que dio impulso a la creación del Partido
Anti-Revolucionario. Sus seguidores comenzaron a llamarlo "Abraham de
Geweldige" (Abraham el Grande).
En 1880 fundó la
Universidad Libre de Amsterdan en la que desarrolló una intensa actividad
docente como profesor de Teología y "Rector Magnificus". Durante un
tiempo también se desempeñó como profesor de literatura.
En 1884, Kuyper fue
reelecto como parlamentario, Impulsó cambios en la legislación a favor del
sufragio universal, se interesó por las leyes laborales, la educación popular y
los asuntos externos. La segunda guerra de los Boers lo tuvo como un importante
protagonista.
En el año 1901 viajó a
Estados Unidos de América. Allí fue honrosamente recibido y se le otorgó un
Doctorado Honorario en la Universidad de Princeton.
PRIMER MINISTRO
Ese mismo año, 1901, su
partido triunfó en las elecciones y Kuyper ocupó el cargo de Primer Ministro de
Holanda. Allí demostró ser de mano firme, según sus detractores, autoritario.
En 1903 se había desatado una huelga ferroviaria, la que Kuyper combatió con
leyes particularmente ásperas. Los opositores las llamaba "worgwetter"
(leyes que estrangulan). Aunque acérrimo enemigo de éste tipo de medidas de
fuerza, no cultivaba un sentimiento contrario a los intereses de los
trabajadores. Desde su posición impulsó gran cantidad de leyes que favorecería
las condiciones laborales de los asalariados.
MINISTRO DEL ESTADO
En 1905, el Partido
Anti-Revolucionario perdió las elecciones por lo que Kuyper pasó a integrar la
oposición.
En 1907 fue nombrado
Doctor Honoris Causa por la Universidad de Tecnología de Delft. Ese mismo año
fue reelecto representante en el Parlamento, cargo que ocupó hasta su muerte en
1920.
En 1908, recibió una de
las mayores distinciones reservadas para un holandés: Fue nombrado con el
título honorario de "Ministro del Estado" en reconocimiento por sus
aportes a la cultura y sociedad holandesa.
En 1909, participó del
comité que escribiría las reglas ortográficas para la lengua holandesa. Ese año
recibió otro Doctorado Honorario por parte de la Universidad de Lowain.
Pero no todas fueron
rosas en la carrera de política de Abraham Kuyper. Tuvo férreos opositores y
más de una vez conoció la derrota. En una ocasión, acusado de maniobras oscuras
e ilegales, fue sometido a investigación por un comité de notables que
finalmente lo declararía inocente.
En 1913 participó del
grupo de trabajo que proyectó la reforma constitucional en Holanda.
SU VISIÓN TEOLÓGICA
Abraham Kuyper ocupa un
lugar preponderante entre los pensadores de historia. Su aporte cobra mayor
relevancia si se tiene en cuenta el contexto histórico en el que vivió. Su
pensamiento lidió con las ideas fuertes de su tiempo que proclamaban un mundo
sin Dios. Muchas de ésas ideas infiltraban de alguna manera incluso dentro del
protestantismo liberal. Eran tiempos del apogeo del darwinismo, del marxismo y
del nihilismo, entre otras corrientes contrarias a la idea de un Dios y
Creador.
Dentro de la Iglesia
Reformada, se opuso a las tendencias liberales, lo que llevó a que se separase
de ella. Así es que en 1886 dejó la Iglesia Reformada Holandesa junto a una
gran cantidad de seguidores. Con el tiempo, en 1892, se formalizaría la
institución de las Iglesias Reformadas de los Países Bajos, una asociación
independiente que nuclearía a los disidentes y a los luteranos de Holanda.
Kuyper cultivó lo que dio
en llamarse el neo calvinismo, diferenciándose del calvinismo tradicional
fundamentalmente en cuanto a la interpretación del concepto de la divina Gracia
y el rol del estado.
Kuyper fue uno de los
pioneros en formular el principio de tolerancia mutua en el contexto del mundo
reformado. Pero quizás lo más importante de Kuyper fue su opinión sobre el
papel de Dios en la vida cotidiana. El creía que Dios influía sobre los
creyentes, y esto debería ser demostrable en la vida cotidiana.
Kuyper decía:
"Ningún pedazo de nuestra mente está sellada herméticamente, separada del
resto; y no existe una pulgada cuadrada en nuestro cuerpo y dominio que no
grite que Cristo es el soberano de todo", "Dios reconstruye el
universo continuamente mediante actos de tolerancia", "la intervención
de Dios es necesaria para asegurar la supervivencia de la creación".
SU VISIÓN POLÍTICA
Los ideales políticos de
Kuyper eran protestante ortodoxos y contrarrevolucionarios.
Él rechazó el concepto de
soberanía popular al estilo francés en el cual todos los derechos se originaban
a partir del individuo. Tampoco concordaba con el concepto de soberanía al
estilo alemán, que proponía que todos los derechos surgían a partir del estado.
Su visión para la sociedad holandesa consistía en un modelo propio que partía
de la base del pensamiento protestante. Consideró el papel del estado como
factor importante para sostener la moralidad de la gente.
Kuyper favoreció la
monarquía de la Casa de Orange, aunque expuso su desacuerdo en las
intromisiones reales en las cuestiones religiosas. Así es que formuló la idea
de dividir la política secular de la religión, propugnando la separación de la
Iglesia y el Estado.
Los liberales y los
socialistas fueron sus opositores naturales, en tanto que mantuvo buena
relación con la minoría católica.
SU LEGADO
Las opiniones políticas y
los actos de Kuyper han influenciado de manera decisiva en la historia de
Holanda. Sus conceptos sobre soberanía, separación de la Iglesia y Estado,
educación pública y tolerancia religiosa son visibles en la Holanda moderna.
Su tenaz oposición a las
corrientes de pensamiento ateas que hacían furor en los medios intelectuales
liberales de su época, ha resultado de relevancia mayor.
Desde lo estrictamente
religioso, su acto más trascendente fue la creación de la Iglesia Reformada de
los Países Bajos. Considerado el padre del neo calvinismo, quizás su mayor
legado a la Iglesia cristiana protestante haya sido plasmado en su obra más
conocida:"Conferencias sobre el Calvinismo".
Su ocupación como
escritor ha sido por demás prolífica. Además de "Conferencias sobre el
Calvinismo" publicó decenas de libros y otros trabajos literarios.
Algunos de ellos son
"Conservadurismo y Ortodoxia"(1870), "Calvinismo: la fuente y
salvaguarda de nuestras libertades constitucionales. Un pensamiento
holandés" (1874), "Nuestro programa -programa político del partido
antirrevolucionario" (1879), "Contrarrevolucionario, también en tu
familia" (1880), "Maranatha" (1891), "La cuestión social y
la religión cristiana"(1891), "Enciclopedia de Teología",
"Calvinismo", "Tolerancia común", "Para estar cerca de
Dios" y "El trabajo del Espíritu Santo" entre otros.
Abraham Kuyper, luego de
una intensísima vida, falleció en La Haya, en 1920, a los 83 años de edad.
JACQUES
LEFÈVRE ETAPLES
Nacido c. 1455 en
Étaples, Picardy [Francia] y muerto en marzo de 1536 en Nérac, Francia)
perteneció y dirigió al "grupo de Meaux" en el que, entre otros,
había personajes de la talla de Guillaume Briçonnet, Gérard Roussel, Louis
Berquin, Francisco Vatable, Guillermo Farel y Margarita de Angulema .
Se conoce como
"grupo de Meaux" al grupo de personas con inquietudes religiosas que
en el siglo XVI y en la diócesis de Meaux buscaban una espiritualidad más
genuina de acuerdo al Nuevo Testamento.
Algunas de las personas
de este grupo se unieron definitivamente a la Reforma, otras, en cambio, se
quedaron a medio camino, sin atreverse a romper totalmente con la Iglesia de
Roma.
Entre las primeras están
Guillermo Farel, quien llegaría a ser compañero de Calvino en Ginebra o Louis
Berquin, mártir de la Reforma francesa; entra las segundas estaría el mismo Lefevre.
Margarita de Navarra Es
interesante comprobar el alto nivel cultural y social que tenían los
pertenecientes a este grupo; allí encontramos a eruditos y humanistas lo mismo
que aristócratas y prelados.
Especialmente importante
es el caso de Margarita de Angulema, hermana del rey de Francia Francisco I y
reina de Navarra por su casamiento con Enrique II de Navarra. Las inquietudes
espirituales de esta mujer la llevaron a convertir su corte en un centro de
difusión de ideas claramente simpatizantes con la Reforma y a proveer refugio a
los protestantes que huían de la persecución bajo su hermano.
Uno de esos refugiados
que hallará acogida en su territorio será Juan Calvino, quien allí conocerá a Lefevre
d'Etaples.
El mapa inferior muestra
los territorios controlados por la casa de Albret y la de Borbón. El matrimonio
de Juana de Albret, hija de Margarita de Navarra, con Antonio de Borbón reunirá
todos esos territorios bajo un solo control. Dada la identificación de Juana de
Albret y Antonio de Borbón con la Reforma, esos territorios se convertirán en
zonas de acogida para numerosos refugiados protestantes.
Lefevre d'Etaples era un
distinguido humanista, profesor en la Sorbona, que ya en 1507 había resuelto
consagrar sus conocimientos al estudio de las Sagradas Escrituras.
Su primer trabajo fue una
traducción latina de las cartas de San Pablo (1512); junto al texto tradicional
de la Vulgata se hallaba la traducción de Lefevre. Las notas a pie de página
contenían ideas claramente protestantes: las obras no tienen mérito fuera de la
gracia de Dios; negación de la doctrina de la transustanciación en el
sacramento de la Cena, aunque admite la presencia real de Cristo en la misma.
Igualmente se oponía al celibato del clero.
En el año 1523 aparece en
París, de la imprenta de Simón de Colinea, una traducción anónima del Nuevo
Testamento al francés (muchas veces reimpresa) a la que se añade en el mismo
año el Salterio y, en 1528, el resto del Antiguo Testamento.
Fue publicada en Amberes
a consecuencia de los intentos de parte del clero francés de suprimir el
libro..No había duda: el autor de esa traducción no era otro que Jacques Lefevre
d'Etaples.
La obra completa apareció
en un volumen en Amberes en 1539 y en 1546 era puesta en el índice papal; no
obstante en 1550 fue reimpresa en Lovaina, editada por dos sacerdotes, Nicolás
de Leuze y François van Larben, quienes revisaron la obra, eliminando de ella
todo lo que tuviera sabor a herejía. Para Lefevre, como para todos los
Reformadores, la Biblia debía de estar al alcance de todo el pueblo:
'Es llegado el tiempo en
que nuestro Señor Jesucristo, el único sol, verdad de la vida, quiere que su
evangelio sea anunciado por todo el mundo, con el fin de que no se desvíe más
por otras locas creencias en criaturas y tradiciones humanas, incapaces de
salvar al pecador.'
La reina Margarita estaba
entusiasmada con la traducción de la Biblia y la recomendó vivamente a su
hermano Francisco I de Francia; sin embargo para éste la Reforma promovida por
su hermana y Lefevre no era oportuna ni política ni moralmente. Políticamente
no servía para concordar con el protestantismo alemán y moralmente no era
adecuada para los hábitos del monarca. No obstante, la Biblia de Lefevre gozó
de amplia difusión por toda Francia.
Pero las ideas de Lefevre
no gustaron en la Sorbona y en 1525 se desató la primera persecución contra los
'luteranos' franceses. Lefevre, junto con Farel, tuvo que huir a Estrasburgo,
mientras que su traducción de las Escrituras era públicamente quemada.
Pasó sus últimos años en Nérac
bajo el amparo de Margarita, la reina de Navarra. Sus últimas palabras fueron: 'Dejo mi cuerpo a la
tierra, mi alma a Dios y mis bienes a los pobres.'
DAVID
MARTYN LLOYD-JONES
FECHAS:(1899-1981)
Datos Biográphicos: N. 20 de diciembre en
Cardiff (Gales, Reino Unido). La familia se mudó a Llangeitho (Cardiganshire),
escena del predicador de avivamientos Daniel Rowland (1711-90), que dio origen
al movimiento calvinista metodista de Gales. La mayor parte de su vida la pasó
en Inglaterra. En Londres estudió la carrera de medicina, consiguiendo un
brillante doctorado (1921).
En 1935 comenzó su
relación con la Inter Varsity Fellowship (IVF). A partir de 1939, como
presidente de la IVF jugó un papel importante en la creación de la Fraternidad
Internacional de Estudiantes Evangélicos (IFES). Contribuyó también en la
creación de la Biblioteca Evangélica de Londres, donde se reúne la mejor
colección de literatura puritana del mundo; el London Bible College, cuyo
primer director fue E.F. Kevan (v.); el Movimiento Evangélico de Gales, que
continúa la tradición del antiguo calvinismo metodista de Roland y Whitefield
(1714-70); y el Seminario Teológico de Londres, y El Estandarte de la Verdad,
editorial dedicada por completo a rescatar la literatura puritana y reformada,
puesta en olvido por entonces, a cuyo cargo estaba I.H. Murray (v.).
Aunque nunca tuvo una
formación teológica de academia o seminario, ha sido uno de los grandes
pensadores y teólogos del siglo XX. Fue un gran lector de literatura reformada,
puritana y moderna, con especial interés por la historia y la biografía. Agudo
y penetrante como un bisturí contribuyó al renacimiento del calvinismo
evangélico en todo el mundo. “No sólo conocía a los puritanos mejor que nadie,
así como los clásicos del avivamiento del siglo XVIII, sino que además estaba
muy documentado en la historia secular, la poesía, la política y la filosofía”
(C. Catherwood).
Enseño a los estudiantes
cristianos a pensar y hacer uso riguroso de la mente. Oliver Barclay dice que
les enseñó a valorar y amar la doctrina, haciéndola materia poderosa y viva.
Profundizó en las interioridades del alma como un maestro de la espiritualidad,
su obra sobre la depresión espiritual ha pasado a la lista de los clásicos.
En 1968 dejó su
ministerio de predicación, debido a una grave enfermedad. Desde entonces
comenzó un ministerio literario consistente en la edición de sus sermones
expositivos, en especial Romanos y Efesios. Siempre buscó restaurar la
verdadera naturaleza de la predicación cristiana, consistente en exposición de
la Escritura, y dependiente de la iluminación del Espíritu, sobre lo cual
pronunció unas importantes conferencias en el Seminario Teológico Westminster
de Filadelfia (EE.UU.). Supo ver que la incredulidad humana es más una cuestión
moral que intelectual, por cuanto la salvación, como el pecado, afecta a la
persona entera. Defensor del calvinismo ortodoxo respecto a la salvación o
doctrinas de la gracia, fue a la vez un gran evangelista y entusiasta de los
avivamientos, que por todos los medios trató de esclarecer y promocionar.
Predicador extraordinario
y directo fue descrito por E. Brunner como “el más grande del cristianismo de
hoy”. Otros le han calificado de profeta del siglo XX, en su vigoroso
llamamiento al testimonio evangélico unido.
MARTÍN LUTERO
FECHAS:(1483-1546)
Datos Biográphicos: N. el 10 de noviembre de
1483 en Eisleben (Turingia, Alemania). Su padre era minero, aunque de cierta
posición. Frecuentó las escuelas de Mansfield, Watterburgo y Eisenach; en abril
de 1501 se matriculó en la Universidad de Erfurt, donde siguió cursos de letras
y consiguió los grados de canciller y maestro de artes. En julio de 1505,
debido a la repentina muerte de un compañero, que le persuadió de consagrar su
vida a Dios, ingreso en la Orden de los agustinos sin consultar a sus padres,
por temor a que se le impidiesen.
En 1507 fue ordenado
sacerdote. En 1508 pasó a la Universidad de Wittenberg para enseñar en la
facultad de Artes. Allí alcanzó el grado de doctor el año 1512 y sucedió en la
cátedra bíblica a su activo maestro y amigo Jan von Staupitz, visitador de la
Orden de los agustinos. Éste era un hombre de grandes conocimientos bíblicos y
en sus conversaciones privadas con Lutero le había dado mucha luz sobre el
asunto de la salvación del alma, el gran tema que preocupaba al joven doctor.
Una vez establecido en la cátedra dio comienzo a una gran serie de cursos
bíblicos sobre los salmos (1513-15); la epístola a los Romanos (1515-16);
Gálatas (1517) y Hebreos (1518).
Fueron aquellos años de
intensos estudios bíblicos durante los cuales leyó mucho los escritos de los
Padres de la Iglesia, especialmente a san Agustín, pero también fueron años de
angustia espiritual sobre todo después de haber ido a Roma con una misión de la
Oreden y haber visto la corrupción moral y la indiferencia espiritual que
reinaba en la corte del Papa. Le vino la paz de espíritu cuando comprendió que
la justificación es un don divino a los hombres, sin mérito por parte de éstos,
aunque a la que deben seguir buenas obras, no para alcanzar la gracia o ganar
la salvación de Dios, sino como la manifestación de gratitud a la obra divina.
En 1517 se produjo un
notorio escándalo a causa de la promulgación de un jubileo en Alemania con una
venta general de indulgencias, según se decía para sufragar los gastos de la
reconstrucción de la iglesia de San Pedro de Roma, pero asimismo para aliviar
las deudas enormes del joven arzobispo de Maguncia. Lutero escribió 95 tesis
sobre las indulgencias y las clavó en la puerta de la iglesia del castillo de Wittenberg
la fiesta de todos los santos. Envió copias al obispo y al arzobispo. Estas
tesis, originalmente en latín, fueron vertidas al alemán por los estudiantes,
impresas y distribuidas copiosamente por toda Alemania. Fueron el origen de la
controversia de Lutero con Roma.
En 1518 tuvo una
entrevista con el legado pontificio, el cardenal Cayetano, y se negó a
retractarse hasta que no se le mostrasen sus errores. En 1519 tuvo un debate
con el teólogo y polemista católico Juan Eck. Un año después el papa publicó la
bula de excomunión Ex surge Domine contra Lutero. Es esta bula replicó con una
serie de escritos teológicos como Llamamiento a la nobleza cristiana de la
nación alemana y Cautividad babilónica de la Iglesia (en latín), denunciando
cuatro de los siete sacramentos, por no considerarlos bíblicos ni consecuentes
con las primera tradición de los Padres de la Iglesia. Finalmente el escrito
más popular titulado La libertad cristiana.
La protección que
Federico el Sabio, príncipe elector de Sajonia, dispensó a Lutero preservó su
vida y le aseguró una audiencia imperial en la Dieta de Worms, en abril de
1521, donde nuevamente se negó con toda energía a retractarse sin que se le
demostrase con razones extraídas de las Escrituras en qué consistía su error.
“Os conjuro por el Dios de la misericordia, a vos serenísimo Emperador y a
vosotros serenísimos príncipes dijo a que me probéis, por los escritos de los
profetas y de los apóstoles, que he errado. Así que me hayáis convencido, me
retractaré y seré el primero en arrojar mis escritos a las llamas”.
Temiendo las asechanzas
de sus enemigos, sobre todo que pudiera ser secuestrado y llevado a Roma, fuera
de la jurisdicción del príncipe, éste le hizo secuestrar por un grupo de
servidores y le llevó al histórico castillo de Watburgo, en Eisenach, donde
vivió vestido como un caballero alemán barbudo, bajo el nombre de Jorge. Allí
comenzó su traducción de la Biblia al alemán, trabajo que no estuvo terminado
hasta diez años más tarde, y para su realización reclutó Lutero un grupo de
eruditos, entre los que se encontraba el brillante Felipe Melanchton
(1497-1560), el más significado de los reformadores de la educación, con una
contribución importante a la universidad y escuela en Alemania.
Lutero condenó la
eficacia de la misa como sufragio para los difuntos, aunque sostuvo que Cristo
estaba en cierto modo presente en los elementos de la santa cena con su teoría
de la consustanciación, posición intermedia entre la transustanciación
sostenida por la Iglesia de Roma y la de moro símbolo, enseñada por Zuinglio
(v.). Asimismo condenó los votos monásticos y el celibato del clero. Durante su
ausencia en Watburgo, se desencadenó en Wittenberg un movimiento reformista
radical, encabezado por su antiguo compañero Andrés Carlos tadio (1477-1541),
cuyas predicaciones desataron el furor iconoclasta del pueblo y éste se dedicó
a romper imágenes de las iglesias y lugares públicos, lo que constituía un
desafío abierto a las órdenes de la reciente Dieta imperial de Nuremberg.
En marzo de 1522 Lutero
regresó repentinamente a Wittenberg y encauzó la situación mediante una
luminosa serie de sermones. Durante los meses siguientes combatió el
puritanismo legalista y el espiritualismo entusiasta de Tomás Munzer
(1490-1525). Cuando Munzer pasó a la acción, encabezando la revuelta de los
campesinos de 1525, Lutero tuvo que ponerse abiertamente contra él, no sólo por
cuestiones religiosas, sino razones políticas, ya que no podían permitirse
perder el apoyo de los príncipes protestantes. Su escrito contra las “hordas
campesinas” le apartó del favor popular que hasta entonces había gozado.
En 1525 contrajo
matrimonio con Catalina de Bora, una ex monja que había abandonado el convento
seis años atrás y era a la sazón doméstica del burgomaestre de la ciudad.
También ese año sostuvo la famosa controversia con Erasmo de Rotterdam, quien
aunque compartía muchas de las ideas de Lutero no quiso romper con Roma, por
medio a los excesos a que se pudiera dar lugar.
La tregua religiosa de
Nuremberg (1532) significó un respiro para la Reforma. Durante todo este tiempo
Lutero produjo un enorme caudal de escritos e himnos entre los que destaca
“Castillo fuerte es nuestro Dios”, así como sus liturgias, sermones y miles de
folletos. Lutero prosiguió sus tareas docentes mientras tuvo fuerzas para ello.
Preparó los artículos de
la Dieta de Ausburgo (1530), aunque sin poder asistir a ella a causa de su
condena legal, pero se mantuvo en el castillo cercano de Coburgo, donde los
príncipes protestantes iban a consultarle.
Murió en 1544 en su
ciudad natal de Eisleben, donde había acudido para reconciliar a los príncipes
de Anhaldt.
La importancia de Lutero
en la historia puede deducirse del hecho de que se han escrito más libros
comentando su vida y su obra que de cualquier otra persona en el mundo,
exceptuando a Jesucristo.
“El gran error de la
cristiandad fue rechazar al monje de Wittenberg, un hecho admitido hoy por la
mayoría de los eruditos católicos. Hacia el final de su vida, Lutero dijo a sus
estudiantes: «Únicamente os he enseñado a Cristo, con sencillez y sin
adulteración». Esa frase resumen su vida entera” (Paul Atkinson, Nuevo
diccionario de teología).
“Paul Althaus describió
una vez a Lutero como un «océano». Tal imagen no se aplica solamente a la
enorme producción literaria de Lutero, unos cien volúmenes en folio en la gran
edición de Weimar, sino también a su poderosa originalidad y profundidad sin
fin. Únicamente otros dos teólogos, Agustín y Aquino, llegaron a la estatura de
Lutero; únicamente otro cuerpo de escritos, los documentos del Nuevo Testamento
mismo, ha sido estudiado con tan cuidadoso escrutinio como las obras del
reformador de Wittenberg. Es fácil ahogarse en semejante océano” (Timothy George, Theology of the
Reformers, p. 51).
OHN GRESHAM MACHEN
FECHAS:(1881-1937)
Datos Biográphicos: N. en Baltimore (EE.UU.),
su padre era un eminente y próspero abogado. Su madre le enseñó los rudimentos
de la fe cristiana reformada que profesaban —Confesión de Fe y Catecismo— y
puso en él el amor por la literatura clásica inglesa y francesa. Estudió en la
Universidad Johns Hopkins (1901) y en el College y Seminario Teológico de
Princeton. Animado por su profesor de NT marchó a Alemania a proseguir sus
estudios en Marburgo y Gotinga, donde la teología liberal de Wilhelm Herrmann
le hizo atravesar una crisis de fe y conciencia.
Ordenado al ministerio de
la Iglesia Presbiteriana de Norteamérica en 1914. Enseñó Literatura y Exégesis
del NT en el Seminario de Princeton de 1906 a 1929. Durante la Primera Guerra
Mundial sirvió en Francia con la Asociación Cristiana de Jóvenes (YMCA).
Admirador y seguidor a la
vez de su profesor B.B. Warfield (v.), siempre defendió la teología reformada o
calvinista de Princeton, influenciada por la experiencia avivamentista
americana y la filosofía del sentido común de la escuela escocesa. Debido a las
tendencias liberales del seminario M. lo abandonó en 1929 y fundó uno nuevo con
el nombre de Westminster Theological Seminary, radicado en Filadelfia.
Compañeros profesores del Princeton le secundaron en su empresa y formaron
parte del nuevo claustro de enseñanza, que pretendían conservar la enseñanza
del “viejo Princeton”. Expulsado de su Iglesia por insubordinación, al
participar en una Junta Independiente de Misiones (1933), decididamente
reformada y evangélicamente conservadora, de la que no quiso renunciar, fundó
la Iglesia Presbiteriana Ortodoxa (1936), después de haber intentado recusar el
veredicto condenatorio de la Asamblea General.
Murió el 1 de enero de
1937 de una neumonía mientras buscaba apoyo para sus proyectos denominacionales
en Birsmarck (Dakota del Norte).
Se opuso rotundamente el
liberalismo teológico por considerarlo no una versión moderna de la fe
cristiana, sino una negación de la misma. Cristianismo y modernismo, decía, son
dos religiones completamente distintas. Aunque nunca se consideró un
fundamentalista, apoyó la controversia fundamentalista en su defensa de la
teología cristiana clásica e histórica. Escribió eruditos ensayos sobre el
nacimiento virginal de Cristo y la teología paulina.
En valiente profesión de
fe expresó lo siguiente: “El cristiano no puede sentirse satisfecho en tanto
que alguna actividad humana se encuentre en oposición al cristianismo o
desconectada totalmente del mismo. No hay deber más urgente que el de dominar
el pensamiento del mundo con objeto de convertirlo en un instrumento de la
verdad en lugar de un instrumento del error” (Cristianismo... p. 13).
Obras Disponibles: El
hombre (TELL); Cristianismo y cultura (Felire). Biog.: J. Gresham Machen,
a Biographical Memoir, Ned B. Stonehouse. WTS, Filadelfia 1977. Machen y La IPO por D. G. Hart
J. Gresham Machen
(1881-1937) fue la figura principal en la fundación de la Iglesia Presbiteriana
Ortodoxa, no por otra razón que no fuera la controversia presbiteriana en la
cual él tuvo un desempeño crucial que culminó en el inicio de la denominación en
1936. Machen, un distinguido erudito del Nuevo Testamento en el Seminario
Princeton desde 1906 a 1929, defendió la confiabilidad histórica de la Biblia
en obras tales como The Origin of Paul's Religión (El Origen de la Religión de
Pablo - 1921) y The Virgin Birth of Christ (El Nacimiento Virginal de Cristo -
1930). Emergió como el vocero principal de los Presbiterianos conservadores
haciendo críticas devastadoras a los Protestantes modernistas en sus conocidos
libros Christianity and Liberalism (Cristiandad y Liberalismo - 1923) y What is
Faith? (¿Qué es fe? - 1925).
Cuando los presbiterianos
del norte (PCUSA – Iglesia Presbiteriana en los Estados Unidos de América)
rechazaron sus argumentos a mediados de la década de 1920, y decidieron
reorganizar el Seminario Princeton para crear una escuela moderada, Machen
asumió el liderazgo en la fundación del Seminario Westminster en Filadelfia
(1929) donde enseñó Nuevo Testamento hasta su muerte. Su continua oposición al
liberalismo en la agencia de misiones foráneas de su denominación durante la
década de los años 1930s, lo condujeron a la creación de una nueva
organización, La Junta Independiente para las Misiones Presbiterianas Foráneas
(1933).
El juicio, convicción y
suspensión del ministerio de los miembros de la Junta Independiente, incluyendo
a Machen, en 1935 y 1936 proveyó los criterios lógicos para la formación en
1936 de la Iglesia Presbiteriana Ortodoxa. Solo seis meses después de
haber comenzado la nueva denominación, Machen murió en Bismarck, Dakota del
Norte, mientras trataba conseguir respaldo económico para la Iglesia
Presbiteriana Ortodoxa. Él fue, indiscutiblemente, el más importante pensador
conservador Presbiteriano en la primera mitad del siglo 20, y la luz que sirvió
de guía a la primera generación de Presbiterianos Ortodoxos.
ROBERT
MURRAY MCCHEYNE
FECHAS:(1813-1843)
Datos Biográphicos: N. el 21 de mayo de 1813
en Edimburgo (Escocia), Desde muy joven demostró una inteligencia
extraordinaria. Con sólo cuatro años aprendió por sí solo el alfabeto griego.
En noviembre de 1827 entró en la Universidad y en el Divinity Hall de
Edimburgo, donde tuvo por profesores a David Welsh y el célebre Dr. Thomas
Chalmers (1780-1847).
La muerte de su hermano
mayor David, en julio de 1831, le hizo pensar seriamente sobre la eternidad.
Intranquilo por su condición pecadora llegó a la conversión en 1832. “Buscaré
un hermano que no muera jamás”, se dijo a sí mismo. Brillante en sus estudios,
destacó, sin embargo, por una verdadera pasión por salvar almas. Varias horas a
la semana el joven estudiante se dedicaba a predicar el Evangelio en los
barrios más bajos y pobres de Edimburgo.
Ordenado al ministerio de
la Iglesia de Escocia el 24 de noviembre de 1836, sirvió en la Iglesia de St.
Peter en Dundee, ciudad industrial, mayormente compuesta por obreros y con muy
poco interés religioso. Aún así llegó a ser tan amado de todos que el día de su
entierro miles de personas abarrotaron las calles por donde pasaba el cortejo
fúnebre, hasta el punto que su padre llegó a decir que “Dios ha cortado la vida
de mi hijo tan tempranamente para evitar que su pueblo amado hiciera de él un
ídolo”.
Metódico y ferviente en
la lectura de la Biblia, la oración, las visitas pastores y el evangelismo por
las casas, era considerado como uno de los pastores más piadosos y concienzudos
de la época. Elegido en 1939 para viajar a Palestina, con el objeto de estudiar
la posibilidad de iniciar obra misionera entre los judíos del lugar, así como
para recuperar su salud, por entonces muy quebrantada, motivado en parte por
sus expectativas escatológicas (creía en el premilenarismo histórico), y sobre
todo por su manera de entender Romanos 9-11.
Mientras estaba en
Palestina un avivamiento espiritual recorría Dundee y sus alrededores, en el
cual Dios estaba usando poderosamente a William C. Burns (1815-69), quien había
ido a la Iglesia de M’Cheyne para sustituirle, en principio por causa de su
enfermedad, y después, por su ausencia del país en el mencionado viaje de
exploración misionera. De regreso a Dundee tuvo el privilegio de ver numerosas
conversiones y de ser ayudado en su labor espiritual por Burns, quien después
marcharía como misionero a China.
El tifus, prevaleciente
entre los miembros de su iglesia, a quienes visitaba con regularidad, le atacó
y minó su constitución física débil y enfermiza. Murió antes de cumplir los 30
años. Pese a su breve ministerio ejerció una influencia notable tanto en su
época como en generaciones futuras. Sus escritos llegaron a ser, después de la
Biblia, los más leídos de la segunda mitad del siglo XIX en Escocia.
En su vida se cumplió su
propia profecía de que un ministerio santo es un arma terrible en las manos de
Dios. Alguien describió su vida como “una de las obras más bellas del Espíritu
Santo”.
JOHN MURRAY
FECHAS:(1898-1975)
Datos Biográphicos: N. en Badbea (Sutherland,
Escocia). Sus padres eran miembros de la Iglesia Libre de Escocia. Estudió en
la Universidad de Glasgow (M.A., 1923), y en el Seminario Teológico de
Princeton (EE.UU., Th. M., 1927). Durante el año 1929 enseñó teología
sistemática en éste seminario, hasta que fue invitado a formar parte de la
facultad docente del recientemente fundado Westminster Theological Seminary,
con J.G. Machen (v.) como Director.
Allí permaneció hasta su
jubilación en 1966, cuando regresó a su nativa Escocia, contrajo matrimonio y
gozó de un breve período de paternidad, hasta que la muerte le encontró el 8 de
mayo de 1975.
Siguiendo los pasos de
Geerhardus Vos (v.) dedicó todos sus esfuerzos de investigación teológica en el
campo de la teología bíblica, donde se destaca por su detalle, precisión y
análisis minucioso del texto original, como demuestra su comentario a Romanos
en dos volúmenes.
En 1958 recibió la
invitación de Lloyd-Jones (v.) para dar la Conferencia Bíblica Campbell Morgan
en Westminster Chapel. Eran los días en que estaba resurgiendo el interés la fe
reformada en Inglaterra, no tanto en su versión académica como vital y
formativa de la predicación, a la que M. daba mucha importancia, y hacia la que
toda teología bíblica debería tender.
Fiel a la fe reformada
expresada en la Confesión de Fe de Westminster, M. dedicó un enjundioso estudio
al controvertido tema de la llamada “redención limitada”, en cuya defensa
acudió desde la Escritura interpretada desde la perspectiva calvinista. Otra
doctrina que ocupó su atención fue la inerrancia de la Biblia, tan celoso en
mantener.
En el orden eclesiástico
creyó posible la comunión y cooperación entre las diversas familias cristianas
como la presbiteriana, bautista y congregacionalista, unidas en la común fe
histórica de la Reforma.
JOHN NEWTON
John Newton nació en
Londres el año 1725. Su padre fue un capitán. Su madre, una devota mujer que
dándose cuenta que la enfermedad que la aquejaba pronto iba a acabar con su
vida, enseño a su hijo a conocer la Biblia a muy temprana edad.
Cuando John tenía 7 años,
su madre murió y él se convirtió en un niño de camarote de un barco pesquero.
Sus experiencias a través de los años en el mar fueron peligrosas y
emocionantes, una vez fue embriagado y llevado como parte de tripulación a la
fuerza de un Barco de Guerra.
Allí fue cruelmente
tratado siendo golpeado y abusado. Luego de esta experiencia se enrolo en un
barco de esclavos y con el tiempo llego a ser el capitán. Durante todo este
tiempo John vagó lejos del Dios de su madre y de la Biblia. Más tarde escribió
"Con frecuencia vi la necesidad de ser un cristiano solo para escapar del
infierno, pero amaba el pecado y no estaba dispuesto a abandonarlo".
Cada año caía más bajo en
las garras del pecado y pronto estaba en tal estado que la tripulación lo
despreciaba. Considerándolo solo un animal.
En una ocasión, el
borracho capitán cayó por la borda pero sus hombres no hicieron mucho esfuerzo para
rescatarlo. Simplemente tiraron un arpón que se clavó en su cadera y tiraron de
la cuerda. Fue levantado como si hubiera sido un pez grande.
Debido a este suceso,
John Newton cojeó por el resto de su vida, pero como él diría. " Cada paso
es un constante recuerdo de la gracia de Dios sobre este desventurado
pecador".
Sublime Gracia (Amazing
Grace) es en realidad la historia y testimonio de la vida de John Newton.
Fue en 1779, mientras
trabajaba en otro himno con William Cowper, autor de "Esta es una fuente
llena con Sangre" que él escribió esta gema dehimnología usando como su
título "Fe, revisión y expectación".-
Sublime
gracia del Señor Que a mi pecador salvó Fui
ciego mas hoy miro yo Perdido y él me amó
En
los peligros o aflicción Que yo he tenido aquí Su
gracia siempre me libró Y me guiará feliz
Su
gracia me enseñó a temer Mis dudas ahuyentó Oh
cuan precioso fue A mi ser al dar mi
corazón
Y
cuando en Sión por siglos mil Brillando este cual sol Yo
cantaré por siempre allí Su amor que me salvó
John Newton, el fiel
cristiano anglicano y autor de una de las melodías evangélicas más bellas de la
historia descansó con el Señor el 21 de Diciembre de 1807
Fuente: Luis Montemayor
En los años de 1700, John
Newton salió a navegar con su padre en un barco mercantil. Poco después de que
su padre se retirara, Newton se puso a trabajar en un barco de guerra. Al tener
que enfrentar condiciones intolerables, desertó y luego pidió que lo
transfirieran a un barco de esclavos que al poco tiempo zarpó para África.
Newton se endureció ante
el tráfico de seres humanos y a la larga llegó a ser capitán de su propio barco
de esclavos. Sin embargo, el 10 de mayo de 1748, su vida cambió para siempre.
Su barco se encontró ante una aterradora y violenta tormenta. Justo cuando
parecía que el barco se iba a hundir, Newton clamó: "Señor, ¡ten
misericordia de nosotros!"
Esa noche, en su cabaña,
comenzó a reflexionar en la misericordia de Dios. Por medio de la fe en el
sacrificio que Cristo hizo por él, John Newton experimentó la sublime gracia de
una manera personal. Con el tiempo dejó el comercio de esclavos y se unió a un
ministerio cristiano. Aunque llegó a ser predicador del evangelio, como más se
le recuerda es por su amado himno titulado en inglés Amazing Grace
["Sublime gracia" en español]. Es un testimonio asombroso de su
propia experiencia.
El Espíritu de Dios nos
da convicción de pecado y nos da el poder para dejarlo. Cuando recibimos a
Cristo como Salvador, Él hace por nosotros lo que nosotros no tenemos el poder
para hacer con nuestra propia fuerza. Esa es una gracia sublime. --DF
JOHN OWEN
FECHAS:(1616-83)
Datos Biográphicos: N. en Stadham
(Oxfordshire, Inglaterra), de antepasados galeses. Su padre, Henry Owen, era
ministro de la Iglesia Anglicana y pertenecía al ala de los “puritanos”, o
reformadores evangélicos.
El joven Owen fue un
alumno tan prodigioso que a los doce años pudo entrar en la Universidad de
Oxford, en el Queen’s College, cosa inaudita aun en aquel entonces. A sus dones
naturales añadió un esfuerzo casi sobrehumano, disciplinándose severamente en
cuanto al descanso: sólo dormía cuatro horas durante la noche. Esta fue una de
las causas de sus continuos problemas de salud y de su relativamente temprana
muerte.
Fue ordenado al
ministerio de la Iglesia de Inglaterra, aunque fue algún tiempo después, al
escuchar un sermón de un predicador cuyo nombre nunca pudo saber, que llegó a
experimentar su conversión personal y la paz con Dios. En Fordham (Essex),
pastoreó una pequeña congregación anglicana.
En el conflicto civil que
enfrentó a los ingleses en aquel tiempo, Owen apoyó decididamente la causa del
ejército del Parlamento en contra de los defensores de los reyes jacobitas.
Fue llamado a predicar
ante el Parlamento inglés en varias ocasiones, incluso el día después de la
ejecución del rey Carlos I. Además, acompañó a Olover Cromwell en muchas de sus
campañas militares, en las cuales sirvió como capellán al ejército
parlamentario.
En 1652 fue nombrado
vice-rector de la Universidad de Oxford, siendo rector el mismo Cromwell. Sin
embargo, fue quitado de este prestigioso cargo cuando más tarde se opuso a que
Cromwell fuese nombrado rey.
Pero su verdadera fama se
debe no a sus importantísimos papeles en la vida política y académica, sino a
sus incomparables aportaciones a la teología. No pocos lo tienen por el más
gran de todos los teólogos ingleses. El número de sus obras escritas, la
profundidad de su contenido, y la amplitud de los temas sobre los cuales
ejercitó su enorme intelecto, le hacen uno de los más grandes exponentes del
protestantismo clásico. Quizá la obra que más destaque, por su erudición y por
el tratamiento casi exhaustivo de su exégesis, es el monumental comentario a la
epístola a los Hebreos, en ocho gruesos volúmenes en una edición moderna.
Era calvinista y aún no
ha sido superada su exposición contundente de la teología calvinista. Tocante a
su doctrina del gobierno de la Iglesia mantuvo una posición independiente, pese
a sus antepasados y su propia educación teológica y comienzos espirituales.
Estaba firmemente convencido del sistema congregacional, de que cada iglesia
local tenía que ser independiente y gobernarse a sí misma.
Murió un 24 de agosto,
fecha de doble vergüenza para los adversarios de cristianismo histórico, y de
doble honor para sus defensores; fue el día de la matanza de San Bartolomé en
Francia, cuando en 1572 de ese mismo día fueron asesinados miles de hugonotes o
evangélicos franceses; y el día cuando, en 1662, dos mil ministros del
Evangelio británicos fueron expulsados de sus iglesias, por negarse a someterse
a la Ley de Uniformidad, respecto a la religión, tales como Watson (v.) y
Goodwin (v.).
“En sus escritos
espirituales se percibe un gran celo así como un sorprendente conocimiento de
la obra del Espíritu Santo en el corazón de los pecadores” (P. Toon).
AMES I. PACKER
FECHAS:(1926)
Datos Biográphicos: N. en Gloucester
(Inglaterra). Convertido a la fe cristiana durante su años de estudiante en
Oxford. “En 1944 escribe experimenté una completa conversión pietista del
formalismo religioso al Cristo viviente, cuando tenía dieciocho años”.
Bajo la influencia de
autores Puritanos y la predicación del Dr. Martyn Lloyd-Jones (v.) en
Westminster Chapel (Londres), abrazó las doctrinas históricas de la Reforma
desde la tradición de un calvinismo experimental, aunando la influencia
evangélica y pietista del movimiento de estudiantes cristianos de Oxford
(OICCU), con la preocupación práctica pastoral de Puritanos como Baxter (v.) y
Owen (v.), y la herencia protestantes anglicana avivada por el movimiento
metodista calvinista de Gales, en la línea del obispo J.C. Ryle (v.).
En 1952 fue ordenado al
ministerio de la Iglesia Anglicana. Casado ese mismo año con Kit, adoptan tres
hijos adoptados, y comienza sus labores pastorales en la Iglesia de San Juan de
Harborne, en Birmingham. Con el mencionado Dr. Lloyd-Jones organiza las
Conferencias de Westminster para Estudios Puritanos y participa en la fundación
de Tyndale House en Cambridge (1958), centro de toda una generación de eruditos
bíblicos evangélicos, preocupados por el liberalismo teológico y la mejor
manera de hacerle frente con sus mismas armas académicas y científicas,
sometidas al dictado de la fe y renovación espiritual. “Los verdaderos
cristianos —dice— deberían guiarse por una fe que razona”. La guerra no es
entre fe y razón, sino entre una razón fiel y otra infiel.
En 1970 fue nombrado
director de Tyndale Hall de Bristol, con Alec Motyer (v.) de compañero en la
facultad. Con R.C. Sproul (v.) participó en la fundación del Concilio
Internacional de Inerrancia Bíblica, con grandes conferencias en Chicago (1978)
y San Diego (1981). En la actualidad, desde 1978, es profesor de Teología
Sistemática e Histórica en el Regent College de Vancouver (Canadá).
Está considerado por
muchos como el principal teólogo evangélico contemporáneo. Ha concedido gran
importancia a la doctrina de Dios, por cuanto “la ignorancia de Dios —tanto de
sus caminos como de la práctica de la comunión con Él— está a la raíz de buena
parte de la debilidad de la Iglesia en la actualidad”.
EDWIN H.
PALMER
FECHAS:(1922-80)
Datos Biográphicos: N. el 29 de junio en
Milton (Massachusetts, EE.UU.). Estudió en la Universidad de Harvard (B.A.,
1944), en el Westminster Theological Seminary (Th. D., 1949) y en la
Universidad Libre de Amsterdam (Holanda, Th. D., 1953). Durante la 2ª Guerra
Mundial sirvió a su nación el cuerpo de marines.
Ordenado al ministerio de
la Iglesia Cristiana Reformada, fue pastor en Spring Lake (1953-57); Ann Arbor
(1957-60), ambas del estado de Michigan, así como en la Avenida Grandville de
la capital estatal (1964-68).
Durante cuatro años fue
profesor en el Westminster Theological Seminary (1960-64). De 1968 a 1978 fue
secretario ejecutivo de la Nueva Versión Internacional de la Biblia (NIV, en
inglés) y editor general de la Biblia de estudio NIV. Asimismo fue el editor
general de la inconclusa pero monumental Enciclopedia del cristianismo, con
colaboradores como J. Murray (v.), E.J. Young (v.), P. Jewett (v.), L. Morris
(v.) y R.B. Kuiper (v.).
Calvinista convencido,
creía que las doctrinas de la gracia reformadas habían llevado a un
redescubrimiento del “dios olvidado”, el Espíritu Santo. “La Iglesia de la
Reforma fue la que dio gran impulso al estudio del Espíritu —escribió— Sobre
todo el redescubrimiento, por parte de Calvino (v.), de la doctrina bíblica de
la gracia soberana, que requirió un gran énfasis en la doctrina del Espíritu
Santo.”
JUAN PÉREZ DE PINEDA
No hay constancia de la
fecha de nacimiento de Juan Pérez de Pineda, aunque todo indica que debió nacer
hacia finales del siglo XV en la ciudad cordobesa de Montilla (España). Algunos
autores afirman que él fue el Juan Pérez que aparece como encargado de negocios
del emperador Carlos V y testigo directo de los acontecimientos del saco de
Roma por las tropas imperiales, pero otros autores lo niegan dada la abundancia
de un nombre y un apellido tan común entre los españoles.
En cualquier caso la
primera noticia cierta que tenemos de nuestro personaje es su estadía en
Sevilla, como rector del Colegio de la Doctrina. Por aquel tiempo Sevilla se
había convertido en un foco principal de protestantismo en España, pues algunos
de los principales teólogos de la ciudad simpatizaban o se identificaban con el
luteranismo, como Juan Gil (Dr. Egidio) y Constantino Ponce de la Fuente.
También en dicha ciudad había un monasterio de frailes jerónimos que rezumaba
por doquier la misma doctrina; entre otros allí están Casiodoro de Reina y
Cipriano de Valera, primer traductor de la Biblia completa al castellano a
partir del hebreo y del griego, el primero y revisor de la misma, el segundo.
Según Valera, Sevilla era "la primera ziudad de nuestra España, que en
nuestros tiempos conociese los abusos, supersticiones i idolatrías de la
Iglesia Romana."
Cuando la persecución se
desata en Sevilla y el Dr. Egidio es encarcelado (1551), Juan Pérez escapa,
junto con los frailes jerónimos antes mencionados, y se refugia en Ginebra.
Esta persecución culminará con el primer Auto de Fe celebrado en dicha capital
en la que veintiuna personas murieron quemadas, entre los que se hallan varios
frailes jerónimos, incluido su prior, y algunas mujeres que se reunían para
celebrar cultos en la casa de una de ellas.
En el segundo Auto de Fe
que se celebra en Sevilla (1560), Juan Pérez es quemado en efigie, junto con el
Dr. Egidio (cuyo cadáver había sido desenterrado) y con Constantino Ponce. En
ese mismo Auto de Fe son quemadas catorce personas, entre las cuales está
Julianillo Hernández, el indómito contrabandista de literatura protestante en
Sevilla.
En Ginebra, Juan se
convertirá durante tres años en el predicador de la congregación de habla
española que vive en esa ciudad. Allí también compondrá su obra literaria,
entre la que destaca la traducción de los Salmos y del Nuevo Testamento al
castellano.
La traducción de los
Salmos (1557) se la dedicó a la hermana de Carlos V, María de Hungría, regente
de los Países Bajos. Menéndez y Pelayo dice de este trabajo: "No la hay
mejor de los Salmos en prosa castellana".
En cuanto al Nuevo
Testamento, Pérez de Pineda trabajará sobre las traducciones que hicieran
Francisco de Enzinas y Juan de Valdés.
Además de estas
traducciones Pérez de Pineda escribió una Epístola Consolatoria (1560), destinada
a fortalecer los ánimos de los protestantes españoles que sufrían los rigores
de la Inquisición, y una carta (1557) dirigida a Felipe II en la que exhortaba
al monarca a poner remedio a los males de la nación.
Casi al final de su vida
encontramos a Pérez de Pineda siendo el capellán de la duquesa Renata de
Ferrara, quien había hecho de sus dominios territorio de acogida para los
protestantes perseguidos. Al morir dejó todo sus bienes para sufragar la
impresión de la Biblia al castellano, legado que usará Casiodoro de Reina para
editar su traducción.
ARTURO W. PINK
FECHAS:(1886-1952)
Datos Biográphicos: N. el 1 de abril en
Nottingham (Inglaterra). Aunque nacido en el seno de una familia evangélica
devota, Pink se apartó hacia la teosofía de Annie Besant, llegando a ocupar un
lugar prominente dentro de la sociedad teosófica inglesa. Gracias a la persistencia
testimonial de su padre, Pink experimentó la conversión al Evangelio en 1908.
En seguido se sintió llamado a dedicarse por completo a la obra cristiana.
Habiendo oído del Instituto Bíblico de Moody en Chicago (EE.UU.), marchó a
América para estudiar con James M. Gray y William Evans (v.), aunque si
estancia allí fue bastante corta, abandonando los estudios para emprender
inmediata labor evangelística.
En 1910 aceptó el
llamamiento a trabajar como predicador en un campo minero de Silverton
(Colorado). Llegó a predicar unas 300 veces al año. Más tarde marchó a
Australia donde sus predicaciones fueron muy bien recibidas. Pastoreó una
iglesia bautista hasta que en 1928 regreso a su Inglaterra natal, donde comenzó
una vida casi ermitaña, dedicado a escribir y atender la correspondencia, que
en 1946 llegó a 20.000 cartas escritas a mano.
Gracias a la pequeña
herencia que le legó su padre pudo dedicarse por completo a escribir y enviar
gratis cada vez sus Studies in the Scriptures, así como otros libros, que podrían
agruparse bajo la clasificación de teológicos, expositivos y devocionales,
todos ellos cuajos de citas bíblicas. Aunque casi ignorado en vida, tras su
muerte sus escritos no han parado de reeditarse, debido a la gran demanda de
ellos.
Lector incasable, dice
que para 1932 había leído la Biblia 50 veces y más de un millón de páginas de
literatura teológica, con preferencia por los autores reformados, puritanos y
de hermanos. Aunque muy independiente en sus doctrinas, fue calvinista en
soteriología, rechazó el dispensacionalismo y el fundamentalismo de sus
primeros años y siempre estuvo influenciado por la espiritualidad y ética de
los Hermanos, así como por su eclesiología, que le llevaba a considerar la
generalidad de las Iglesias cristianas en estado de apostasía, de tal modo que
nunca procuró llevar una vida de membrecía regular.
CONSTANTINO
PONCE DE LA FUENTE
Conocido como Doctor
Constantino. Reformista y escritor, vivió en Sevilla desde 1533 hasta el día de
su muerte. Aquí produjo su obra y alcanzó celebridad, donde se le conocía como
Doctor Constantino.
Había llegado de su natal
San Clemente de la Mancha (Cuenca), donde había visto la primera luz hacia el
1502, de posible ascendencia hebrea, tras su formación en la Universidad de
Alcalá. Mientras desempeñaba el cargo de predicador de la Catedral fue ordenado
presbítero y se licenció en Teología. En 1548, pasó a ejercer el mismo oficio
en la corte de Carlos V, hasta que éste abdicó. Durante este tiempo, viajo como
tal con el Príncipe Felipe por) Italia, Alemania, Flandes, Inglaterra, y
Bruselas.
Al regresar a Sevilla
ocupó la Canonjía Magistral, hasta que intervino el Santo Oficio en 1558,
acusándole de "Luterano". Los inquisidores, que ya habían atentado
contra sus libros (censurándolos y quemándolos públicamente), arremetieron
contra su vida, encerrándole en el castillo de Triana, donde murió a
consecuencia de los tormentos. Cuando terminó su proceso, desenterraron sus
restos mortales y le quemaron, con otros miembros de la comunidad protestante
sevillana, tras el Auto de Fe del 22 de diciembre de 1560.
Desde sus versos latinos,
cuando era estudiante en Alcalá, hasta los manuscritos secuestrados por la
inquisición, tras su arresto, escribió un buen número de obras. Estos libros
que pasaron al Índice de libros prohibidos, en 1559, por orden de aparición,
son los siguientes: Suma de Doctrina Cristiana (1543), Exposición del Primer Salmo
(1546), Catecismo Cristiano (1547) y Doctrina Cristiana (1548). Todas estas
obras han llegado hasta nosotros, tanto en sus ediciones del XVI (primero en
Sevilla, y luego en Amberes) como en la de Usoz y otras en fechas más recientes
PENSAMIENTOS DE CONSTANTINO
"Por aquí (oyendo la
Palabra de Dios) se comenzaron siempre las enmiendas, y comenzaron los
pecadores a entender su perdición, y entendida invocaron y pidieron el remedio,
poniendo su confianza para este fin en el Señor que nos despierta para que recibamos
los beneficios de su clemencia"
DOCTRINA CRISTIANA
"Nadie nos puede
conocer mejor que el mismo Señor que nos hizo, y nos sufre y nos espera, ni
podemos Imaginar remedio para no perdemos, que es aquel de quien nos avisa el
que quiere y solamente nos puede salvar"
EXPOSICIÓN DEL PRIMER SALMO
"Dadme la alegría
que Vos soléis dar a los que de verdad se vuelven a Vos. Haced que sienta
mi corazón el oficio de vuestra misericordia; la unción con que soléis untar
las llagas de los que sanáis, porque sienta yo cuán dulce es el camino de
vuestra cruz y cuán amargo fue aquel en que me perdí"
CONFESIÓN DE UN PECADOR.
"Si confesamos de
verdad que nuestro Redentor Jesucristo es nuestro tesoro, y sí es verdad, como
lo es, que donde está nuestro tesoro, allí está nuestro corazón, síguese manifiestamente
que nuestro afecto y principal amor no estará en las cosas de la tierra, sino
en las del cielo" Suma de doctrina cristiana
CASIODORO
DE REINA
Primer traductor de la
Biblia. Nacido en Montemolín (entonces Reino de Sevilla, actualmente
Extremadura) en 1520 aprox. y fallecido en Frankfort en 1594. Con otros,
abandonó el monasterio jerónimo de San Isidoro del Campo, próximo a Sevilla, en
1557, al descubrirse la comunidad protestante sevillana, fijando su residencia
en Ginebra. Su deseo de ponerse a salvo del Santo Oficio, diferencias con sus
nuevos correligionarios, las intrigas de Felipe II (que puso espías cerca de él
y precio a su cabeza), necesidades económicas, la política española en Flandes
y la impresión de su traducción de la Biblia - la primera completa al
castellano de los originales - le obligaron a cambios constantes de domicilio.
Así lo vemos en Frankfort, Londres, Amberes, Bergerac, Castillo de Montargis,
Basilea y Estrasburgo.
Como traductor, se le
debe la conocida como Biblia del Oso (Basilea, 1569) y la traducción al francés
de Historia Confesiones Agustina (Amberes, 1582). Fue el autor de la
Declaración o Confesión de Fe hechas por ciertos fieles españoles, que huyendo
de los abusos de la Iglesia Romana y la crueldad de la Inquisición de España,
hicieron a la iglesia de los fieles para ser en ella recibidos (Frankfort,
1577); de comentarios a porciones de los Evangelios de San Juan y San Mateo
(aparecidas en latín en 1573, Frankfort) y de un Catecismo (1580), publicado en
latín, francés y holandés. También redacto unos Estatutos para una sociedad de
ayuda a los pobres y perseguidos, en Frankfort, que ha llegado hasta nosotros.
En el Auto de Fe de la
inquisición de Sevilla, el 26 de abril de 1562, fue quemado en efigie y figuró
en el Índice como autor de primera clase.
Al morir le sucedió en el
pastorado de la comunidad luterana de habla francesa en Frankfort uno de sus
hijos, Marcos. Allí se conserva un retrato suyo al óleo que reza así:
"Casiodoro de Reina, nacido en Sevilla.
La Biblia de Casiodoro de
Reina es la primera Biblia completa impresa en lengua española y también la
única traducción protestante hoy existente, pues en la mal llamada Biblia de
Cipriano de Valera (Amsterdam 1602) el nuevo editor se limitó,
Como abajo explicamos, ha
cambiar el orden de los libros y a añadir o quitar notas marginales, con
alteraciones cuantitativamente mínimas del texto bíblico fijado por el primer
traductor, cuyo nombre viene además ostentosamente silenciado en la portada.
Este silencio se explica
por la enemistad de más de treinta años que el super ortodoxo calvinista
Cipriano de Valera sintió con su antiguo maestro en el convento jerónimo de San
Isidro del Campo extramuros de Sevilla, por haberse negado Casiodoro a someter
su traducción de la Biblia a la censura de los eclesiásticos de Ginebra. Pero
partamos de más atrás, pues la historia del protestantismo español está aún por
escribir.
Casiodoro de Reina
(propiamente habría que escribir Reyna, como él mismo firmaba y Valera le
nombró) era considerado en Sevilla como el maestro indiscutido de la naciente
comunidad evangélica. De todos los frailes de San Isidro del Campo que en 1557
huyeron de Sevilla y se dirigieron a Ginebra, fue Casiodoro de Reina el único
que no tuvo que hacer estudios suplementarios de teología bajo Théodore de Bèze
en Lausanne y también el único (aparte de Juan de Sosa, un joyero anabaptista
de Sevilla, ahogado en Amberes en 1560) a quien los Inquisidores sevillanos en
el Auto de Fe de 23 abril 1562 dieron el honorable título de ‘heresiarca’, es
decir, maestro de herejes. Según testimonio de los mismos inquisidores
Casiodoro había propagado con mucho éxito la doctrina evangélica entre los
seglares de Sevilla (interrogatorio de María de Bohórquez); basándose sobre
documentos hoy desaparecidos, el historiador de la Inquisición Juan Antonio
Llorente acertó ser debida a ‘un Fray Casiodoro’ la súbita conversión al
luteranismo de todos monjes de San Isidro; en su libro ‘Sancta Inquisiciones Hispánica
artes’, afirma Casiodoro solamente que fueron dos frailes de San Isidro a dar
‘inicio a este negocio’, con el resultado que en pocos meses casi todos los
frailes del convento o se habían convertido o al menos simpatizaban con ellos.
Uno de estos iniciantes fue naturalmente el propio Casiodoro, quien por
modestia o cautela silencia aquí su nombre, siendo él (y no
Antonio del Corro, como
sostenía Ver más sereno y tendía a creer Gordon Kinder) el verdadero autor de
este primer gran libro contra la Inquisición publicado por primera vez en
Heidelberg en 1567 bajo el pseudónimo de Reginaldus Gonsalvius Montanus (cfr.
el capítulo sobre Reina en mi libro Spanien und der Basler Buchdruck,
Basel/Stuttgart 1985).
Cuando Casiodoro llegó a
Ginebra, forjó el plan de traducir la Biblia completa al español. Sobre sus
planes debió hablar con Juan Pérez de Pineda, quien acababa a la sazón de
publicar una edición del Nuevo Testamento (Ginebra, Jean Crespín, 1556), basada
sobre la traducción de Francisco de Enzinas (Amberes, P. Mierdman, 1543). A
estos mismos planes aludió Casiodoro seguramente en uno de sus encuentros con
Calvino, quien no dejaría de recordarle, cómo Enzinas le había solicitado cinco
años
Atrás de intervenir
personalmente para asegurar el financiamiento final de la espléndida Biblia en
español que el humanista protestante burgalés estaba terminando de traducir en
Estrasburgo y que a la sazón quería imprimir en Ginebra. Aunque hijo de un
banquero del emperador Carlos V, Enzinas se había quedado corto de dinero, en
parte por confiscación de su herencia y en parte por haber gastado una enorme
suma tanto en la realización de los seiscientos grabados contratados al artista
Franz Oberritter en Estrasburgo como en la fundición de los majestuosos y
bellísimos tipos de letra (utilizados posteriormente en la
Segunda edición en folio
real de la Humani corporis fabrica de Andreas Vesalius, Basilea, J. Oporino,
1555). Lo que Calvino no pudo contar a Casiodoro fue que la temprana muerte de
Enzinas le había ahorrado al reformador ginebrino la mayor afrenta de su vida:
En efecto, de los libros del Antiguo Testamento hasta entonces por él
traducidos, Enzinas no publicó más que cuatro (Salmos, Job, Proverbios y Sirach),
todos en Estrasburgo pero con el falso pie de imprenta de Lyon, Sebastián
Gryphus, 1550. Según las últimas cartas de Enzinas a Calvino, en el verano de
1552 estaba la traducción de los otros libros casi terminada,
Pero el burgalés no hizo
alusión a lo más importante: Su traducción no estaba hecha a partir de los
textos originales, sino de la versión latina de Sebastián Castellion, apóstol
de la tolerancia religiosa, amigo íntimo de Enzinas y el hombre más odiado por
Calvino y los calvinistas. La excelente versión en latín clásico de
Castellion que fascinó, además de Enzinas, también al primer adalid español de
la difusión de la Biblia en idioma vulgar, el valenciano Fadrique Furió Ceriol,
debió gustar tanto a Casiodoro, que éste se decidió, a despecho de Juan Pérez,
Valera y otros españoles sumisos a Calvino, a escribir una carta al "docto
et
Pio viro Sebastiano
Castalioni". Sospechoso se hizo Casiodoro a los ultra ortodoxos
calvinistas de Ginebra por sostener que también a los anabaptistas se les debía
considerar como hermanos, por propagar entre los refugiados españoles el libro
de Castellion sobre ‘que no se debían quemar los herejes’ y por decir que
Miguel Servet había sido quemado injustamente en Ginebra. Sus enemigos
reprocharon a Casiodoro que cada vez que él paseaba delante del lugar de la
hoguera de Servet se le
Saltaban las lágrimas y
cuando se enteraron de que Casiodoro se marchaba a Inglaterra, para fundar una
nueva iglesia española no tardaron en ponerle el sobriquete de Moisés de los
españoles, pues logró llevarse consigo a no pocos de sus compatriotas.
Llegado a Londres a
finales de 1558 Casiodoro organiza allí una Iglesia de lengua española,
aceptando como miembros a italianos y neerlandeses caídos en desgracia en sus
iglesias respectivas. En enero de 1560 redacta la ‘Confesión de fe hecha por
ciertos fieles españoles, que huyendo de los abusos de la iglesia Romana
y la crueldad de la Inquisición de España hicieron a la Iglesia de los fieles
para ser en ella recibidos por hermanos en Cristo’. Y desde entonces no deja de
trabajar en la traducción de los libros sagrados que pensaba llevar a buen
término en un tiempo razonable. Pero eso era no contar con las acechanzas
provenientes de dos grupos que, aunque totalmente opuestos en sus intereses, se
hallaron unánimes en la voluntad de impedir la labor del traductor de la
Biblia. De una parte los inquisidores, quienes lograron infiltrar un agente
provocador
En la naciente iglesia
(se trataba nada menos que de Gaspar Zapata, el asistente de Casiodoro en el
trabajo de traducción) e hicieron chantaje o promesas a algunos miembros
débiles, dispuestos a denunciar al propio pastor ante las autoridades inglesas
hasta del crimen nefando. Y de otra parte los celosos calvinistas de las
iglesias francesa y flamenca de Londres, quienes, guiados por su extrema desconfianza
y antipatía por Casiodoro, no hacían sino espulgar los textos todavía
incompletos,
Buscar herejías por todas
partes y denunciarlas inmediatamente a Ginebra, llegando al extremo de apoyar
ciegamente el doble juego montado a todas vistas por el embajador de España en
Londres y por agentes de la Santa Inquisición. El resultado de esta doble
conjura fue la huída precipitada de Casiodoro a Amberes en enero 1564 y la
inmediata dispersión de la iglesia española de Londres. Por fortuna el
traductor pudo poner a salvo sus manuscritos, que le fueron enviados semanas
Después a Amberes por el
viejo prior de San Isidro, Francisco de Farías, o por otro ex-fraile de toda su
confianza.
Fue entonces cuando el
Rey Felipe II puso precio a la cabeza de Casiodoro, como se lee en una carta
del gobernador de Amberes a la regente de los Países Bajos: ‘Su Majestad ha
gastado grandes sumas de dineros por hallar y descubrir al dicho Casiodoro,
para poderle detener, si por ventura se encontrase en las calles o en cualquier
otro lugar, prometiendo una suma de dinero a quien le descubriese’. Acechado en
todas partes por los esbirros de la Inquisición y sospechoso de herejía
o de peores cosas aún por
sus hermanos de fe, Casiodoro erró durante más de tres años entre Fráncfort,
Heidelberg, el sur de Francia, Basilea y Estrasburgo buscando un lugar donde
establecerse como pastor de la iglesia o como simple artesano, y poder dar así
término a su traducción. En 1567 y 1568 le encontramos de nuevo ocasionalmente
en Basilea, en
Casa del banquero
calvinista Marcos Pérez, quien ya había protegido a Casiodoro en Amberes y
quien ahora continuó defendiéndole contra las acusaciones de sus
correligionarios, subviniendo finalmente a los costes de impresión de la
Biblia.
El primer contrato para
la edición de 1100 ejemplares de la Biblia fue firmado en el verano de 1567 con
el famoso editor Oporino, antiguo amigo de Enzinas e interesadísimo en el libro
de Casiodoro sobre las Artes de la Inquisición, cuyo permiso de impresión le
fue negado dos veces por el consejo de la ciudad. Por desgracia para Casiodoro,
en el mes de julio 1568 y antes de poder dar comienzo a la impresión de la
Biblia, Oporino murió y resultó estar de tal manera arruinado, que no cabía la
menor
Esperanza de recuperar
los 400 florines pagados por adelantado del fondo de dineros reunidos en Fráncfort
por los refugiados españoles para la edición de la Biblia. Para colmo de
desdichas, los enemigos españoles de Casiodoro, que habían decidido de
reimprimir en Paris el Nuevo Testamento de Juan Pérez con todas las notas
marginales de la Biblia francesa de Ginebra, comenzaron a exigir para su
proyecto una parte de los dineros del mismo fondo. A este conflicto puso
inopinadamente fin el
Embajador español Don
Francés de Ávila, quien teniendo noticia del proyecto, hizo detener
provisoriamente en el verano de 1568 al impresor flamenco (¿Diego López?),
mientras que los editores Pedro Martínez de Moratín y a un cierto Viruel
pudieron abandonar Paris a tiempo. Los cuadernos ya impresos de este Nuevo
Testamento, así como el ejemplar de 1556 con los añadidos de mano para la nueva
edición, cayeron en manos del embajador, que se apresuró a enviárselos al rey
Felipe como el más estimado trofeo.
Felipe II felicitó al
embajador por su "diligencia en haber el Testamento Nuevo en
español", ordenándole a la vez de continuar las pesquisas: Y si vos
pudiese haber a lo menos el original para quemarlo, sería el verdadero remedio,
no quedando otro ningún traslado y procurando el castigo del librero. Menos
éxito tuvieron el rey y sus agentes para impedir el proyecto de Basilea, quizá
por no estar informados suficientemente sobre el tiempo y lugar, donde
Casiodoro estaba imprimiendo su Biblia.
Quizá fue el mismo
Casiodoro quien indirectamente les había puesto sobre una pista falsa al
escribir a Théodore de Bèze en abril 1567 que estaba dispuesto a someter a su
control el texto bíblico antes de la impresión, que podría muy bien ser
efectuada en la imprenta de Jean Crespín en Ginebra. Naturalmente que Casiodoro
con este acto de sumisión no pretendía sino obtener de los ministros ginebrinos
el ‘plácet’ necesario para lograr el deseado puesto de pastor en una de las
iglesias reformadas, no pensando en ningún momento de poner su traducción en
manos de sus contradictores y menos de hacerla imprimir en Ginebra.
Pero la noticia debió
llegar a oídos de algún espía de la Inquisición, el cual se apresuraría a
transmitirla a Madrid. En todo caso ya en el verano de 1568 la Suprema ordenó a
los inquisidores de los puertos de la península de estar bien sobre aviso sobre
los libros que entran, pues ‘Casiodoro ha impreso en Ginebra la Biblia en
lengua española’. La respuesta del Tribunal de Granada no se hizo esperar:
‘Después de muchos controles podemos asegurar a vuestras Excelencias que
en este reino [de Granada] no ha entrado ni un solo ejemplar de la Biblia de
Casiodoro’. Bien le podían decir, pues por esa fecha (2 de julio) la Biblia de
Casiodoro no sólo no se había comenzado a imprimir, sino que la muerte de
Oporino (acaecida cinco días más tarde) así como el embargo inmediato de sus
bienes crearon nuevas dificultades y ocasionaron un ulterior retraso. Fue
entonces que intervino de nuevo Marcos Pérez, prestando a Casiodoro a fondo
perdido la suma de 300 florines (equivalente al sueldo de tres años de un
profesor de Universidad) que sirvieron para cerrar un nuevo
Contrato con el impresor
Thomas Guarín, quien imprimió finalmente 2600 ejemplares. La impresión tuvo
lugar en los talleres del mismo Guarín y no, como se viene de antiguo diciendo,
en la minúscula imprenta de Samuel Apiario, de la que entonces no valían sino
libros de pequeño formato y texto limitado. Pero a Casiodoro debió gustar
enormemente la simbólica estampa con el oso que Apiario ya no utilizaba como
marca tipográfica desde mucho tiempo atrás, y o le compró o le pidió prestado
el susodicho clisé para ilustrar la portada de la después llamada Biblia del
oso.
En todo caso, el mismo
Casiodoro confirmó en su dedicatoria autógrafa del ejemplar regalado a la
Universidad de Basilea que la impresión había sido efectuada en la tipografía
de Guarín (‘typis ab honesto viro Thoma Guarino cive Basiliensi excusam’).
Además, en el catálogo o cartel de ventas que Guarín imprimió para la feria de
libros de Fráncfort de 1578 figura la Biblia de Casiodoro: ‘Biblia in
Hispanicam linguam traducía’.
La impresión, que ocupó
durante varios meses una o dos prensas de Guarín, fue terminada probablemente
el 24 de junio 1569, día en que Casiodoro notificó a un amigo la entrega
inmediata del último cuaderno: ‘postremum folium totius texti biblici tam
Veteris quam Novi Testamenti’. Quedaban sin embargo por imprimir la ‘Praefatio’
latina al lector sobre la visión de Ezequiel, la ‘Amonestación del intérprete
al lector’ y la finalmente no publicada dedicación de la Biblia a la reina de
Inglaterra. Sobre la oportunidad de esta dedicación Casiodoro se dejó aconsejar
por su amigo Johannes Sturm de Estrasburgo, a quien había
Enviado previamente su
prefacio (‘cum mea praefatione’). Según Menéndez y Pelayo (a quien siguieron
aquí ciegamente tanto Boehmer como Kinder) la ‘Praefatio’ enviada por Casiodoro
a Sturm no era sino la ‘Amonestación castellana’, mientras que la ‘Praefatio
hispanici sacrorum Librorum interpretis ex prima visione Ezechielis’ habría
sido la obra exclusiva de Sturm. Esto es totalmente falso. Casiodoro no tenía
ningún motivo para enviar la ‘Amonestación castellana’ a Sturm, puesto que éste
no sabía una palabra de español y, además, el tema tratado en la ‘Praefatio’
latina sobre la visión del profeta Ezequiel y el oficio de los príncipes
cristianos Casiodoro lo había tratado ya en el epígrafe del correspondiente
capítulo (Ezequiel 28) que estaba ya impreso meses antes de su consulta
al maestro de Estrasburgo: ‘y por alusión a los querubines que llevaban el
carro de la gloria de dios, como al mismo Profeta fue mostrado, pinta y declara
la vocación y oficio de los reyes del mundo: del cual por haber faltado, le
amenaza con muerte ignominiosa’.
La labor de Sturm, pues,
se redujo al examen y a algunas correcciones de esta ‘Praefatio’ de contenido
religioso y político de explosiva actualidad, que no sólo es obra del solo
Casiodoro (‘Praefatio hispanici interpretáis’), sino también la única pieza de
la Biblia donde éste firmó con las iníciales de su nombre: C.R. Con el
nombre completo de Casiodoro de Reina esta ‘Praefatio’ se imprimió
separadamente de nuevo en Estrasburgo en 1613. Sobre las fuentes
utilizadas por Casiodoro para la traducción de su Biblia nos informa
parcialmente él mismo en su ‘Amonestación al lector’: Además de las fuentes
originales hebrea y griega, la versión de Sanctes Pagnini y la doble edición judío-española
de Ferrara 1553.
Para las partes griegas
del Antiguo Testamento Casiodoro parece haber seguido sobre todo la Biblia
latina de Zúrich y en parte la de Castellion, de quien tomó no solo el término
‘Jehová’ en lugar del comúnmente usado Señor’, sino también el modo de indicación
de los textos añadidos de la Vulgata. Ambas Biblias ‘herejes’ vienen
naturalmente silenciadas por Casiodoro, así como las versiones castellanas
igualmente utilizadas (Enzinas, Juan Pérez y Juan de Valdés), pues todas
figuraban ya en el Índice de libros prohibidos de Roma y de España. Y siendo
precisamente la divulgación de la Biblia en España su mayor interés, Casiodoro
intentó prevenir a la ineludible prohibición inmediata, haciendo pasar su
Biblia como obra católica y respetando el orden de los libros bíblicos según la
Vulgata, cuyo Canon había sido recientemente confirmado por el concilio de
Trento.
Por cuanto toca al modo
de utilizar sus predecesores españoles en la obra de traducción de libros
bíblicos no me quiero extender mucho aquí, pues ya lo he tratado en mi libro
‘Spanien und der Basler Buchdruck’, pp. 396-400, que actualmente se está
traduciendo al español. Solo quiero repetir que, cuando se comenzó la impresión,
la traducción de Casiodoro no estaba ni mucho menos terminada, sobre todo
la del Nuevo Testamento, y que, a medida que avanzaba el trabajo de las
prensas, el intérprete se vio cada vez más apremiado por el tiempo. Las
esperanzas que Casiodoro tenía de utilizar todavía la revisión del Nuevo
Testamento de Juan Pérez que se imprimía en Paris se vieron frustradas en 1568
por la intervención del embajador español arriba mencionada.
Sólo le quedaban pues la
versión de Enzinas y las cartas paulinas traducidas por Valdés, de donde
Casiodoro a veces incorporó literalmente frases o expresiones en su propio
texto o a veces las indicó solamente al margen como ‘otras variantes’. Al
llegar al Apocalipsis, en junio de 1567, la labor del impresor había casi ya
alcanzado a la del intérprete y a Casiodoro no quedó otro remedio que servirse
a manos llenas del correspondiente texto de Enzinas, contentándose meramente
con una rápida revisión. Dicho sea esto no con menoscabo de la labor de
Casiodoro, pues como monumento de alta piedad y erudición o como modelo de
precisión y propiedad de la lengua española tanto valen la exquisita y elegante
prosa del humanista burgalés como la ligera y brillante del reformador andaluz.
Después de la publicación de la Biblia, ‘en septiembre 1569’ como reza la
portada y en la que, por razones obvias de cautela para su difusión
En tierras católicas, no
se mencionaban ni el nombre del traductor ni el lugar de impresión, los
enemigos de Casiodoro no levantaron la guardia. Apenas un año y medio más
tarde, el 19 de enero 1571, el Consejo Supremo de la Inquisición se había
enterado ya de que ‘la Biblia en romance’ se había impreso en Basilea y ordenó
la recogida de todos los ejemplares que se descubrieran. Diez años después, en
1581, el titular del obispado de Basilea, Blarer von Wartensee, denunciaba al
cardenal Carlo Borromeo que en Basilea se habían impreso con fecha de 1569 unos
1600 ejemplares de la Biblia en español y que 1400 de ellos acababan de ser
enviados de Fráncfort a Amberes.
En Amberes finalmente se
cambiaron las portadas de muchos de estos ejemplares por el frontispicio del
célebre Diccionario de Ambrosio Calepino a fin de poderlos mejor difundir en
España. Esta estratagema no funcionó siempre, como demuestra el caso un envío
descubierto por la Inquisición en 1585, que dio lugar a un nuevo avisó a los
tribunales de provincia: ‘Biblias en español, cubiertas de hojas del Calepino,
se prohiven’. Otros muchos ejemplares quedaron durante decenios depositados en
manos de los miembros de la familia de Casiodoro en Fráncfort, quienes hicieron
‘refrescar’ periódicamente los ejemplares vendidos actualizando las portadas.
Esto explica que existan
ejemplares con el falso pié de imprenta ‘Fráncfort 1602’, Fráncfort 1603’ o ‘Fráncfort
1622’. Cipriano de Valera no llevaba del todo razón al escribir en el prólogo
de ‘su’ Biblia de 1602 que ‘los dos mil y seiscientos ejemplares [de la
traslación de Casiodoro de Reyna] por la misericordia de Dios se han repartido
por muchas regiones. De tal manera que hoy casi no se hallan ejemplares, si
alguno los quiere comprar’. En realidad, lo que Valera con su nueva edición
pretendía, no era sólo de suplir a la falta de
Ejemplares, reimprimiendo
la ‘translación’ que su antiguo maestro Casiodoro (‘movido de un pio selo de
adelantar la gloria de Dios y de hacer un señalado servicio a su nación’) y a
pesar de los muchos escollos alzados por los propios correligionarios, cosa que
Valera olvida aquí discretamente de mencionar] había llevado a buen término. Su
verdadero intento, más o menos consciente, era por el contrario de acabar de
una vez por todas con el hecho, vergonzoso en los ojos de algunos estrechos
calvinistas españoles, de tener que servirse de una Biblia, que tanto en el
orden de los libros como en las anotaciones teológicas marginales, no
correspondía exactamente a las Biblias oficiales de Ginebra.
Verdad es, que al salir
la Biblia de Casiodoro, los pastores de Ginebra la examinaron minuciosamente. Y
cierto es también, como se puede leer en el informe oficial de Niccoló Balbani
de 10 de agosto 1571, que estos mismos pastores, no obstante ‘la siniestra opiniones’
que dicen seguir teniendo de Casiodoro, no encontraron absolutamente nada de
reprochar a la edición, sino un insignificante error tipográfico en Génesis 1: 27. (‘macho hembra los
crió’). También Casiodoro se dio pronto cuenta del ‘gazapo’, haciendo imprimir
una pegatina con las palabras ‘y hembra’ que el mismo insertó en la
correspondiente línea de un gran número de ejemplares. De las verdaderas
‘herejías’ exegéticas, que Casiodoro introdujo ingeniosamente en los epígrafes
de muchos capítulos de su Biblia, ni se enteraron los pastores de Ginebra ni
tampoco Cipriano de Valera, pues los dejó intactos en su revisión.
No obstante esta
aprobación tácita de la versión de Casiodoro por los pastores de Ginebra (mucho
peso no podía tener en realidad, puesto que Balbani declaró abiertamente ‘che
io non intento la lengua’) Valera se puso hacia 1580 en Londres y por propia
cuenta a revisar la Biblia de Casiodoro, quien por entonces le era doblemente
sospechoso: por sus servetismos pasados (la expresión es de Théodore de Bèze) y
por su oficio presente de pastor de la iglesia luterana.
Pero para evitar la
acusación de comportarse como un plagiario, Valera esperó hasta la muerte de
Casiodoro, acaecida en Fráncfort el 15 de marzo 1594, deviniendo ‘saltatumbas
literario’ al publicar en Londres en 1596 una ‘propia’ edición del Nuevo
Testamento. Esta edición de Valera no parece haber tenido mucha difusión en el
continente, pues tres años más tarde, con ocasión de la edición de Elías Hutter
del Nuevo Testamento en doce lenguas, Nurenberg 1599-1600, el texto allí
impreso no es el de Valera, sino el de la Biblia de Casiodoro.
La diferencia no se
hubiera en realidad hecho mucho notar, pues la labor de Valera en su edición
del Nuevo Testamento no había consistido en mucho más que en quitar o
añadir notas marginales, alterar de vez en cuando el texto y pasar
absolutamente bajo silencio el nombre del difunto traductor. Un tal silencio,
naturalmente, Valera no lo pudo del todo mantener en su edición de la Biblia
completa, impresa en Amsterdam en 1602, a es por esto que en el largo prefacio
al verdadero traductor vienen dedicadas apenas cuatro líneas, no carentes de
reticencia, mientras que el nombre del revisor, Cipriano de Valera, figura en Grandes letras en medio
de la portada.
Pero también en esta ‘revisión’,
como era de esperar, la labor propia de Valera consistió sobre
todo en acomodar el orden de los libros al Canon reformista y en quitar o
añadir notas marginales, siguiendo especialmente las notas de las Biblias de
Ginebra. Las alteraciones del texto, que Valera presume de haber efectuado
‘algunas veces’, no significan siempre mejoría, sino a veces más bien
empeoramiento, y lo mismo se diga de su escrupulosa eliminación de expresiones
como ‘por ventura’, que Valera borra, como él mismo escribe, ‘por saber a
gentilidad’. Cierto es que Valera ha señalado por medio de letras cursivas
todos los añadidos propios en las notas marginales, pero no dejó ninguna huella
de las notas que eliminaba. Por lo que atañe al texto propio de la Biblia (el
solo a ser reproducido en las ediciones
Modernas) las diferencia
entre las dos Biblias no puede ser menor. Basta que esperemos solamente a que
tanto el texto original de Casiodoro como el texto original de Valera se
transfieran al lenguaje electrónico y vengan puestos en un Sitio de Internet,
para poder mensurar efectivamente el porcentaje cuantitativo y cualitativo de
los cambios introducidos por Valera.
No sería en absoluto
sorprendente, si aparte de detalles de ortografía o de evidentes errores
tipográficos – el porcentaje de las ‘alteraciones’ introducidas por Valera en
el texto propio de la Biblia no sobrepasara un insignificante 0,5%. Es pues
hora de dejar de hablar constantemente de la Biblia de Valera, poniéndola por
las nubes, pues la traducción es exclusivamente de Casiodoro de Reina: Es a
saber, de un protestante independiente y abierto, quien (de haberse hecho
realidad los deseos de Valera y de sus amigos calvinistas) nunca hubiera podido
llevar a buen término una traducción de la Biblia en español, que ni Cipriano
de Valera (cuyo estilo es para dormirse de pie) ni ningún otro protestante
español de la segunda mitad del siglo XVI hubiera sido capaz de hacer, privando
así a los hispanohablantes de ayer y de hoy de un inestimable monumento de la
religiosidad y de la lengua españolas. Bastante les han privado ya en los
siglos pasados los esbirros de la Santa Inquisición y también en tiempos más
modernos los no pocos eruditos del nivel intelectual de un Fray Martín
Sarmiento OSB, quien en
Su Catalogo de libros
curiosos no tuvo reparo en escribir: ‘Hay una versión castellana de toda la
Biblia, que para maldita la cosa se necesita’.
CHARLES SPURGEON 1834–1892
Entre
los muchos que se opusieron a esta enseñanza y continuaron el uso de las
Escrituras con un poder y efecto que demostró la verdad de su afirmación de ser
la Palabra inspirada de Dios, ninguno resultó ser más eminente que Charles
Haddon Spurgeon. Él se convirtió al Señor cuando tenía dieciséis años (1850) y
fue recibido entre los bautistas.
Inmediatamente
comenzó a testificar de Cristo, y al cabo de un año, dejando a un lado
cualquier preparativo teológico convencional, se hizo pastor de una iglesia
bautista. Incluso para ese entonces predicación ya tenía un poder espiritual
tan extraordinario que una creciente cantidad de personas se sintió atraída a
escucharlo.
Ningún
edificio disponible fue suficiente para el auditorio de semejante predicador,
de modo que se construyó el Tabernáculo Metropolitano con capacidad para 6.000
personas, y allí él no sólo predicó el Evangelio con regularidad a lo largo de
su vida, sino que, además, expuso las Escrituras y desempeñó un papel
importante con sus dones extraordinarios y con una humildad intachable— en la
edificación de una iglesia basada en los principios del Nuevo Testamento, desde
la cual ríos de agua de vida fluyeron a innumerables almas.
En
la predicación, Spurgeon se aferraba estrictamente a las Escrituras, las cuales
explicaba a sus oyentes con una comprensión y emoción genuina, destacando su
mensaje con infinitos ejemplos adecuados y con un humor picante que nunca le
faltaba. Sus sermones eran efectivos tanto cuando eran leídos como cuando eran
escuchados; los mismos eran publicados tan pronto se predicaban, y su
circulación era enorme, manteniéndose incluso hasta después de su muerte.
Al
sentir fuertemente el obstáculo que representaba para el Evangelio la doctrina
de la regeneración bautismal, Spurgeon decidió de forma valiente predicar y
publicar un sermón sobre el tema. Esto lo expuso a los ataques por parte de los
numerosos cuerpos de evangélicos y protestantes que apoyaban dicha doctrina. El
conflicto que esto suscitó lo obligó, un año después, a retirarse de la
“Alianza Evangélica”.
Como
la crítica bíblica se desarrolló en el aspecto de socavar la fe en la inspiración
de las Escrituras y llegó a influenciar sobremanera a la “Unión Bautista”,
Spurgeon se retiró también de esa asociación (1887). Este paso le costó la
pérdida de algunos amigos y lo involucró en mucha polémica, pero al mismo
tiempo dio esperanzas a muchos que se encontraban a punto de dudar de los fundamentos
de su fe y, en los días difíciles, alentó aquella justificación de la verdad de
la Escritura que pronto iba a ser fuertemente reforzada por los nuevos
descubrimientos, tanto de las investigaciones históricas antiguas como de las
científicas modernas.
Al
mismo tiempo, las Escrituras nunca fueron tan ampliamente difundidas ni leídas
como en este tiempo, y su llamado al arrepentimiento y a la fe es tan eficaz
como siempre.
CARLOS
GILLY, BASILEA
De la Biblia original de
Casiodoro de 1569 no existen en España, si estoy bien informado, más que 4
ejemplares, y uno en Canarias con la ficticia fecha de 1622. De la América
hispanohablante no tengo noticia sino de un ejemplar en una biblioteca privada
en El Ecuador o en Venezuela.
Ahora se tiene ocasión de
adquirir un ejemplar impecable y lujosamente encuadernado, no leído todavía por
nadie, pues proviene del castillo de un barón alemán, de cuya familia, a juzgar
por el estado del libro, ningún miembro conocía el español.
El
Ex-Libris reza: "1581. Gott allein die Eher Sonst niemandts mehr. Johann
Freyherr zu Wynarenbergh und Beyhelstein, manu propria".
La descripción
bibliográfica es la siguiente.
La Biblia, Que Es, Los
Sacros Libros Del Viejo Y Nuevo Testamento.
Trasladada en Español. [Marca
tipográfica con el oso]. (Texto hebreo de Isaías 40) La Palabra del Dios
nuestro permanece para siempre. [Basilea, Thomas Guarín], M. D. LXIX.
JOHN
CHARLES RYLE
FECHAS:(1816-1900)
Datos Biográphicos: N. en Macclesfield
(Inglaterra). Su padre era un bien situado banquero, cuyos planes para su hijo
eran introducirle en la carrera diplomática. Realizó sus estudios en las
universidades de Eton y Oxford, donde se destacó como deportista jugando al
cricket. Su conversión tuvo lugar en 1838 mientras estaba en la iglesia oyendo
la lectura del capítulo 2 de Efesios.
En 1842 fue ordenado al
ministerio de la Iglesia Anglicana por el obispo Summer de Winchester. Sirvió
en diversas ciudades hasta que a la edad de 64 años fue nombrado primer obispo
de la industrial y populosa ciudad de Liverpool (1880), gracias a las
recomendaciones del primer ministro británico Benjamín Israelí.
Fue un escritor
prolífico, tanto de libros como de folletos, de enorme popularidad. Para el año
1867 se calcula que se habían vendido unos quince millones de ejemplares de sus
escritos. Era miembro de la “Iglesia Baja”, o ala evangélica del anglicanismo,
ejerciendo en ella una dirección sana y sensible. En su diócesis desarrolló un
ministerio de predicación vigoroso y directo, complementado con un fiel cuidado
pastoral de su membrecía.
Constituyó un fondo de
pensiones para el sostenimiento de los pastores, edificó cuarenta nuevas
iglesias, demostrando en todo ser un buen administrador. La fortaleza de su
carácter se dejó notar cuando, al ser duramente criticado, declaró que su
política era preocuparse primero del sueldo de los pastores antes que de gastar
el dinero en la construcción de una catedral.
Moderado en sus
relaciones eclesiásticas con los anglo-católicos y los modernistas, nunca
comprometió su fe ni sus convicciones, antes al contrario, influyó en la vida
de muchos jóvenes pastores con su ejemplo y sus escritos.
Amante de la Reforma del
siglo XVI y sus altos principios cristianos, escribió sobre los mártires de la
misma en Inglaterra, así como sobre los grandes líderes evangélicos del
Avivamiento religioso del siglo XVIII, como Whitefield (v.).
Sus obras devocionales
han sido de incalculable bendición a muchos de sus lectores, por su llamado
activismo bíblico, en el sentido de que el verdadero cristiano no puede
contentarse con una visión estática de la fe, sino que la vida espiritual,
recibida por el nuevo nacimiento, debe ser una fuerza que impulse todas las
facultades de la persona renacida. J.I. Packer (v.) dice que todo buen creyente
encontrará en Ryle una fiesta, una mina de oro, un acicate, comida, bebida,
medicina, todo en uno.
LUIS USOZ Y RIO
Nacido en Chuquiraca
(Virreinato del Perú) en 1805 y fallecido en 1865 en Madrid.
Editor de los Reformistas
Antiguos Españoles, según un proyecto concebido en un hotel sevillano en
conversación con otro cuáquero, el inglés Benjamín B. Wiffen.
Hizo Bachiller en Leyes
en la Universidad de Alcalá (1828) y se doctoró en el Colegio Español de
Bolonia (1833). Enseñó hebreo en Valladolid y Madrid y prestó su apoyo
literario y económico a varias revistas románticas como el "Observador
Pintoresco" y "El Artista"). Colaboró con Jorge Borrow en la
edición y distribución de la Biblia.
Pero su verdadera
vocación, a la que entregó su cuantiosa fortuna y los últimos veinticinco años
de su vida, fue la búsqueda, comentario y edición de las obras de los
protestantes españoles del s. XVI y XVII, y muy especialmente de Juan de
Valdés.
La obra consta de 20
tomos y aparecieron ediciones semiclandestinamente en San Sebastián, Londres y
Madrid, que oscilaron entre los 150 y los 1.015 ejemplares.
También editó Cancionero
de Obras de Burla (Londres, 1841-43); Cervantes Vindicado (1855) de su amigo y
colaborador Juan Calderón; Diálogo de la Lengua, de Juan de Valdés (Madrid,
1860). A las que debemos sumar obras originales suyas como Noticias de una
Biblia de 1439 (1842), Un español en la Biblia (1862) y su traducción de Isaías
(1863).
Su valiosísima
biblioteca, con unos 10.000 ejemplares antiguos, curiosos y raros, de imprescindible
consulta para historiadores del Protestantismo español, se conserva en la
Sección de Raros de la Biblioteca Nacional, en Madrid.
CIPRIANO DE
VALERA.
Nacido en Valera la Vieja
(Herróbriga), entonces perteneciente al Reino de Sevilla, en 1531 o 1532, y
fallecido después de 1602 al parecer en Londres. Sobre todo, es conocido como
el revisor y editor de la primera traducción castellana de la Biblia desde los
originales.
Fue condiscípulo de Arias
Montano, mientras estudiaba en Sevilla. Al terminar seis años de estudios de
Filosofía, y con el grado de Bachiller, ingresó en el Monasterio Jerónimo de
San Isidoro del campo, próximo a Sevilla, desde el que huyó, con otros, en
1557, a Ginebra para librarse del Tribunal de la Inquisición, que llegó a quemarlo
en efigie ("por luterano") en 1562 y le colocó en el "Índice de
Libros Prohibidos", como autor de primera clase.
De Ginebra pasó a
Londres, al subir al trono Isabel I, y allí residió el resto de sus días, menos
el tiempo que le llevó en Amsterdam la impresión de la segunda edición,
notablemente revisada por él, de la traducción castellana de la Biblia, que
había publicado su compatriota y compañero de monasterio Casiodoro de Reina, en
Basilea (1569). En Inglaterra fundó una familia, enseñó en las universidades de
Cambridge y Oxford y publicó varios libros.
De sus obras originales,
la primera que vio la luz fue Dos Tratados. El primero el del Papa y su de
autoridad, colegido de su vida y doctrina, y de lo que los doctores y concilios
antiguos y la misma Sagrada Escritura enseñan. El segundo trata de la misa,
recopilado de los doctores, concilios y de la Sagrada Escritura (1588 y, la
segunda edición, 1599). Le siguió Tratado para confirmar a los pobres cautivos
de Berbería (1594), que incluye en un apéndice: "Enjambre de los falso
milagros y ilusiones del demonio con que María de la Visitación engañó a muy
muchos". De sus traducciones, la más destacada es la que hizo de la
Institución de la Religión Cristiana, de Juan Calvino (1597).
PIETRO
MARTIRE VERMIGLI.
Entre los más conocidos
reformadores italianos del 1500, emerge la figura singular de Pietro Vermigli.
Su conversión tuvo gran repercusión en su tiempo debido a que, se trataba de un
teólogo católico romano, que abrazaba las doctrinas cristianas expuestas por la
Reforma.
Considerado por sus
contemporáneos, como uno de los más grandes teólogos reformados, casi al mismo
nivel que Juan Calvino, actuará activamente en Estrasburgo,
Zurich y Oxford, siendo
reconocido unánimemente como un hombre de gran sapiencia y de profundas
convicciones espirituales.
Había nacido en Florencia
en 1499 y a edad temprana ingresa a la Congregación de Canónigos de San
Agustín, donde comenzará su carrera como profesor de filosofía y teología que
lo llevará a la ciudad de Nápoles .Allí conocerá a Juan Valdés, figura señera y
de gran influencia en los círculos intelectuales napolitanos. Serán tres años
los que pasará en la ciudad, pero serían decisivos en su vida.
Por 1540 y a instancias
de su amistad con Valdés, ya ha leído los escritos de Lutero, Bucero y
Zuinglio, los que lo llevarán a reconocer que la justificación es solo por la
fe en Jesucristo, así como la suficiencia de la Biblia en materia de fe.
Hombre consecuente con
sus ideas, de gran reputación en su entorno; comenzó a predicar conforme a la
luz que había recibido y en la ciudad de Lucca donde había sido transferido
como prior de San Freudiano, desarrolla una extensa labor como maestro
preparando a varios futuros predicadores evangélicos, como Girolamo Zanchi por ejemplo.
Pero no se limita a una labor de claustro, sino que también llegará con su
prédica y enseñanza a todos los estamentos del pueblo; entre las familias que
conocerán a Cristo a través de su labor y conducta de vida, se cuenta a los
Diodati, familia del célebre traductor y teólogo italiano Giovanni Diodati.
En 1542 los contenidos de
sus sermones, enseñanzas y actividades se hacen altamente sospechosos para las
autoridades romanas que finalmente, lo mandan a llamar al Capítulo General de
la Congregación en Génova.
Pero conocedor de los
procedimientos de las jerarquías eclesiásticas con los disidentes, Vermigli
decide huir a Estrasburgo.
Durante un lustro
enseñará las Sagradas Escrituras allí y luego pasará, por invitación de Thomas
Cranmer a Oxford por otros cinco años; donde su erudición y habilidad oratoria
no pasarán desapercibidas, colaborando ampliamente con el desarrollo de la
teología reformada .De Inglaterra se ve impelido a huir nuevamente con el
advenimiento al poder de María Tudor , María I de Inglaterra.
Terminaría su carrera
junto con su vida en la ciudad de Zurich donde había recalado, para continuar
dando clases en la Academia de la ciudad; una vez más se dedicará a formar
jóvenes predicadores y teólogos que serán los herederos de su magna labor en la
proclamación del Evangelio.
No obstante su trabajo
académico, dedicará esfuerzos también a pastorear las comunidades italianas e
inglesas de la ciudad, así como a estrechar lazos con Calvino y otros
reformadores suizos, ingleses, italianos y alemanes.
Pietro Martire Vermigli
fue un maestro de alma, que dejó a su paso por las diferentes ciudades de
Europa, contribuciones fundamentales para los basamentos de la Reforma, que no
se restringió al ámbito universitario y de la alta teología, sino que se
esforzó por llegar a todos los estratos sociales con la verdad de Cristo.
Murió en 1562, reconocido
como un erudito piadoso, que había dedicado su vida por la causa de Cristo.
Nosotros nos quedamos con lo expresado en una de sus cartas a Juan Calvino:
“La Iglesia no podrá ser
sanada a través de las riquezas, actos sacros, selección de alimentos, ritos o
ceremonias; sino sólo con la medicina de la Palabra de Dios.”
BENJAMÍN BRECKINRIDGE WARFIELD
FECHAS:(1851-1921)
Datos Biográphicos: N. el 5 de noviembre de
1851 en Lexington (Kentucky, EE.UU.). Descendiente de puritanos ingleses, fue
educado bajo la guía del Catecismo de Westminster y de la Biblia; su abuelo fue
un distinguido ministro presbiteriano. A la edad de dieciséis años hizo
confesión pública de su fe; sin embargo, en esos años, no expresó ningún deseo
de estudiar teología, pese al interés de su madre de verlo convertido en un
predicador del Evangelio.
Estudiante concienzudo se
graduó en el College de New Jersey (hoy Universidad de Princeton) con los más
altos honores. Era el año 1871. En febrero del año siguiente decidió salir en
viaje de estudios por Europa. Visitó Edimburgo (Escocia) y Heidelberg
(Alemania), desde donde, para sorpresa de los suyos, les comunicó su deseo de
estudiar para el ministerio. Así que en septiembre de 1873 le vemos
matriculándose en el Princeton Theological Seminary, del que se graduará tres
años más tarde, en 1876. Tuvo por profesores a Charles Hodge (v.), entonces en
sus 70 años, y al hijo de éste Caspar Wistar.
Warfield fue llamado al
pastorado de la Primera Iglesia Presbiteriana de Dayton (Ohio), pero en aquel
momento declinó este ofrecimiento debido a la determinación de profundizar sus
estudios en las universidades de Europa.
Ese mismo año de su
graduación teológica se une en matrimonio con Ana Pearce Kinkead, y marchan en
viaje de luna de miel a Alemania, al paso que estudiará en la Universidad de
Leipzig. Cuando la pareja se encontraba visitando las montañas de Harz fueron
sorprendidos por una tormenta espantosa. Tal experiencia fue una conmoción
tremenda para la señora Warfield, que afectó a su sistema nervioso de tal modo
que quedó más o menos inválida para el resto de su vida. Esto hizo de Warfield
un amante recluido en su hogar, junto a su esposa, prueba evidente del tierno
amor que le profesaba. No tuvieron hijos. Durante los muchos años que
permanecieron en Princeton, raramente, si alguna vez, estuvo Warfield ausente,
lejos de su lado.
A su regreso de aquel
viaje por Alemania, Warfield fue pastor asistente durante un año en la Primera
Iglesia Presbiteriana de Baltimore (1877-88). De ahí pasó a ocupar el puesto de
profesor en el mencionado Seminario Teológico de Allegheny, donde permaneció
nueve años, hasta su traslado al Princeton, el cual le ocupará el resto de su
vida: treinta y tres laboriosos años.
Warfield utilizó como
libros de texto los tres volúmenes de la Teología Sistemática de Hodge para el
curso académico de tres años. Esto le ahorraría a él el esfuerzo de escribir
una obra de tal magnitud, pudiendo así dedicar todas sus energías a los temas
controversiales que agitaban su época, en los cuales destacó como un escritor
profundo y prolífico. Para darse una idea baste saber que la colección de sus
artículos aparecidos en las diversas revistas religiosas de entonces y en
diccionarios y enciclopedias teológicas compone diez volúmenes de gran formato.
Calvinista entusiasta
estaba plenamente convencido de que en la Confesión de Fe de Westminster
"poseemos la más completa, la más plenamente elaborada y cuidadosamente
guardada, la más perfecta, la expresión más vital que nunca haya realizado mano
de hombre, de todas las formulaciones de la religión evangélica, y de todo lo
que ha de salvaguardarse si la religión evangélica ha de continuar en el
mundo."
Según el profesor Allis,
la posición representada por Warfield puede describirse con tres palabras:
Erudición, vocación y ortodoxia.
Martyn Lloyd-Jones (v.)
dijo de él que fue el primero de todos los defensores de la fe: "Ningún
escrito teológico es tan intelectualmente satisfactorio y tan fortalecedor de
la fe como los de Warfield".
Defensor apasionado de la
inspiración e inerrancia de las Escrituras, se opuso con toda su capacidad al
liberalismo teológico, así como a las ideas perfeccionistas de Finney (v.) y
otros temas importantes de su época. También contribuyó al debate sobre la
conclusión definitiva de la revelación con el último de los apóstoles,
escribiendo un amplio estudio sobre los falsos milagros y contra cualquier
teoría que patrocine “nuevas” revelaciones. Igualmente trató de correlacionar
su teología calvinista con la teoría darwiniana de la evolución de las
especies. Murió el día 16 de febrero de 1921.
JUAN WYCLIF
Juan Wyclif, también
conocido como "el Lucero del Alba de la Reforma", nace cerca de
Richmond en el condado inglés de Yorkshire, alrededor de 1325, en la misma
época que Geert Grote. Poco se sabe sobre su infancia.
A partir de 1345 empieza
sus estudios en Oxford, y se queda allí durante 17 años. Se entrega profundamente
a la teología y la filosofía, interrumpe sus estudios por varias razones, pero
se gradúa finalmente en 1372 como doctor. Pero todo esto son detalles
exteriores. Los tratados y disertaciones legados de aquel tiempo a la
posteridad muestran un teólogo muy culto que - a diferencia de la teología
académica dominante - recurre a los discernimientos más antiguos de Agustino y
los presenta en forma sofisticada. Ya en los años antes de su graduación,
Wyclif tenía la tarea de interpretar la Biblia para los estudiantes. De ahí se
determina su futuro camino: la Biblia cobra cada vez más importancia. Ella es -
como reconoce - incomparable con cualquier otra escritura, ella es para él
"el espejo en el cual podemos reconocer las verdades eternas" (citado
de G.A. Benrath).
En el transcurso del
tiempo, Wyclif se acerca cada vez más a opiniones que corresponden al punto de
vista reformado sobre el rol y la importancia de la Biblia. Es él quien motiva
en el año 1382 una traducción de la Biblia al inglés. Para Wyclif, la Biblia
asume el rol de los sacramentos que, según la doctrina católico romana,
transmiten la presencia de Cristo: su lectura transforma al hombre. Tiene este
poder porque, según Wyclif, Cristo mismo es el aval de la verdad bíblica; es
porque cumplió la ley tanto en su vida como en sus enseñanzas. Es Cristo quien
dio los mandamientos y los cumplió, y es tarea de la iglesia y de todos los
cristianos seguir su ejemplo. Wyclif remarca especialmente la pobreza de Jesús,
su humildad y su paciencia en el sufrimiento.
La iglesia de la época,
sin embargo, no corresponde a esta norma; se había tornado demasiado laica,
demasiado satisfecha. ¿Por qué? Según Wyclif es porque no toma en serio la
Biblia. Su propuesta terapéutica: expropiar la iglesia, y hacerlo con las
medidas del poder secular. Wyclif quiere cambiar el sistema existente, y es por
eso que predica la lucha contra el patrimonio del clero. Pero también se hace
oír con escritos teóricos: Ahí Wyclif toma posición contra el celibato forzado
de los curas, el comercio de indulgencias, la extremaunción, la misa de
difuntos y también contra la veneración de los santos. Todo eso, dice Wyclif,
no está prescrito en la Biblia.
La reacción no se deja
esperar: Wyclif es denunciado en Roma por el "clero secular" (o sea,
los clérigos que no viven en monasterios), y condenado en 1377. Pero
simultáneamente, Wyclif es protegido por el Estado inglés. Insiste cada vez con
más fuerza en el derecho de los laicos y del Estado a enderezar una iglesia que
no actúa según el Evangelio. Al Papa sólo se debe obediencia si éste ha optado
por el buen camino: si vive en pobreza y anuncia la ley de Cristo. Hay que
obedecer, sin embargo, al Estado que fue instaurado por Dios para gobernar al
pueblo y velar por la paz.
Wyclif también critica la
tradicional comprensión catolicorromana de la eucaristía: Según él, ningún pastor
tiene el poder de transubstanciar los elementos de pan y vino en cuerpo y
sangre de Cristo: vino es vino, y pan es pan. Es más, los elementos se
conservan y son, al mismo tiempo, cuerpo y sangre de Cristo. Pero su efecto
sólo se realiza si quienes los reparten y quienes los reciben tienen la actitud
correcta, o sea: sólo si verdaderamente viven siguiendo a Cristo.
La crítica frente a Juan
Wyclif aumenta. Su doctrina sobre la Santa Cena es declarada herejía. Pero
Wyclif no cede. Fracasa un intento del duque que recomienda a Wyclif guardar
silencio, lo que causa roces entre éste y las autoridades. Wyclif incluye al
monacato en sus críticas, alegando que no es compatible con la Biblia. El
conflicto culmina en 1382; las enseñanzas de Wyclif respecto a la Santa Cena,
los bienes de la iglesia y el monacato son rechazadas.
Los discípulos de Wyclif
se ven metidos en problemas, mientras que el maestro mismo, quien se había
retirado para hacerse cargo de una parroquia, no es tocado. Sin embargo, Wyclif
se vuelve cada vez más agudo y amargado. Niega que la iglesia existente sea
iglesia. Según Wyclif, la verdadera iglesia la forman los creyentes pobres que
siguen a Cristo. Las cruzadas sólo comprobarían la actitud anticristiana de los
obispos y órdenes. Juan Wyclif muere el 31 de diciembre de 1384 después de
sufrir dos derrames cerebrales.
Wyclif es un vehemente
crítico de la iglesia de su época. Le reprocha su secularización y exige
reformas profundas que son inaceptables para la mayoría de sus contemporáneos.
Su crítica de la iglesia existente y su valorización de la Biblia ya son los
mensajes de la Reforma. En última consecuencia, la iglesia sólo puede ser
salvada por el arrepentimiento de los fieles y de ella misma, y el seguimiento
a Jesucristo en pobreza, humildad y sufrimiento. Wyclif toma muy en serio estas
exigencias: para él, son un camino posible que exige, sin embargo, un cambio
claro en la constitución, la doctrina y los bienes de la iglesia. Esto hubiera
significado darle una cara completamente distinta. En 1415, el Concilio de
Constanza condena las enseñanzas de Juan Wyclif como heréticas. En Inglaterra
se cumple esta condena cuando se quemó sus restos mortales.
Aunque la mayor parte del
complejo programa de reformas que postuló Wyclif fue olvidada en los años
posteriores, muchas iniciativas suyas sobrevivieron; por ejemplo la prédica
sencilla de los llamados "Lolardos", predicadores que Wyclif había
comenzado a enviar en sus últimos años y que más tarde influyeron la Reforma
inglesa. Pero también más allá de las fronteras, Wyclif inspiró a los hombres,
por ejemplo a Juan Hus en Bohemia (ver siguiente capítulo).
Juan Wyclif - ¿un
reformador anticipado? Sí y no. Sí en lo que se refiere a su crítica a la
iglesia medieval, sí en lo que significa una perspectiva reformada en muchos
detalles de sus programas de reforma, sí por su valorización de la Biblia. Pero
también existe un no. La justificación luterana por ejemplo, la idea de que
Dios salva a los hombres a través de Jesucristo - esta dimensión no se percibe
en Wyclif. Lo que le falta es - desde el punto de vista reformado - la
posibilidad de relativizar el poder humano. Juan Wyclif fue un reformador de la
iglesia en el cual la Reforma pudo basarse y seguir desarrollando sus ideas.
JUAN WYCLIF, SOBRE LAS VERDADES DE LA BIBLIA (ESCRITO EN 1378)
"Para que entonces
la cristiandad tenga un fundamento autónomo, Dios puso la ley de la Escritura
como reglamento, en que los cristianos deben basarse en todo lo que se refiere
a su hablar y al significado de sus conceptos A pesar de que algunos profesores
opinan que en tiempos del Anticristo y sus seguidores los cristianos idearían
muchas maneras para enfrentar sus intrigas, a mí me parece que la fe en la
Biblia es el mejor medio para discernir si un hombre enseña y vive en armonía
con la ley de Cristo.
Si el amor por la ley
corresponde al amor por el legislador, ¿cómo entonces un hombre puede amar a
Cristo por sobre todas las cosas, si desprecia su ley o la abandona para seguir
la ley de los hombres? ¿Acaso no ama más el fruto de la ley que más adora, y
por consecuencia, ama más los bienes efímeros que los eternos? Es exactamente
lo mismo con el estudio que el hombre dedica a agrandar su conocimiento, porque
éste significaría más amor por Dios si estuviera dirigido a la ley de Cristo, y
por ende, un bien mayor.
Y lo mismo se puede decir
de los que multiplican las leyes de los hombres, con lo cual hacen pedazos el
estudio de la teología. ¿Acaso la ley de Cristo, como es legada a la posteridad
en la Biblia, no es suficiente? ¿Acaso
hay que creer que aquéllos que estudian las leyes ajenas bajo el pretexto de
conocer mejor la ley de Cristo, conservarla y protegerla, tendrán una disculpa
creíble ante el tribunal del máximo juez? ¿Acaso no son sus propias acciones
las que los denuncian? Deberían primero examinarse a sí mismos si entienden
tanto de la ley de Cristo como deberían, siempre que se esfuercen por el
conocimiento práctico de los mandamientos del Señor en la misma medida que
conocen los reglamentos de los hombres.
Deberían examinar,
segundo, si el objetivo de sus estudios es llevar la vida pobre y esforzada de
Cristo, o vivir en el goce y la pompa del mundo y quedarse con los ingresos y
ganancias para sí y sus familias. Deberían examinar, tercero, si se esfuerzan para
la realización y defensa de la ley de Cristo, que es la que siempre los guía,
¡en la misma medida con la que defienden su propia ley! Al contrario, ¿no es
muy evidente en la política que los juristas se pelean sobre la superioridad y
el rango superior de su ley por encima de la ley de Cristo, y por ende,
persiguen con más severidad a los que fomentan la ley de Cristo? Y si uno les
pregunta por los diez mandamientos, ¡generalmente no saben el número ni el
orden de ellos! De esto se deduce que los culpables son especialmente nuestros
teólogos, nuestros monjes adinerados y nuestras curas juristas, que cierran el
camino a la ley de Cristo."
EDWARD
JOSEPH YOUNG
FECHAS:(1907-68)
Datos Biográphicos: N. En San Francisco
(California, EE.UU.). Estudió en la Universidad de Stanford (B.A., 1929), y
Dropsie College de Filadelfia (Ph.D., 1943). En 1929, siguiendo a su graduación
en la Universidad de Stanford, marchó durante un año a Palentina, donde enseñó
en una escuela de Belén a la vez que estudió siriaco con un sacerdote de la
Iglesia Siria. A su vuelta a Estados Unidos pasó por Madrid (España) y
Alemania, aprovechando toda oportunidad para estudiar.
En 1935 contrajo
matrimonio con Lullían Riggs y marcharon de viaje de novios a Leipzig
(Alemania), donde tuvo la oportunidad de conocer a un buen número de teólogos
de tan afamada universidad.
Sus estudios teológicos
los realizó en el Westminster Theological Seminary de Filadelfia, fundado por
J.G. Machen (v.), del cual fue nombrado profesor de Antiguo Testamento en 1936,
hasta su muerte, el 14 de febrero de 1968, debida a un ataque al corazón.
En 1956 fue nombrado
Moderador de su denominación, la Iglesia Presbiteriana Ortodoxa, en honor a la
admiración que sentían por él como pastor y defensor de la fe evangélica
conservadora, que siempre expuso con rigor y método.
Gozaba de una increíble
capacidad lingüística. Fue todo un experto en lenguas semíticas —hebreo y
arameo— y modernas. Dedicó todos sus talentos y energías a la exposición de la
Biblia como Palabra escrita de Dios. “Ardía con celo santo por la integridad de
la Palabra de Dios y la defensa de todo el consejo de Dios” (John Murray, v.).
ULRICO
ZWINGLIO
(1484 -1531)
Desde su nacimiento hasta
el llamado a Zurich: Ulrico Zwinglio nace el 1 de enero de 1484 en
Wildhaus (unos 50 kilómetros al sur de San Gall, en un valle del condado de
Toggenburg). Tiene nueve o diez hermanos de los que por lo menos dos mueren
relativamente jóvenes; dos de sus hermanas toman el hábito. Después de los años
de colegio, entre otras ciudades en Basilea y Berna, a partir de 1499 Zwinglio
realiza sus estudios superiores en Viena y Basilea (1502), donde se gradúa como
magister en 1506. Su maestro más importante en Basilea es Tomás Wyttenbach.
Después de sus estudios de las "artes liberales", Zwinglio sigue
medio año de teología y, a partir del verano 1506, ocupa el cargo de pastor en
Glaris, no lejos de su pueblo natal de Wildhaus.
Desde temprano, Zwinglio
toma posición en un asunto político situado en el contexto de las tropas
mercenarias, comunes en esa época en la Confederación Helvética. El negocio
mercenario es lucrativo para las ciudades: Si ponen una parte de sus jóvenes a
disposición de estos ejércitos, reciben sumas considerables para las arcas
municipales.
Alrededor de 1506, en la
ciudad de Glaris se delibera sobre el destino de los mercenarios locales:
Habsburgo, Francia o el Papa son alternativas posibles. Zwinglio toma partido
por el Papa; para él, los soldados son el arma del crucificado contra los
enemigos de la iglesia - se trata de una especie de Guerra Santa. En 1513,
Zwinglio acompaña como capellán castrense a unos 500 soldados de Glaris que
forman parte del ejército papal. Sin embargo, la experiencia de la guerra lo
hace reflexionar. En 1515, el ejército papista sufre una derrota, y en Glaris
las simpatías cambian hacia los franceses victoriosos.
Esto es un serio problema
para Zwinglio, quien es leal al Papa. Abandona su ciudad y se va a Einsiedeln,
un antiguo lugar de peregrinaje con un gran monasterio. Allí, en 1516, empieza
a trabajar como párroco. Durante los dos años en Einsiedeln, el carácter
político de su actividad, hasta ahí muy dominante, se suaviza. Las actividades
en la iglesia y sus estudios científicos y personales vuelven a ser lo
principal en su vida.
Exactamente en 1516,
Zwinglio experimenta una conversión reformatoria. Dice de sí mismo que
"desde ahora prediqué el Evangelio". Lee las obras escolásticas y las
de los Padres de la Iglesia y aprende griego como autodidacta para poder leer
el Nuevo Testamento en su original. Zwinglio llega a ser un teólogo docto.
Entre otros, conoce la filosofía del famosísimo Erasmo de Rotterdam, pero no
adopta sencillamente sus enseñanzas. Ahora bien, ¿en qué consiste su
"Evangelio"? Aquí no se puede preguntar por la doctrina de la
justificación por la fe luterana, para reconocer la conversión reformatoria de
Zwinglio.
El va por su propio
camino. Su conversión reformatoria se basa en una clara orientación bíblica,
hacia la "sola escritura" (sólo la Santa Escritura). Esta decisión no
es meramente racional, Zwinglio más bien enfatiza la autoridad de la Biblia porque
es ella - y no la iglesia con su poder clerical - la que transmite el
Evangelio, la buena nueva de un Dios humano. Este proceso de conocimiento
reformatorio se ampliará y se profundizará en sus contenidos durante los años
siguientes.
LOS INICIOS DE LA REFORMA EN ZURICH
En otoño del año 1518,
Zwinglio es llamado a Zurich como primer predicador de la iglesia principal. Su
tarea principal será la prédica. Y comienza con una novedad: para predicar, no
se basa en el orden vigente de las lecturas bíblicas (las perícopas), sino que
interpreta las Santas Escrituras cronológicamente. Con esto se rebela contra la
dominancia del año litúrgico y sigue la secuencia de la Biblia.
Vista panorámica de
Zurich Según la "Crónica Suiza" de J. Stumpf,
Zurich 1547
Hasta 1522 Zwinglio ha
profundizado bastante su conocimiento de las escrituras. Un tenor de sus
prédicas es la resistencia contra el negocio mercenario. Y tiene éxito: en el
mismo año, el Concejo de la Ciudad de Zurich lo prohíbe.
Igualmente en 1522
comienzan los enfrentamientos públicos. El 9 de marzo, se realiza una
demostrativa cena con longanizas en la casa del tipógrafo Cristóbal Froschauer,
demostrativa porque la cecina es consumida en tiempo de cuaresma. Durante esta
cena, dos grandes longanizas ahumadas son repartidas entre la gente. Zwinglio
participa sin comer. A este primer quebrantamiento del ayuno le siguen varios
más en los días siguientes. Rápidamente se sabe lo que está pasando; el Concejo
de Zurich interviene e inicia pasos legales.
Sólo dos semanas después
de la "cena de longanizas", Zwinglio tematiza el problema del ayuno
en un sermón que se publica en abril de 1522 bajo el título: Sobre la elección
de los alimentos y la libertad de tomarlos. En este sermón, Zwinglio habla a
favor de una comprensión evangélica de la libertad: Los cristianos son libres
de todas las órdenes dictadas por el hombre, no hay que ser incondicionalmente
obediente a estas órdenes. La orden de la abstinencia es justamente un
reglamento humano, eclesiástico. Como no tiene autoridad divina, vale decir, no
tiene la autoridad de la Biblia, no es necesario obedecer esta orden. Al mismo
tiempo, los cristianos tienen la libertad de no usarla excesivamente, porque no
es la libertad de que viven.
LA COMPRENSIÓN DE LA LIBERTAD SEGÚN ZWINGLIO
(U. Zwinglio, Sobre la
elección de los alimentos (1522), citado de: Ulrico Zwinglio, Escritos, tomo 1,
37-39.62)
"Su fe en Dios ya no
era tan fuerte que sólo confiaban en él y ponían su esperanza en él y
escuchaban su voluntad. Estúpidamente empezaron de nuevo seguir el dictado de
los hombres. Como si Dios hubiese olvidado algo que tendrían que completar y
perfeccionar ahora, se decían: en este día, en este mes, en éste y aquel
momento no debes hacer tal y tal cosa. (Sin embargo, no tengo nada en contra si
alguien se abstiene voluntariamente por su salud y la disciplina de su cuerpo,
siempre que no sobreestime este ayuno y se ponga soberbio; siempre entonces que
el ayuno nazca de la humildad.)
Pero si se hace de esto
un mandamiento y se convence a sí mismo que es pecado no seguirlo, significa
ensuciar y estigmatizar la conciencia, significa seducir a la verdadera
idolatría. (...)
En breves palabras: Si
quieres ayunar, ¡hazlo! Si quieres abstenerte de la carne, ¡no comas carne!
¡Pero deja al cristiano su libre decisión! (...)
Pero si tu prójimo se
escandaliza cuando ejerces tu libertad, no lo pongas sin motivos en
dificultades, no lo seduzcas. Sólo cuando comprenda el fundamento de tu
libertad, no se escandalizará más, a no ser que te quiera mal.
Más bien, tienes que
explicarle la fe de manera amable y decirle que él también es libre de elegir y
comer de todo."
DEL TRATADO SOBRE LA ELECCIÓN DE LOS ALIMENTOS Y LA LIBERTAD DE TOMARLOS
(1522)
(Traducción: P. Albütz L.
Ludwig, Santiago de Chile 01 2002, según la edición alemana Huldrych Zwingli,
"Schriften" Vol. 1, 37-39.62)
Preguntas para seguir
trabajando: La situación en Zurich se hace cada vez más
complicada y polémica. El Concejo se adjudica la competencia decisiva en el
conflicto, eludiendo así al obispo de Constanza. Tras una audiencia y una
prohibición temporal de la violación del mandamiento de ayuno, la diputación es
postergada para el inicio del año 1523: ahí el concejo municipal quiere tomar
su decisión sobre la base de la Santa Escritura. Con esto, las ideas de
Zwinglio definitivamente han ganado terreno en Zurich.
Aparte del ayuno existen
otros puntos conflictivos. Zwinglio critica la veneración de los Santos
provocando enfrentamientos con las órdenes mendicantes. El, por su parte, exige
a las órdenes mendicantes que en el futuro basen sus prédicas únicamente en la
Biblia. Además, Zwinglio exige terminar con el celibato y proteger a Martín
Lutero quien se encuentra bajo proscripción imperial. Todavía en 1522, Zwinglio
se opone al rol de María como mediadora de la salvación.
En agosto de 1522,
Zwinglio renuncia a su membrecía en la iglesia católica, porque, como dice,
ésta se fundamenta solamente en leyes humanas. Erasmo está consternado frente a
palabras tan tajantes.
Zwinglio cada vez más
cumple con el rol del predicador que da el tono en Zurich. Desde 1522 convive
con su mujer Anna Reinhart, pero sólo dos años más tarde se casan oficialmente.
Los dos tienen cuatro hijos.
El 29 de enero de 1523 se
realiza la Primera Disputa de Zurich. Básicamente se trata de ver si hay
argumentos en contra de la prédica de Zwinglio; el concejo mismo quiere decidir
sobre la base de la Biblia. 600 participantes llegan a la municipalidad de
Zurich. Desde Constanza llega una delegación guiada por Juan Faber. Se supone
que éste no participe en el debate, sino que viene a protestar y a observar. El
punto central del debate es el problema de la autoridad: ¿Quién tiene la
autoridad máxima en la tierra? Ya al mediodía, el Concejo ha escuchado lo
suficiente y razona que nadie puede condenar a Zwinglio por herejía.
Y más aún: Todos los
demás predicadores deberán guiarse de ahora en adelante por la Santa Escritura.
Para el debate, Zwinglio ha formulado 67 artículos o "conclusiones"
para los cuales se consideran los siguientes lemas como resumen: solus
Christus, sólo Cristo, y sola escritura, sólo la Biblia.
En los artículos dos y
tres de los 67 ARTICULOS o conclusiones dice:
"He aquí resumido el
Evangelio: Nuestro Señor Cristo Jesús, el verdadero Hijo de Dios, nos ha dado a
conocer la voluntad de su Padre celestial y con su muerte inocente nos ha
redimido y reconciliado con Dios.
Por eso es Cristo el
único camino de salvación para todos los hombres que fueron, son y serán." De: Ulrico Zwinglio,
Interpretación y fundamento de las conclusiones, 1523 Citado de Zwinglio,
"Antología", Producciones Editoriales del Nordeste, Barcelona 1973,
p. 45,46